El Real Valladolid Promesas afronta un nuevo derbi a domicilio, ante el Burgos, con las bajas de Anuar y Renzo y el plantel bajo mínimos
Foto: Víctor Álvarez
Si ya con anterioridad se podía afirmar que el Real Valladolid Promesas tenía la permanencia en el bolsillo, su reencuentro con la victoria cinco partidos después y el hecho de alcanzar los 45 puntos le deja todavía más en disposición de creerse salvado. Aunque todavía quedan retos que superar en las ocho jornadas que quedan para la conclusión del campeonato. El primero, volver a ganar fuera de casa después de varios meses.
Con ese objetivo –más que obligación real– se desplazará hasta El Plantío para enfrentarse este domingo a partir de las 17:00 horas al Burgos CF, un rival que a las órdenes de Manix Mandiola resulta muy competitivo y que después de un inicio de temporada cuanto menos dubitativo se encuentra en la actualidad fuera de los puestos de descenso.
Pero no lo suficientemente desahogado, por lo que tampoco se deberá confiar ante los pupilos de un Rubén Albés que viajará con lo puesto. La sanción de Anuar por mor de su expulsión ante el Racing de Ferrol y la convocatoria de Renzo con Venezuela han provocado la pérdida de dos efectivos ‘naturales’ más, por lo que el técnico gallego está obligado a volver a tirar del juvenil para completar la lista de citados.
Al margen de estas dos ausencias, lo normal es que dé continuidad al once que venció a los departamentales, con la salvedad de la entrada de Miguel Marí en la posición del ceutí. Por lo tanto, el equipo inicial podría estar compuesto por Tanis; Arroyo, Mario, Calero, Royo; Dani Vega, Rai, Marí, Samanes; Higinio e Iván Martín. Siendo así, y teniendo en cuenta también la baja de Deve, quedarían relegados al banco de suplentes Dani Hernández, Rubén y Corral, junto a los juveniles Juan y Miguel.
Con todo, y dados esos 45 puntos que tiene ya el filial, la ‘crisis’ es una oportunidad para ver a jugadores que frecuentemente tienen menos minutos o incluso para que puedan asomar otros futbolistas cuyo futuro previsiblemente estará ligado al Real Valladolid B, caso de Juan o Miguel, que relegan a Sinisterra, recientemente utilizado en este contexto desde la salida de Mayoral.
No obstante, y sin desmerecer a nadie, el Promesas, sobre el papel, parece menos competitivo, algo que tendrá que intentar desmentir con lo que, en caso de victoria, sería la primera en lo que va de 2017. Las seis derrotas consecutivas como visitante son una losa pesada, más aún si se tiene en cuenta que en ese lapso de tiempo se han encajado catorce goles (más de dos por partido) y solo se ha marcado uno.
El que haya cosechado tres derrotas en los últimos cuatro partidos hace que el conjunto burgalés tampoco tenga por qué ser concebido como el rival más fiero. Precisamente es esta mala racha lo que ha acercado al Burgos de nuevo a los puestos de abajo, puesto que ha visto reducida su ventaja con el descenso a tres puntos y con el play-out a dos.
Decimocuarto en la tabla, el equipo de Manix Mandiola destaca por su intensidad, una que es característica del entrenador eibarrés, que cuenta con una amplia experiencia en Segunda B y, sin ir más lejos, disfrutó de la promoción de ascenso la pasada campaña con el Tudelano. En los veinticuatro encuentros que lleva dirigidos ha cosechado, nueve triunfos, seis empates y nueve derrotas, lo que supone un 45’9% de los puntos que se han puesto en juego, por el único conseguido antes de su llegada por Paco Fernández en seis jornadas.
En técnico vasco ha citado a los porteros Lechuga, Aurreko y Del Val (deberá descartar a uno), así como a Dani Gómez, Onaindia, Andrés González, Ramiro, Jorge García, Fito Miranda, Jorge Fernández, Armiche Ortega, Álvaro Antón, Chevi, Carlos Ramos, Prosi, Adrián Hernández, Diego Suárez, Marijuán y Montero.
Así pues, sus cifras son de salvación, si bien todavía debe materializarla. Su afán será poner la siguiente piedra frente al Real Valladolid B. El del filial blanquivioleta, volver a demostrar que fuera de casa también es capaz de competir y seguir creciendo. El partido será dirigido por el colegiado cántabro López Parra.