El Real Valladolid destaca en el apartado defensivo, siendo el segundo equipo menos goleado en casa, el tercero global y el cuarto que presenta mejor averaje
El Real Valladolid ha terminado la primera vuelta yendo de menos a más, dando muestras de equipo cada vez más hecho, lo que le ha permitido llegar al ecuador de la competición a medio camino del objetivo del play-off. Aunque por delante queda mucha Segunda, ha mostrado signos que invitan al optimismo y que a nivel estadístico se fundamentan sobre todo en el apartado defensivo.
Si bien al equipo le cuesta hacer gol, algo que se lleva viendo desde que comenzó temporada y que solamente se rompió con la goleada al CD Mirandés, atrás las cosas marchan bien. Así, hay varias estadísticas favorables al conjunto de Paco Herrera, como que las 10 porterías a cero son el segundo mejor registro de la categoría, después de las 12 del Levante UD.
En estas veintiuna fechas ha sido el tercer equipo que menos goles ha encajado (18), después del propio conjunto granota (14) y del Reus Deportiu (16). Además es el segundo que menos goles recibe como local (4), solo por detrás de un sorprendente Alcorcón (3) que lo que gana en Santo Domingo lo pierde fuera. Con todo, gracias a estos datos, y pese a que marca poco, es el cuarto equipo con mejor averaje (+7), después de Levante (+16), Girona (+15) y Cádiz (+9).
Si bien es cierto que es décimo en el apartado goleador (25), el hecho de apenas encajar va en su beneficio, y de ese buen hacer defensivo el hecho de que vaya quinto. En todo caso, su 5-0 al CD Mirandés es la mayor goleada de la temporada en lo que va de liga, un detalle del que se podría extraer que el potencial ofensivo es mayor que el visto hasta ahora.
Superado el bache de inicio de campaña, el Real Valladolid ha sido fuerte en casa, donde, sin embargo, las derrotas ante UCAM Murcia y SD Huesca y el posterior empate contra la UD Almería le impiden ser nada más que noveno, con 20 de los 31 puntos obtenidos. Mientras tanto, el haber sumado 11 unidades a domicilio le convierten en el séptimo mejor foráneo.
Sirva para acentuar y a la vez aclarar este contraste el dato de que mientras los equipos locales han sumado 412 puntos (el 66’45%), los visitantes se han quedado en casi la mitad, 208 (el 33’55% restante), por lo que a todas luces se puede hablar de una Segunda División en la que no sumar en casa penaliza y hacerlo fuera da un plus de competitividad evidente.
Sabedores de esta circunstancia, los blanquivioletas deberán potenciar sus habilidades defensivas y como locales si se quieren llevar el gato al agua y al menos conseguir clasificarse para el play-off. Para ello, además, deberán mejorar en lo que a rachas positivas se refiere, puesto que su máximo de cinco partidos sin perder son la duodécima mejor, muy lejos, por lo tanto, de los puestos anhelados.
Lejos quedan los nueve partidos sin caer que han llegado a encadenar de forma consecutiva Levante o Lugo, como lejos quedan en el tiempo las cinco derrotas seguidas, hecho que nadie ha repetido en estas veintiuna fechas. No obstante, sí hay quien ha estado más tiempo sin lograr un triunfo: hasta seis equipos, para ser exactos, con rachas que van hasta los nueve envites sin sumar tres puntos.
No hace falta ser un lince para darse cuenta que si no fuera por esas cinco derrotas seguidas el Real Valladolid podría estar más arriba, aunque si ha tardado en colocarse en zona de play-off es también porque no ha sido capaz de encadenar tres victorias, algo que sí han hecho siete de sus rivales, el resto de los seis primeros y un Córdoba que ha ido de más a menos.
Volviendo a esos cinco tropiezos que hoy parecen olvidados, y sin ánimo de hacer sangre, cabe decir que desde la octava jornada, en la que se cayó ante el Levante, el Pucela ha sumado 24 de sus 31 puntos, algo que por sí solo dice más bien poco, pero que encierra una realidad, y es que teniendo solo en cuenta los trece partidos siguientes, los de Paco Herrera serían igualmente quinto, pero estaría más cerca del ascenso directo, para ser exactos a solo 3 puntos, ya que desde entonces el Getafe ha sumado 28 y Levante y Girona 27, por los 25 del Cádiz.
Pasado pisado, pensará o dirá alguno. Y sí pero. Cierto es que los vallisoletanos han mejorado mucho desde entonces y que incluso ofrecer el dato anterior es hacer casi un ejercicio de fútbol ficción, pero lo cierto es que las ocho derrotas cosechadas son muchas para un aspirante a subir a Primera División (de hecho, hay hasta diez equipos con menos). Y como muestra un botón: en las últimas temporadas nadie ha ascendido de forma directa con más de diez… aunque bien es cierto que eso está muy lejos y que, en cambio, Las Palmas ascendió mediante play-off tras cosechar quince. Aunque para pensar en eso aún queda.