Análisis del próximo rival del Real Valladolid

El tiempo se acaba, y las esperanzas también. La cosa no puede pintar más fea. Y es que decir otra cosa sería faltar a la verdad. A seis puntos del play-off con veinticuatro por disputarse, el futuro del Real Valladolid empieza a ponerse muy oscuro, más después de la última vergonzosa derrota en casa del Sevilla Atlético.
¿Pero qué queda si no es mirar hacia adelante? Una vez pasado, que no superado, el gabinete de crisis, lo cierto es que a los blanquivioletas no les queda otra opción que centrarse en el próximo rival, sabiendo que este sí podría ser el juez de Paco Herrera. ¿Y quién es? Pues el Elche. Nadie como un viejo conocido a quien se guarda cierto recelo después de aquel play-off del que no han pasado tantos años para terminar de liar la madeja.
Pelea de crisis
Eso sí, no llegan mucho mejor los ilicitanos al choque que se disputa este sábado en Zorrilla. La única buena noticia para ellos llega de la mano de lo económico, teniendo en cuenta que esta misma semana se ha abandonado definitivamente el proceso concursal en el que se entró en verano de 2015 y que hizo peligrar la continuidad del club. Sin duda, un respiro de aire fresco en lo institucional, pero que no tapa las carencias del equipo en lo deportivo.
Y es que el Elche deambula ahora mismo en la decimotercera posición de la tabla con 42 puntos, a cuatro del propio Pucela, a seis del descenso y a diez del play-off. ¿Conclusión? Los de Alberto Toril ocupan sin duda un espacio que bien podría llamarse tierra de nadie, a la espera de un milagro o de una hecatombe en esta recta final de temporada. Y bien hay que decir que, de darse una de las dos situaciones, todo apuntaría a la segunda.
Guardan ciertos paralelismos en este sentido el Real Valladolid y el conjunto ilicitano. Dos equipos con reciente pasado en la máxima categoría del fútbol profesional, un destrozo económico -lógicamente, el del Elche mucho más acentuado- en los últimos años, y muchos suspiros desde las gradas de sus respectivos estadios recordando tiempos mejores. A fin de cuentas, en el Martínez Valero se han visto situaciones parejas a la de Zorrilla; derrotas inesperadas y decepción tras decepción.
Así las cosas, y sabiendo Toril desde este verano que tendría a una plantilla de circunstancias dada la delicada situación de la caja fuerte, el Elche formó a principio de año un vestuario consciente de que lo primero era salvarse, pero sin descartar la sorpresa. Una sorpresa que, sobra decir, no se ha dado. Once victorias, nueve empates y hasta catorce derrotas dan fe de ello, de un resultado más bien mediocre.
Números para llorar

Pese a lo que pudiera esperar la afición en verano, el algodón no engaña. Todo indica que habrá que pasar otro año más en Segunda. Una buena muestra de cómo se encuentra ahora mismo el Elche se aprecia precisamente en su último partido, en casa ante el Numancia.
Los de Toril hincaron la rodilla por 1-3 en un partido desastroso, sin criterio, cabeza, ni sentido común a la hora de jugar para terminar pitados por su propia afición. ¿Les suena de algo? No solo eso, sino que se trata de un equipo muy pródigo en perder partidos sin dejar nunca opción al empate.
Si precisamente el Pucela es el que menos empata de toda Segunda con siete choques en tablas, el Elche ha sumado solo nueve. Y los dos equipos suman catorce derrotas en estas 34 jornadas de Liga, sin duda un porcentaje demasiado alto. Hablando de números, sus 44 goles a favor, una cifra nada desdeñable, quedan empañados por 49 en contra, una losa demasiado pesada y que garantiza diversión para este sábado.
¿Y a qué juega este Elche? No es fácil decirlo. Con un habitual 4-2-3-1 con un clásico de Segunda División en punta como es Nino -incombustible con doce goles a sus 36 años-, lo cierto es que su esquema se deshace como arena en puño partido tras partido, frágil y poco efectivo a la hora de ordenarse en el campo. Precisamente esta falta de rigor táctico es lo que más factura pasa al equipo, y lo que más aburre a la grada.
Sea como sea, lo cierto es que los alicantinos han sido capaces de dar algún que otro susto fuera de casa esta temporada -han ganado cinco de sus diecisiete choques como foráneo- y llegan con poco que perder y mucho que ganar. Jugadores como Guillermo Fernández, Borja Valle o Pablo Hervías, con cinco goles el primero y tres los dos segundos, serán los que haya que atar en corto.
Curiosidad del rival de esta jornada: Es difícil pensar en un ascenso conseguido con más mérito que el del Valladolid en la temporada 2006/2007 con 88 puntos o el del Dépor en la 2011/2012 con 91, pero el Elche consiguió un récord que no llegó a apropiarse ninguno de los dos. El conjunto de Escribá fue líder desde la primera hasta la última jornada, algo que no había hecho ningún otro equipo hasta el momento en toda la historia de Segunda División.