El Real Valladolid B cosecha su tercera derrota seguida, esta vez ante un Racing con mayor pegada y que solo fue superior durante quince minutos

El Real Valladolid Promesas fue incapaz de sacar un resultado positivo ante el Real Racing Club a pesar de que presentó batalla durante muchos minutos. El filial blanquivioleta estuvo impreciso en las dos áreas, allí donde se juegan los puntos, si bien ganó la batalla en mediocampo.
Su lectura fue siempre la correcta, lo que no bastó. Maniató a los cántabros en toda la primera mitad, pero Dioni consiguió desasirse quince minutos y su insurrección costó cara, pues fue él quien marcó los dos goles de un equipo que en Zorrilla tan solo demostró pegada, de fútbol, nada.
Bien es verdad que, decíamos, buena parte del mérito fue del Promesas. Varió su dibujo, colocando a Mario Robles como hombre libre, y su aportación permitió a los de Borja Jiménez ser superiores en el centro del campo. Barrió todo balón dividido, que eran muchos los que el Racing dividía.
Y dio salida, siendo el enlace entre las dos líneas de cuatro. A su lado, o por lo menos cerca, Anuar correteaba al espacio, parecía disfrutar. Conducía y se unía a Juliá, tercer hombre, o lo intentaba hacer con los tres de arriba, siempre voluntariosos pero no siempre acertados.
El Racing no sabía qué hacer. Pumpido y Dioni se tenían que fajar y bajar demasiado si querían tener el balón, y eso que las dos líneas que tenían por detrás estaban bien cerca. Con todo, la altura de los dos equipos hacía que se jugara en un espacio bastante reducido, lejos de las áreas, lo que deslució el duelo a ojos del espectador.
El único resquicio para la duda de la zaga local venía de los centros laterales visitantes, sobre todo por el lado de Arroyo, más solo que Ángel porque a Juliá le costaba más llegar que a Anuar (también es verdad: porque llegaba más lejos en ataque). Así, la primera mitad transcurrió sin demasiadas ocasiones, apenas una combinación entre Caye Quintana, siempre trabajador, y José, siempre volátil, y un disparo de Pumpido al palo, por fuera, tras una indecisión de Julio y Casado.
Aunque la producción ofensiva no fue alta, se puede decir que a los puntos, como diría el símil boxístico, el filial era mejor. Por lo tanto, si alguien merecía que el resultado le fuera favorable, sin duda era el Promesas. Y este le sonrió. Con el tiempo ya cumplido, el Real Racing Club botó uno de esos saques de esquina absurdos, que acaban perdiéndose porque la defensa rival capta tamaña tontería. Anuar galopó hacia un lado y Toni hacia otro, y el contragolpe se convirtió en el uno a cero por el pobre repliegue cántabro. Lo convirtió el murciano, que llevaba sin marcar más de un año, y recordaba así su gol al Real Oviedo en el mismo escenario.
El descanso llegó, y con él la penitencia blanquivioleta, puesto que los locales se enfriaron. Los visitantes, en cambio, salieron fuertes en la segunda parte, en la que voltearon rápido el marcador –que no el electrónico: no se encendió–. Apenas dos minutos después de que comenzará el segundo periodo, Dioni se revolvió en el área y disparó a puerta, un tiro que acarició mansamente las mallas de Julio después de dar en un defensor. Si algo había que evitar era justo eso, un tanto que llegara rápido y espoleado a los racinguistas.
Así sucedió. El gol agitó a las masas y los desplazados de Santander empezaron a alentar con mayor bravura a los suyos. Y Dioni decidió que si alguien tenía que encarnar a ‘La Gradona’, ese tenía que ser él. De esta manera, antes de que se cumpliera la hora de encuentro, Borja Granero robó un balón, que abrió a la izquierda, donde cayó Pumpido, que centró, mal, flojo, al primer palo, donde, sin embargo, apareció la fe del ‘nueve’ para hacer el uno a dos, anticipándose en el remate a su par.
Tras hacer lo difícil, todo lo bueno realizado, la resistencia opuesta ante uno de los gallos de la categoría, se había volatilizado. Seguramente sin merecerlo, el Promesas se vio por debajo, obligado a mover ficha. Como el hombre libre ya no tenía ningún sentido, Borja Jiménez prescindió de Mario y dio entrada a Mayoral, ganando mayor presencia en posiciones próximas al área verdiblanca. Toni encontró un nuevo apoyo en posiciones de ataque con el que combinar, aunque sin éxito. La decisión hizo crecer al filial, pero faltaron ocasiones.
Si no superiores, los blanquivioletas por lo menos no fueron inferiores en el tramo restante. Mostraron valentía, pero no obtuvieron premio porque el ahínco no trajo aparejado peligro real, más allá de un tiro que provocó un paradón de Óscar Santiago en el 87′ y cuyo rechazo, una vez acabó en las botas de Adrián, terminó topándose con el palo.

El volcarse tampoco trajo como contrarresto una sensación de peligro excesiva por parte del Racing de Santander. Coulibaly, que ya la lió en la ida, ganó línea de fondo, y tras deshacerse de Arroyo centró, pero Dioni, esta vez sí, se encontró con la respuesta de Julio. Habría sido la sentencia… y algo injusto, como quizá incluso resultó ser el triunfo visitante.
Antes de la conclusión Ángel fue expulsado, tras caer en los límites del área, en opinión del colegiado, simulando penalti, algo que tampoco protestó en exceso el cuadro local. Pese a la inferioridad numérica, que duró cinco minutos, los cinco finales, el Real Valladolid B siguió pertrechando al Racing en su área, sin llegar a agobiarle con excesivos disparos.
De darse en otro momento, la derrota del Promesas sería menos dolorosa. Sucede que llega después de otras dos, y cuando la necesidad empieza a apreciar de nuevo, toda vez que los dos partidos previos han sido también derrotas.
Llegados a este punto, reconocía luego Borja Jiménez, competir no basta, hay que sumar. Algo que sus chicos intentarán –y deberán– hacer en los dos próximos envites, claves por la salvación por ser quienes son los rivales: Atlético Astorga y Arandina.
Real Valladolid Promesas: Julio; Arroyo, Iván Casado, Porcar, Ángel; Anuar, Mario (Mayoral, min. 64), Juliá; José (Renzo Zambrano, min. 76), Caye Quintana y Toni (Adrián, min. 86).
Real Racing Club: Óscar Santiago; Fede, Caneda, Santamaría, Migue García; Artiles (Óscar Fernández, min. 76), Granero, Peña, Dani Rodríguez; Pumpido (Coulibaly, min. 71) y Dioni (Francis, min. 92).
Árbitro: Miralles Selma (C.T. Valenciano). Expulsó por doble amarilla a Ángel en el minuto 84. Además, amonestó a los locales Jose y Porcar, y a los visitantes Granero, Pumpido, Dani Rodríguez y César Caneda. Asimismo, amonestó al entrenador cántabro, Pedro Munitis, por protestar.
Goles: 1-0, min. 45: Toni. 1-1, min. 47: Dioni. 1-2, min. 57: Dioni.
Incidencias: Unos 1.500 espectadores (en torno a 500 de Cantabria) presenciaron el encuentro en el Nuevo José Zorrilla, correspondiente a la vigesimanovena jornada del Grupo I de Segunda B.