En un partido con el agua del césped como protagonista, la portera Lucía no lo pudo parar todo y el conjunto vallisoletano cayó, pese a competir contra el segundo
Foto: Jesús Domínguez
Pocas veces entra dentro los planes de un equipo una derrota, por lo que está, cuando se produce, no duele tanto. Ese ha sido el caso del San Pío X en su visita al Tacón, segundo clasificado y con un objetivo muy diferente al del conjunto rojiblanco.
Pero, aunque fuera esperada, el equipo dirigido por Martín Olmedo no fue de paseo a Madrid. Ya en la previa el técnico señaló que sus jugadoras tenían ganas e ilusión para intentar rascar algún punto. No ocurrió, a pesar de que no tiraron la toalla en ningún momento.
El campo tampoco acompañó, ya que las fuertes lluvias hicieron que tuviera bastante agua. Pudo ser peor, pero el drenaje funcionó y permitió que no se produjeran demasiados charcos. Algo se jugó, aunque poco. La rojiblanca Moni lo acusó y no desplegó todo el fútbol que lleva dentro.
A Sandra Luengo no le importó demasiado al principio, ya que dispuso de la más clara. El San Pío rozó el gol en un remate suyo que sacó la defensa local bajo palos a los cinco minutos de encuentro. Quizá si el final de aquella jugada hubiera sido otro, el choque también habría cambiado.
Lo que sí que cambió fue el once de Martín Olmedo, que dio entrada a dos futbolistas que no suelen ser titulares para que sumaran los minutos que otras veces no tuvieron. Si las rojiblancas ya iban con ilusión, estas le pusieron un punto extra para otorgar al equipo vallisoletano de un plus que, sobre todo al inicio, le permitió jugar de tú a tú frente a un equipo que pelea por subir a Primera.
El Tacón, caracterizado por las individualidades de su plantilla, pecó en algunos tramos del encuentro precisamente de eso. Aunque finalmente la calidad de las locales se impusieron al grupo visitante. El primer gol llegó tras una extraña jugada, puesto que las rojiblancas se quedaron quietas pensando que el balón salió por la línea de banda y su rival lo aprovechó para romper el 0-0, tras finalizar un tres contra dos.
A partir de ahí el camino se allanó para el conjunto madrileño, que gozó de muchas ocasiones durante todo el partido, pero se topó con una gran Lucía en portería. La cancerbera evitó que la goleada fuera mayor, aunque no pudo impedir que el 2-0 llegase antes del descanso.
Porque el conjunto capitalino también se jugaba las habichuelas; de la pelea por el ascenso en su caso. De hecho, no concedieron ni un metro y pagaron su duro juego con varias tarjetas amarillas. Mordió y mató al adaptarse mejor a las condiciones del terreno de juego, pese a que también lo acusó.
Cuando el 3-0 subió al marcador, el San Pío tiró de orgullo, siguió luchando y logró recortar distancias por medio de Cris Franco. Incluso, el 3-1 pudo no ser definitivo, pero la otra gran ocasión de las vallisoletanas no tuvo final feliz, ya que el balón se marchó por encima del larguero.
Así las cosas, el equipo rojiblanco sigue con dieciséis puntos, aunque ahora en la zona de descenso –a tres de la permanencia–. Precisamente, en la próxima jornada recibe al Alhóndiga, que tiene diecinueve unidades, por lo que se presenta una nueva final en Los Cerros de la que debe salir reforzado.