El canterano blanquivioleta es la esperanza y la fe del Real Valladolid de Paco Herrera

Sin José Arnáiz, muy probablemente, el Real Valladolid esta temporada estaría cerca del descenso y no en el play-off de todo lo contrario. No solo por su aportación tangible, sus números, sus goles y sus arrancadas, sino por todo lo demás que ahora mismo representa en la entidad blanquivioleta.
José es el símbolo de la esperanza y de la fe. La primera ha sido recobrada a orillas del Pisuerga en base a un equipo con las ideas más claras, los actores más implicados y, en el caso del talaverano, con más identificación con los protagonistas.
Porque sí, José es fe, y ninguno necesita acento. Las carreras del canterano, con y sin balón, han sido en muchos partidos el mayor argumento del equipo pucelano. Suyo fue el primer gol de la temporada frente al Real Oviedo, el primero que otorgó puntos a la escuadra de Paco Herrera, y desde entonces solo ha sabido sumar.
En total, José acumula 1.247 minutos es temporada. No son muchos, teniendo en cuenta su importancia, debido a una lesión que le tuvo fuera de los terrenos de juego durante cuatro semanas, por lo que de los veintiún encuentros hasta la fecha, ha disputado dieciséis. Solo en el último partido frente al Cádiz ha sido suplente, además, sin llegar a disputar un solo minuto.
La esperanza, la fe, la entrega e incluso la valía eran aspectos que se le presuponían, pero ‘El Niño’ no solo es hasta el momento el mejor jugador del Real Valladolid en la temporada 2016/2017, sino que es, además, el máximo goleador. Este dato habla muy bien del canterano, pero no tanto de los demás hombres de ataque, ya que los pichichis de la categoría superan ya la docena de goles y el talaverano suma seis hasta el momento.
¿La responsabilidad del gol recae en José? No únicamente, pero es la opción más factible hasta el momento. Ha marcado a Oviedo, Nàstic, Mallorca, Mirandés y Alcorcón (a este por partida doble). En todos esos encuentros, el Real Valladolid sumó tres puntos, por lo que cabe añadir que los goles de José no son ni mucho menos intrascendentes.
Lejos de los goles o de las asistencias (lleva dos hasta el momento), la importancia del canterano reside más en eso que ya hemos apuntado y que, particularmente, repunta: esperanza y fe. La primera nace en gran parte gracias a él en este Real Valladolid, ya que prendió la llama cuando creíamos que no quedaban ni cenizas.
Tras ella vino la fe, la mejoría del equipo. Ello ha supuesto que la afición y la ciudad empiecen a creer con verdaderos argumentos, incluso cuando el más importante hasta el momento, el propio José, no ha brillado.