El Atlético de Madrid ha invertido en fichajes menos de la mitad de lo que ha ingresado por traspasos debido a la nueva y restrictiva norma de control financiero de la Liga de Fútbol Profesional.

Anda la Liga de Fútbol Profesional preocupada por la deuda de sus asociados, y no es para menos. El ruinoso negocio en el que parece haberse convertido el fútbol, como otros tantos, se ha cobrado ya un buen puñado de víctimas e iba camino de llevarse por delante a otras tantas. La senda parece de no retorno en infinidad de casos, pero para intentar evitar el descalabro, la asociación ha obligado a los clubes a agarrarse los machos.
Javier Tebas, presidente de la LFP, acostumbra a recibir críticas prácticamente por respirar, pero en esta ocasión ha acertado a limitar el presupuesto máximo al que cada uno de los equipos de Primera y Segunda División podían aspirar teniendo en cuenta diferentes partidas de ingresos y gastos.
En lo referente a las ganancias, se tiene en cuenta el contrato vigente con el operador televisivo, el dinero percibido en concepto de abonos y taquillaje la pasada campaña, la publicidad y patrocinios estimada para este curso, las cantidades ingresadas por disputar competición europea en los últimos cinco años y el beneficio obtenido por traspasos en el mismo periodo de tiempo.
En el apartado de dispendios, aparecen los gastos de la última temporada, exceptuando los referidos a la primera plantilla, la partida que la entidad correspondiente destinará a cancelar parte de su deuda y los gastos derivados del primer plantel, cuerpo técnico incluido, un apartado en el que ha cobrado -y cobrará- especial importancia, el concepto de la amortización contable del jugador.
En términos económicos, un futbolista es un activo fijo, destinado a formar parte del proceso ‘productivo’ durante un periodo de tiempo; véase, la duración de su contrato. El dinero empleado en su adquisición, a efectos de contabilidad, no computa en su totalidad, sino en base a su amortización anual, que es fruto de la división del gasto entre el tiempo que estará en la entidad.
Por poner un ejemplo: Neymar ha costado al Fútbol Club Barcelona 57 millones, según cifras oficiales, y ha firmado por seis temporadas. Esos 57 millones, sin embargo, en las cuentas del FC Barcelona aparecerán fraccionados, a razón de nueve millones y medio de euros durante los seis años que el astro brasileño vestirá la camiseta azulgrana.
Con todo, la Liga de Fútbol Profesional ha impuesto a cada club no solo un techo de gasto total, sino una partida máxima destinada a cada jugador, resultante de la suma del salario que recibirá esta temporada y de la cantidad a amortizar de su traspaso, que, en el caso del Atlético de Madrid no supera los cinco millones de euros, cantidad que ha impedido que en la ribera del Manzanares hayan podido hacer grandes desembolsos de cara a este curso.
De esta manera, si el conjunto colchonero hubiese invertido veinte millones en el fichaje de un sustituto para Radamel Falcao y hubiese firmado al delantero en cuestión hasta el treinta de junio de 2018, pongamos por caso, su amortización anual sería de cuatro millones, de manera que únicamente podría recibir un salario de un ‘kilo’, probablemente, bastante inferior a su caché, algo que ha alejado del Calderón a jugadores como Jérémy Toulalan, Luiz Gustavo, Roberto Soldado o Álvaro Negredo.
Después de ganar la Copa del Rey y clasificarse para la Champions League de esta temporada, el Atlético de Madrid está obligado a mantener el nivel mostrado el pasado año y seguir opositando a ser la alternativa a las dos grandes potencias nacionales. Para ello, teniendo en cuenta la ferocidad de la competencia que suponen Barça y Madrid en España y otro buen puñado de equipos en Europa, debían buscar pulir defectos del pasado a base de refuerzos; hasta seis llevados a cabo.
Con Sergio Asenjo y Joel cansados de estar a la sombra del belga Thibaut Courtois, y dado el mercado que ambos guardametas tenían, se apostó por la cesión del primero al Villarreal, la venta del segundo al Everton inglés y la llegada de Dani Aranzubia a coste cero, portero de garantías y la experiencia suficiente como para no ser un carga a medio o largo plazo y conocer cuál es su sitio. Por lo que pueda pasar con Courtois, se apostó también por el fichaje de Roberto, cedido al Olympiakos griego.
