Este interior zurdo es uno de las grandes esperanzas de la cantera blanquivioleta. Actualmente milita en el Nacional Juvenil, pero ya ha debutado con el División de Honor.
Por Ismael Quevedo Rieiro (Ourense, 04-07-1995) probablemente pocos lo identifiquen. Si se habla de ‘Gallego’, en cambio, más de uno verá en él una de las jóvenes promesas de la cantera del Real Valladolid. Este futbolista milita en el Juvenil B aunque ya ha vuelto a tener su premio de participar con el División de Honor. Fue el diez de septiembre en Valdebebas siendo titular ante el Real Madrid aunque su debut fue la pasada campaña en el campo del Rayo Vallecano siendo aún cadete, de la mano de Juan Carlos Pereira.
Llegó en la temporada 2010/11 a orillas del Pisuerga procedente del cadete del Pabellón Ourense B, conjunto en el que había militado desde alevines. Es decir, durante diez temporadas, para este chaval criado en el barrio del Puente. Los gallegos tienen un acuerdo de colaboración con el Deportivo de La Coruña y de hecho, en su momento le ofrecieron ir a hacer la pretemporada con ellos pero Ismael se decantó por vestir de blanco y violeta.
La pasada campaña demostró sus credenciales y ello le valió también para acudir con la sub-16 castellano-leonesa, algo que ha repetido en la presente donde es un fijo en las citaciones de Pereira. Anteriormente ya había estado también con la sub-14 gallega y siendo benjamín, acudió al campeonato de España de selecciones autonómicas.
Fuera de los terrenos de juego, él se define como un chaval gracioso y con buen humor, aunque algo vago. Futbolísticamente, es desequilibrante, veloz, con una depurada técnica y un buen golpeo de balón. En la actual campaña ha disputado un encuentro con el División de Honor y nueve con el Nacional Juvenil (marcando un gol ante el Burgos UD). En todos ellos como titular y solamente se perdió por lesión los del Quintanar y Santa Marta. Su equipo del Juvenil B no está respondiendo como esperaba pero confía en que los buenos resultados lleguen pronto.
Es muy supersticioso y, de hecho, antes de iniciarse los partidos se venda una cadena con el nombre de su familia -a la que echa mucho de menos, al igual que a sus amigos-, además de santiguarse tantas veces como el número que luzca en su espalda. Su padre también fue futbolista, pero a nivel amateur. Ahora ‘Gallego’ espera poder llegar más alto y acabar jugando a nivel profesional. Eso sí, lo primero son los estudios. Actualmente está cursando 4º de la ESO en el Instituto Antonio Tovar.