El Real Valladolid ha sumado solo un punto de doce posibles, lo que convierte a la actual dinámica del Pucela en la peor de toda la campaña

Es mejor lo malo conocido que lo bueno por conocer, dice un refrán castellano. Por desgracia, es aplicable a la actual temporada de un Real Valladolid empeñado en hacerlo cada vez peor, despejando del horizonte cualquier posibilidad de ascenso e, incluso, coqueteando con el descenso.
¿Exagerado? Por desgracia, no. La peor racha del Pucela esta temporada en cuatro partidos consecutivos era de dos puntos; los cosechados por Gaizka Garitano en sus últimos cuatro partidos al frente del cuadro blanquivioleta.
Esta marca ha sido batida por Portugal en las últimas cuatro jornadas ligueras en las que el Real Valladolid ha sumado solo un punto y ha recibido la friolera de once goles, es decir una media muy próxima a los tres tantos por partido.
En este punto se vuelve a lo de antes, un punto, contra el Almería hace tres jornadas en Zorrilla, no ha hecho que el Pucela esté ahora lejos de la promoción, no, sino que ahora parece que el descenso está más cerca.
En verdad no es así, pues en estos momentos y a falta de que jueguen muchos equipos los de Portugal están a siete puntos de la promoción y a once del descenso, pero es lo de menos.
Lo que importa en estos momentos clave de la temporada son las sensaciones y las de los vallisoletanos son muy malas. El equipo parece que no es capaz de levantar el vuelo; jugadores nerviosos sobre el campo, poco comprometidos y un entrenador al que le tiembla el pulso cuando tiene que jugársela con un cambio ofensivo.
La próxima jornada, el Real Valladolid visita el Sadar para enfrentarse a un Osasuna que aún tiene esperanzas de ascender a Primera. Ese partido será clave. ¿Para qué? Para saber si el Pucela va a sufrir para mantenerse en Segunda.