El fuenlabreño ha costado seis millones, si bien su traspaso tiene truco, la que a la vez el Benfica se ha hecho por esa misma cantidad de dinero con la mitad del pase de Pizzi, que se encuentra cedido en el Espanyol de Barcelona. Pero, ¿por qué esta fórmula? Pues sí, por la dichosa amortización. Para que el pase del portugués no conste en las cuentas rojiblancas como un negocio ruinoso después de haber pagado trece millones por sus servicios el pasado año.
Para el centro de la zaga han fichado a un joven valor charrúa, José María Giménez, procedente del Danubio. Con independencia del rendimiento que luego muestre, a priori el movimiento fue bueno, ya que después de sellar su contrato el central uruguayo destacó en el Mundial sub 20 y recientemente ha debutado con su selección absoluta. Su llegada se cerró por cinco años y tres millones de euros.
Antes, a finales del curso 2012/13, se aseguraron los servicios de otra promesa, esta ya con experiencia en la máxima categoría del fútbol español, el brasileño Léo Baptistão, que destacó sobremanera en el sorprendente Rayo Vallecano de Paco Jémez. Siete millones tienen la culpa de que sea jugador del Atlético de Madrid, como Giménez, también por cinco campañas.
En los últimos días de mercado llegaron el defensa belga Tobias Alderweireld y el centrocampista Joshua Guilavogui, por cuatro y cinco temporadas, respectivamente. Sus precios, siete y diez millones. Hallada la media del coste anual, por tanto, aun desconociendo lo que percibirá cada uno en concepto salarial, se encuentran dentro de los parámetros, al igual que el resto de los recién llegados.
Demichelis y Villa, negocios redondos
No. No nos hemos olvidado de Martín Demichelis ni de ‘El Guaje’ Villa. Simplemente sus casos requieren un punto aparte. O así lo estima quien escribe, ya que son, sin duda alguna, los negocios redondos del Atlético de Madrid para este curso.
El central argentino, de 32 años, llegó con la carta de libertad debajo del brazo, procedente del Málaga, e iba a estar vinculado al Atleti hasta junio de 2014. Efectivamente, iba, porque cincuenta días después de firmar su contrato estampó su firma en otra, con el Manchester City de Manuel Pellegrini, lo que ha reportado a las cuentas de la entidad colchonera cinco millones de euros.
La llegada de David Villa, como la salida de ‘Micho’, fue toda una sorpresa, ya que la prensa catalana publicaba en las mismas fechas en que se fraguó que el Fútbol Club Barcelona contaba con ofertas millonarias por él. Sin embargo, fue el vigente campeón de la Copa del Rey quien se hizo con él por solamente dos millones de euros; una ganga.
La junta directiva que dirige Sandro Rosell fue criticada con vehemencia por sus habituales detractores y por los que lo son menos, en el alegato de que estaba regalando a un jugador por el que hace tres años desembolsaron cuarenta millones de euros. Volviendo a los cálculos iniciales, a los de la amortización, y teniendo en cuenta que acababa contrato en 2014, nos sale que el FC Barcelona ha perdido en él diez millones, si bien es cierto que, a la vez, se ha desecho de una ficha de once, de manera que el ‘presente’ está justificado.
La apuesta del Atlético de Madrid por el máximo goleador de la historia de la selección española parece sobre seguro en lo futbolístico, pero, por lo que pueda pasar, está asegurada en lo económico. Si, como hemos visto, el límite que la LFP permite que se destine a cada jugador es de cinco millones de euros, obtenemos un dato interesante: la ficha de David Villa con el Atlético no superará los tres millones de euros.
A pesar de estar siempre envueltos en polémica, Enrique Cerezo y la familia Gil Marín han sabido convertir la austeridad obligada en un ejemplo de gestión, al menos en lo económico, ya que cumplen con los requisitos impuestos por la Liga de Fútbol Profesional para la tramitación de las licencias federativas y han gastado solo 33 de los 75’5 millones ingresados en concepto de traspasos.
Y no solo eso, sino que gracias al ingenio y el buen hacer de José Luis Pérez Caminero a la hora de moverse en el mercado, a oportunidades como la que ha dado con los huesos de El Guaje en el Manzanares y a una más que correcta gestión de los recursos de su cantera, a priori, ‘El Cholo’ Simeone contará con una plantilla más competente de lo que lo era la pasada, a pesar de la teórica pérdida de potencial que supuso la marcha de Radamel Falcao.