El entrenador del Real Valladolid aseguró durante su presentación que solo contaría con jugadores de equipo, algo que el cafetero no viene siendo

La llegada de Alberto López al banquillo del Real Valladolid ha traído consigo dos cambios visibles: las entradas de Samuel y de Guzmán en el once. Ambos jugadores, que fueron de la partida la semana pasada ante el CD Lugo, coincidieron en etapas anteriores con el nuevo míster y parece que cuentan con su confianza.
No hubo más cambios porque, en un principio, había poco donde cambiar debido a las bajas. En el centro del campo solo podían jugar Álvaro Rubio y Tiba de la primera plantilla y Anuar del filial. Por las bandas, con Juan Villar tocado, Guzmán y Mojica parecían fijos. Tan solo en la punta de ataque pudo haber cambios, como la entrada de Manu del Moral, pero el técnico vasco decidió seguir dando la oportunidad a la dupla Rennella-Roger.
Este próximo domingo, salvo sorpresas en las últimas sesiones de entrenamiento, Alberto podrá contar con todos los efectivos de la primera plantilla, y se esperan cambios. Teniendo en cuenta el discurso que llevó a cabo en su presentación, Alberto prescindirá de aquellos jugadores que no jueguen en equipo. De los once habituales en el Pucela, ese mensaje pudo ir dirigido a Johan Mojica.
El colombiano peca, a menudo, de ‘estrellita’. Mojica es un jugador distinto a todos los demás de la plantilla, para lo bueno y para lo malo. Posiblemente, sea el jugador más explosivo y el que más capacidad de desequilibrio tiene, pero también es el que más se entretiene con el balón haciendo frivolidades –o tonterías, como diría otro- y uno de los que peores gestos tiene con sus compañeros.
Máximo asistente del Real Valladolid, ‘El Correcaminos’ es determinante en ataque cuando está enchufado. Nadie puede dudar de eso, ni de su capacidad de desborde sobre todo cuando saca rendimiento a su faceta atlética y echa a correr. Imparable. Pero, como en ‘La Guerra de las Galaxias’, también tiene su lado oscuro y, a veces, le puede.
Ese lado oscuro son sus gestos de enfado y sus regates de cara a la galería. Un equipo de Segunda División tiene que ser un bloque sólido, en ataque y en defensa. Cuando el equipo mira para arriba, Mojica siempre suele participar aunque no siempre de manera acertada y es que pese a ser el que más pases de gol ha dado en el equipo, la afición no le tiene en tan alta estima. Así lo demostró la parroquia blanquivioleta cuando fue sustituido contra el Lugo en el minuto 83.
Más allá de sus frivolidades, el cafetero ha tenido muchos malos gestos con sus compañeros. Los fallos que tienen sus socios parecen más graves que los suyos propios o así lo ha hecho ver Mojica con sus continuos aspavientos en su banda izquierda.
Sea como fuere, y a la espera de ver que once presenta Alberto en Vitoria, puede que haya estado ante uno de sus últimos partidos como titular en el equipo blanquivioleta ya que, o cambia de actitud, o puede ir despidiéndose de su verdadero objetivo: la selección colombiana