Jaime, Baraja, Álvaro Rubio, Víctor Pérez, Patrick Ebert, Javi Guerra y Manucho pueden negociar desde hoy su incorporación a otra entidad
Desde hoy, si no los tenía ya, el Real Valladolid tiene siete frentes abiertos en forma de continuidad o no de varios de sus jugadores a partir del próximo treinta de junio. Algo ya sabido, aunque con una novedad de Perogrullo: Cualquiera de los siete hombres que finalizan en tal fecha su vinculación con la entidad blanquivioleta es libre de decidir su futuro y firmar por otro club.
Jaime Jiménez, Javier Baraja, Álvaro Rubio, Víctor Pérez, Javi Guerra y Manucho tienen un futuro en un blanco y violeta difuso, toda vez que se desconoce qué ocurrirá con ellos a final de temporada, pues, si bien hay interés por parte de la entidad en que algunos sigan, con otros la cuestión no está tan clara.
El primero de ellos, Jaime, renovó el pasado verano por una temporada más, a pesar de no cumplir con el número mínimo de encuentros que tenía estipulado para que su continuidad fuera un hecho. Con la llegada de Diego Mariño se ha visto relegado a un plano secundario y ha actuado únicamente en los encuentros de Copa del Rey, pero está visto como un sustituto de garantías para el guardameta gallego… al menos de puertas para afuera, pues no se conocen aún las intenciones de futuro que el club tiene con respecto a él.
El siguiente en la lista es Javier Baraja, el gran capitán, quien personifica qué es el Real Valladolid, después de pasar por todas sus categorías. Su participación en el campo, durante el pasado curso, fue escasa, algo que ha cambiado en el presente, aunque por obligación, ya que sigue siendo, por norma, la última opción en el centro del campo.
Si embargo, se le tiene por un elemento importante, quizá el que más, precisamente por su conocimiento de la casa y porque la jerarquía va más allá del brazalete. En su contrato figura que renovaría en caso de jugar un determinado número de encuentros, que, de continuar así, difícilmente alcance, aunque cabe recordar que su última ampliación fue silenciosa, por lo que nada es descartable.
Álvaro Rubio es el dueño de la manija y el silencio, el hacedor de fútbol en el que todo empieza. Desde su llegada, salvo en contadas excepciones, ha sido indiscutible siempre que su estado de forma ha sido el adecuado para saltar al campo, algo que, con el paso de los años, se ha ido dando con menor frecuencia, debido a diferentes problemas físicos del riojano.
No obstante, su grado de participación continúa siendo altísimo y está también bien considerado, tanto en las oficinas como en el vestuario, de manera que lo normal sería que prosiguiera vestido de blanquivioleta al menos una temporada más.
Víctor Pérez es, de todos, uno de los mayores ‘caramelos’ para el resto de clubes, por las condiciones en que se daría su fichaje y por su calidad. Aunque apenas ha podido vestirse de corto en el último tramo de 2013 -especialmente-, es un jugador capital para el Real Valladolid, ya que, con él sobre el césped, mejora ostensiblemente su juego.
Pese a lo goloso que resulta para cualquier equipo de perfil medio de la Liga, se espera que renueve. Los contactos entre las partes se iniciaron hace ya un par de meses y la disposición del albaceteño es buena para que las tres campañas como jugador albivioleta se prorroguen más allá de junio.
Otra de las piezas más codiciadas es Patrick Ebert, a pesar de que su rendimiento está hasta el momento por debajo del que ofreció la pasada campaña. Sin embargo, a punto de cumplir veintisiete años, se encuentra en la edad perfecta para dar el salto hacia un equipo con mayores aspiraciones… si es que el físico se lo permite.
El que no haya sido aún tan determinante como el año anterior no evita que la dirección deportiva se plantee su renovación a toda costa (aunque no a cualquier precio), ya que es consciente de lo que puede llegar a ofrecer y del mercado que tiene. Será, probablemente, quien más ‘novias’ tenga, cuestión que complica sobremanera su renovación por un club de escaso carácter adquisitivo, lo cual, dicho sea de paso, no la descarta.
También podría ser complicada la continuidad de Javi Guerra, en la actualidad, máximo goleador nacional, Diego Costa al margen. Como al extremo teutón, no le faltarán conjuntos interesados en hacerse en sus servicios, aunque en su caso hay unos matices distintos.
El Real Valladolid está dispuesto a hacer un esfuerzo, como en el caso del alemán, tiempo después del, quizá, idóneo para entablar conversaciones. Ahora, el jugador se remite al final de curso para hablar, si bien añade que por respeto no lo hará con ningún club hasta que la salvación esté sellada. Tiene casi 32 años, pero acaba de explotar como goleador en Primera y es el complemento ideal para un buen número de delanteras.
El último nombre que aparece en escena es el de Manucho. El delantero africano es objeto de deseo del Gallos de Querétaro mexicano, tal y como informó este portal días atrás, un conjunto que podría hacerse con sus servicios en este mismo mercado invernal. Por lo pronto, todo parece indicar que, en caso de que se incorpore, no sería el día cuatro, como en el conjunto azteca tenían previsto.
Con todo es, de los siete, el que más complicado tiene su futuro. Teniendo en cuenta que comenzó las dos últimas temporadas como un descarte a reintegrar al grupo, así como su elevado suelto, parece harto complicado que la dirección deportiva le ofrezca la renovación.
Alcatraz y Fausto Rossi
Junto a la situación de los anteriores, en los meses futuros habrá que aclarar la situación de los dos jugadores que se encuentran cedidos en el Real Valladolid, el lateral derecho colombiano Gilberto ‘Alcatraz’ García y el centrocampista italiano Fausto Rossi. En ambos casos existe una opción de compra futura, que llevaría al club a realizar un desembolso en caso de querer alargar su vinculación a la entidad.
Hasta la fecha, el zaguero cafetero ha tenido una participación escasa, con el punto álgido tenido en el encuentro de Mestalla, ante el por entonces Valencia de Miroslav Djukic. ‘Il Imperatore’, mientras tanto, es parte activa del engranaje de Juan Ignacio Martínez, hecho que no garantiza que la opción se vaya a ejecutar, debido a lo elevado de la cantidad que habría que pagar por él.