Amadeo Salvo, nuevo presidente del Valencia CF, ve a Djukic como un entrenador «capacitado, de la casa» y cuyo cometido, además de devolver al equipo a la Champions League, pasará por recuperar la confianza de la afición.
Con la salida de Valverde, Braulio Vázquez, secretario técnico ché, perdió «un buen amigo». Así lo reconoció horas después en La Taula Esportiva, en Radio Nou. Aun cuando esa marcha era esperada. Aun cuando se había movido hace tiempo para asegurarse que iba a ser la primera opción de Miroslav Djukic, con quien coincidió en el Deportivo de La Coruña. Pero esa pérdida se verá compensada con tener de nuevo cerca a otro gran amigo, a quien ve «capacitado para entrenar al Valencia CF».
La decepción del secretario técnico valencianista para con su anterior entrenador no se hace extensible a Amadeo Salvo, máximo dirigente de la entidad. «No ha querido escuchar nuestro proyecto, sus motivos tendrá», comentó a EFE. «No ha habido opción», por lo que el ‘Plan B’ entró en juego de manera consensuada.
«Djukic es el entrenador que más le gusta a Braulio Vázquez y el que propone. Apoyamos su decisión y trataremos de cerrar un acuerdo con él», reconoció Salvo nada más conocer la decisión de Valverde, con quien, de uire, no llegó a trabajar. Dicho y hecho; Djukic, fichado.
«Las valoraciones de Braulio para su elección son muy técnicas, pero lo primero es que es un hombre de la casa, que conoce bien al club y su entorno, que sabe lo que necesita el Valencia, cómo es la afición. No le conozco, pero transmite ser un hombre ganador», explicó el nuevo presidente ché antes de tomar posesión y poder firmar al ya exentrenador del Real Valladolid, a quien se dispuso a atar en cuanto Valverde rechazó unirse con él a principios de la pasada semana.
Estas palabras no están vacías de contenido, sino que están fundamentadas en los 258 encuentros en los que el almirante vistió la zamarra valencianista en las seis temporadas en las que estuvo en Mestalla, en las que ganó una Copa del Rey, una Liga y una Supercopa de España y llegó a dos finales de la Champions League.
«Alguien que ilusione»
Miroslav Djukic gusta a los mandamases del Valencia. Y el Valencia, sin duda alguna, gusta a Miroslav Djukic. «Es mi casa; un grande. Todos sueñan con dirigir al Valencia algún día», afirmó el serbio en diferentes ocasiones, la última, cuando anunció a los medios de comunicación locales que dejaba Valladolid.
El serbio parecía dejarse querer, a la vez que se reconocía preparado para competir por objetivos mayores que aquellos a los que en la capital del Pisuerga podría aspirar la próxima temporada. Por eso la cambia por Paterna, porque, con y sin Champions, la empresa que acometerá en la ciudad del Turia es mayor. Y no solo porque su obligación vaya a ser devolver al equipo a la máxima competición europea, sino porque, como antes hizo en Pucela, está obligado a hacer que su afición recupere la fe.
En el discurso que pronunció ante la Fundación del Valencia Club de Fútbol, propietaria del principal paquete accionarial del club, Amadeo Salvo afirmó que, en caso de no seguir Valverde, que con su buen hacer empezaba a recorrer ese camino de reenganchar a Mestalla a su equipo, llegaría «alguien que ilusione». Y Djukic, a priori, lo es.
El empresario anunció también que intentaría huir del cortoplacismo y que, en la medida de lo posible, su intención era no prescindir de sus jugadores de mayor renombre. Pero, con todo, el balcánico se hará cargo de un equipo en permanente construcción y que, a pesar de las intenciones de Salvo, podría verse obligado a traspasar a alguno de sus mejores jugadores.
No obstante, Braulio Vázquez ya trabaja en darle a su gran amigo los mimbres necesarios para hacer un buen cesto. Y, entre los primeros nombres que aparecen en la lista de candidatos, según la prensa valenciana, están los de varios jugadores blanquivioletas; a saber, el guardameta Jaime, el lateral derecho Toni Rukavina o el extremo alemán Patrick Ebert, recomendaciones expresas del entrenador balcánico.
Estos hombres, u otros como los de Tiago Ilori, Javi Fuego, Abel Aguilar, Tomás Pina o Gio dos Santos, vendrían a ocupar las vacantes que podría dejar alguno de sus porteros, el central galo Adil Rami o el argentino Pablo Piatti, por quien podría pasar la obligada reducción de los costes de la plantilla proyectada de cara al próximo curso, y que ya ha comenzado con el traspaso de Tino Costa al Spartak de Moscú a cambio de siete millones.
Con independencia del número de ventas que tenga que acometer el Valencia, Miroslav Djukic contará en Mestalla con una plantilla de calidad, cuya media de edad, en la campaña que acaba de expirar, ha sido incluso inferior a la del Real Valladolid, cuestiones que, unidas a su carisma y su impronta como técnico, invitan a que, en efecto, el valencianismo pueda confiar como un día lo hizo el pucelanismo.