El venezolano apunta a titular en el estreno liguero del Real Valladolid, tras las bajas de Joan Jordán y Sergio Marcos

Foto: Rosa M. Martín
Solo restan cinco días para el debut del Real Valladolid en la Liga 1|2|3. El domingo, a partir de las 22:30 horas, arrancará un nuevo camino en la historia blanquivioleta. Y lo hará con Paco Herrera en el banquillo, quien poco a poco ha ido imponiendo su idea en sus pupilos.
El técnico ha demostrado que quiere jugar con más centrocampistas de los habituales. Solo hay que ver la plantilla en esa parcela, que ahora mismo ocupan seis del primer equipo y dos del Promesas, que estarán a las órdenes de Herrera durante el curso.
Uno de estos últimos es Renzo Zambrano, que parece ser del agrado del entrenador. Desde el primer momento ha confiado en él y le ha dado minutos en los amistosos de preparación. Aunque quizá la prueba clave, la del pasado sábado en el Trofeo Ciudad de Valladolid frente al Alavés, en la que fue titular, dejara todavía más clara la postura del míster.
Hay que tener en cuenta que existen factores que benefician la más que posible presencia del jugador venezolano en el primer once oficial del Pucela en la temporada 2016/17.
Y es que ni Sergio Marcos, por sanción, ni Joan Jordán, por lesión, podrán estar ante el Real Oviedo. Por lo tanto, el venezolano se encuentra con la oportunidad de comenzar el curso disfrutando de minutos con los mayores.
André Leão y Álex López son fijos en la medular para un Herrera al que le gusta tener el balón. Por ello, Jordán y Marcos son sus mejores opciones para acompañarles. Aunque Zambrano no ha disgustado al técnico. De hecho, la evolución del vinotinto desde su llegada ha sido notable. Cuando arribó a Los Anexos se encontró perdido en el fútbol español, como el mismo reconoció en medios de comunicación de su país.
Pero las jornadas pasaron y el venezolano cada vez iba aportando más. Cierto es que tuvo muchas oportunidades para ello, quizá más de las esperadas viendo sus primeras actuaciones, pero la apuesta por él al final resultó positiva. En total, jugó 2.660 minutos, repartidos en 34 partidos, de los que fue titular en 32 y disputó los 90′ en veintiuna ocasiones.
Los asiduos a Los Anexos durante el curso pasado comprobaron con sus propios ojos cómo fue de menos a más. Pese a ser un centrocampista de carácter ofensivo –más mediapunta–, tiene el gol como asignatura pendiente, ya que solo marcó dos. Sus internadas en el área rival resultaban estériles para sus intereses individuales, aunque no para los colectivos.
Posee un potente disparo que también ha sacado a relucir en esta pretemporada, pero los porteros le han seguido ganando las batallas. Su rapidez, tanto física –adquirida en Los Anexos–, como en el juego, le permiten cargar la pierna para sacar esos tiros que deberán ser más efectivos este curso, si quiere seguir ganando galones.
Porque Zambrano llegó a Valladolid con vistas a jugar en el primer equipo, algo que todavía no ha hecho en competición oficial. De hecho, fue presentado como un jugador más del ‘A’, pero ninguno de los tres entrenadores apostaron por él durante la temporada. Por ello, este domingo tiene ante sí una gran oportunidad, en el que sería un partido muy especial para él.