El ferrolano sigue sin dar con su mejor versión, aunque Paco Herrera la busca y está convencido de que acabará encontrándola
Álex López llegó a Valladolid como una petición expresa de Paco Herrera y para dar un salto de calidad en el centro del campo. Sin embargo, meses después de su llegada, no termina de alcanzar su mejor versión. El técnico pacense, que pasa por ser su padre futbolístico, lo ha utilizado en veintiún partidos ligueros, en los que ha jugado 1.774 minutos, con la intención de que se convirtiera en uno de los referentes de ‘su’ Real Valladolid.
Tal es así que, aunque su ‘padre’ sigue confiando en él, después de la derrota del Real Valladolid en Montilivi reconoció esta cuestión; que no está siendo el jugador que lleva dentro. «No termina de salir adelante pero yo estoy a muerte con él. Mi trabajo es sacarle rendimiento y voy a seguir peleando por él, porque creo que vale la pena. Lo va a superar y yo le voy a ayudar a hacerlo», aseveró el míster, que, como se puede percibir, sigue convencido de que puede ofrecer un mayor rendimiento.
No obstante, cuando empezó la temporada dio imagen de ir a vivir un año bien distinto, gracias a varias actuaciones a un nivel que se asemeja al que se espera de él.
En el arranque de la temporada se adivinó en él el jugador de calidad que se sabe que es. Se le vio muy participativo e incluso prometía ser un líder capaz de enganchar a la grada, como hizo en el partido contra el Girona en el José Zorrilla, donde fue ovacionado por toda la afición blanquivioleta por la que posiblemente sea su mejor actuación en lo que va de campaña.
No obstante, muy a su pesar (y del de todos), aquella gran actuación no encontró continuidad y, en adelante, solo se han visto retazos del Álex López que se dio a conocer en el Real Club Celta de Vigo y que llevó a Paco Herrera a insistir tanto para que firmara por el Real Valladolid. Y como no ha llegado a alcanzar su máximo nivel, se ha llegado a ver relegado al banquillo en varias ocasiones.
De momento está lejos de ser aquel centrocampista que brilló como jugador celtiña, no solo en el apartado goleador (solo ha visto puerta una vez), sino también en lo que a sensaciones se refiere. Es un jugador que necesita estar en contacto con la pelota y participar en las diferentes fases del juego, desde la creación hasta la finalización y, sin embargo, parece atascado (así lo dijo Paco Herrera en Montilivi) y sin un rol del todo definido incluso cuando su equipo domina la posesión. Así las cosas, parece perderse entre la faceta creativa de Joan Jordán y la llegadora de Míchel.
Esta cuestión, unida al hecho de que el rombo no termina de funcionar, ha generado cierto debate en las últimas semanas, acrecentado tras su sustitución en Montilivi ante el Girona. Tanto antes como después de este partido ha sido discutido por una corriente de opinión que considera que el Real Valladolid generaría más peligro jugando con tres atacantes. Y, como en el pasado, y debido a que su nivel no es el óptimo, muchos señalan que él debe ser el sacrificado (justo una vuelta después de que alcanzara su mejor versión como blanquivioleta).
Aunque el debate entre la hinchada y los medios lleva tiempo abierto, no será hasta el próximo encuentro cuando Paco Herrera lo zanje, o por lo menos hasta su habitual rueda de prensa previa a un partido, el del CD Tenerife, que se antoja vital para los intereses blanquivioletas. Tome la decisión que tome, ya sea cambiar de nuevo el dibujo o apostar por seguir dando continuidad al gallego, como ya ha dejado claro, no cejará en su empeño hasta que encuentre la mejor versión de un Álex López al que, independientemente de du decisión, todo el mundo espera como agua de mayo.