El malagueño marca un hat-trick que permite al Real Valladolid salir del descenso en un partido en el que Óscar también tuvo protagonismo.
Tres, tres y tres. Tres son los goles que Javi Guerra marcó esta fría noche de lunes para dar al Real Valladolid una victoria que se antojaba necesaria antes del inicio del partido, su primer hat-trick en Primera, ahí es nada. Todos sabían la importancia que tenía el choque ante el Celta y donde no valía otra cosa que no fuera ganar. La dolorosa derrota ante Osasuna y el pésimo espectáculo ofrecido en Copa del Rey ante el Rayo no podían repetirse ante los vigueses si el equipo quería salir de la zona roja de la clasificación.
Tres son los puntos que el Real Valladolid suma gracias a este triunfo y logra auparse a la decimosexta posición con quince puntos. Y tres son las victorias que acumulan los blanquivioletas desde el inicio de campaña, la segunda en el José Zorrilla.
El partido se presentaba interesante con los precedentes anteriormente mencionados, más aún cuando es el Celta el rival que estaba enfrente. El frío y la niebla, típicos de un dieciséis de diciembre a las diez de la noche, no invitaban a subir al estadio. Por eso la grada estaba semivacía. 6.594 espectadores, la peor entrada de la temporada, asistieron al mejor espectáculo que ha dado el equipo desde el inicio de la 2013/14 en el templo blanquivioleta.
En la primera parte ya se vieron las intenciones de los dos conjuntos. Fue el Celta el que tuvo la primera oportunidad en las botas de Nolito, que un acertadísimo Diego Mariño desbarató. Poco después, el Pucela respondió en forma de gol. Ebert sacó de esquina y Javi Guerra remató al fondo de la red. El árbitro lo dio por válido, pero a instancias del linier acabó anulando el gol para enfado y disgusto de los jugadores y de la parroquia blanquivioleta. Los de Vigo querían batir a Mariño antes del descanso y aprovechar el revuelo acontecido por la decisión arbitral con una ocasión de Charles, pero, de nuevo, el guardameta volvió a erigirse protagonista.
El Real Valladolid estaba siendo superior y era hora de materializarlo. Había que ganar sí o sí. Tras el paso por vestuarios, Juan Ignacio Martínez decidió que era el turno de Óscar. Corría el minuto 55 cuando el salmantino salió al terreno de juego por un intermitente Omar. Zorrilla ovacionó al mediapunta sin saber que de manera indirecta sería el protagonista de la noche.
Mariño provocó la segunda amarilla al celtista Charles, lo que hacía que el equipo de Luis Enrique se quedara con diez. Tan solo un minuto después, Javi Guerra golpeó por primera vez. Ebert asistió al malagueño para que marcase el tanto que abría la lata. Este gol dio alas a los de Juan Ignacio, que se dedicaron a atacar constantemente, con Álvaro Rubio y Fausto Rossi cómodos en el centro del campo. Jugando a lo que ellos saben jugar, al fútbol, a pesar de que el césped se asemejara a una pista helada.
Y Guerra volvió a golpear. Segunda vez, que no la última. Peña puso un centro medido a la cabeza del pichichi nacional que cabeceó a la perfección para mandar el balón al fondo de la red. Un dos a cero a falta de veinte minutos que parecía cerrar el partido. Pero no, el Pucela quería más. Óscar y Guerra volvieron a asociarse. Como en los viejos tiempos. Como hace no tanto. El mago y ‘Heartbreak Nine’ demostraron una vez más que juntos este equipo es otra cosa. El salmantino dejó la pelota con el exterior y el malagueño marcaría de nuevo. Tres goles a cada cual más bonito.
Con el partido más que sentenciado, las más de 6.000 gargantas decidieron que era el momento oportuno para premiar al equipo con olés, después de un choque en el que los ánimos se mezclaron con quejas y protestas al trío arbitral por la actuación que estaban llevando a cabo.
Tres puntos que saben a gloria después de lo acontecido semanas anteriores que sirven como punto de inflexión para que el equipo coja la moral suficiente que les permita seguir escalando puestos en la clasificación. Una victoria que debe confirmar el cambio de rumbo ante el Espanyol en la última jornada liguera del año, aunque antes les aguarda el Rayo en Vallecas para dirimir quién será el que pasa a octavos de la Copa del Rey.