Miroslav Djukic anunció su marcha del banquillo blanquivioleta después del partido ante el Mallorca.
Era un secreto a voces. El futuro de Miroslav Djukic se escribirá lejos de Zorrilla y del Valladolid, al que tanto ha dado. Este jueves compareció por última vez en la sala de prensa del estadio para anunciar que deja el banquillo pucelano, y lo ha decidido hacer antes y no después del partido ante el Mallorca para que toda la prensa local pudiera estar presente en su despedida.
«No sigo con vosotros, ha llegado la hora de buscar otro reto», dijo para comenzar una rueda de prensa de despedida. «He sido muy feliz aquí y eso se debe tanto a la afición como a los jugadores y club», continuó, antes de hacer una mención especial para quien le ha rodeado estos dos años: «Hemos intentado que haya una unión entre club, prensa y jugadores, y ha sido buena, por lo que no hemos sido solo nosotros quienes hemos conseguido estos retos con una misma filosofía».
Obviamente, los máximos artífices del objetivo, que no es otro que haber conseguido el ascenso y la permanencia al mando del serbio, son los jugadores. Djukic ha alabado siempre los valores de los suyos y el grupo que había en el vestuario, por lo que a ellos les agradeció especialmente «el esfuerzo, trabajo, humildad, los valores de este equipo, que han sido impresionantes». Como buen maestro, el míster les insta a «seguir con ellos, seguir aprendiendo y mejorando, pueden seguir creciendo y mejorando mucho más, tienen mimbres. Tienen que seguir con estos valores, porque los equipos pequeños deben forjar sus objetivos en ello».
Como no podía ser menos en el día de su despedida, no podía dejar de lado la frase que más ha calado en la ciudad desde su llegada, ese ‘somos Valladolid’: «El día que nos olvidemos de esto, de que somos Valladolid, no tendremos nada que hacer. Cada vez que olvidamos nuestra esencia, perdíamos. Cuando manteníamos el sacrificio, la esencia y la humildad, ganábamos partidos». Y resaltó la característica principal del grupo y por la que hoy por hoy son grandes, la humildad: «La esencia de este equipo es el ambiente, el trabajo, el sacrificio y, sobre todo, la humildad. Cuando pierdes la humildad dejas de crecer».
Esa humildad y buen hacer que caracteriza a Miroslav Djukic se ha reflejado en las dos temporadas que ha dirigido la nave blanquivioleta. «Hemos pasado dos años maravillosos. Cuando se lo comuniqué en la comida la gente aplaudía, están contentos -dijo entre risas-. La mayor fuerza de este grupo está en el túnel: jugadores, médicos, utileros, preparadores físicos… todos comparten las alegrías y las tristezas, empezando por las chicas de la limpieza, que viven veinticuatro horas del equipo» subrayó. «Yo soy hombre de túnel, cerquita del campo es donde mejor me desenvuelvo y creo que hemos crecido y aprendido, además hemos compartido cosas buenas y malas», indicó el almirante.
Si bien se ha conseguido el ascenso y la permanencia, también se ha navegado por aguas turbias, donde ha sido necesaria la mano y el temple de alguien como Djukic para separar la parte deportiva de la extradeportiva y poder seguir adelante. Un entrenador sin pelos en la lengua, como él bien dice «yo no tengo secretos. Cuando he tenido que pelear con el director deportivo o con los jugadores ha sido delante de vosotros, yo no tengo dos caras». A pesar de esos tira y afloja, califica a las relaciones con las altas instancias del club como «extraordinarias» y quiso pedir perdón «si me he equivocado, porque no es fácil tomar decisiones, pero siempre lo he hecho buscando lo mejor para el club».
No solo ha hecho bien para el club, también a la ciudad. El balcánico reconoce que «Valladolid ha dejado una huella importante en mi vida. Me encantaría venir mañana y ser recordado como un buen profesional, una persona que ha dado todo lo que sabía, lo haya hecho bien, mal o regular. Todo lo que hice fue con el corazón y sentimiento». Djukic afirmó que ha paseado «con orgullo el nombre de Valladolid, nuestro lema, ese somos Valladolid. Estoy muy orgulloso de pasear por toda España y parte del extranjero que nuestro juego ha trascendido. Muchos de nosotros no éramos muy conocidos, pero hemos conseguido todos los objetivos y hacernos alguien, un hueco en la mejor liga del mundo. Hay que seguir trabajando para mantenerse ahí».
El objetivo para el año que viene con otro entrenador volverá a ser la permanencia y consolidación en Primera, y para ello, al todavía técnico pucelano le gustaría que se siguiera con la misma línea: «La filosofía dependerá del míster que venga, lo normal es que siga, pero depende del librillo de cada entrenador».
Con esa filosofía y el estilo instaurado por Djukic se ha conseguido un reto en dos años: «El equipo está consolidado en Primera, con desahogo y estilo propio. Me he entregado cien por cien en estos dos años, he dado todo lo que tenía dentro, he trabajado siempre las veinticuatro horas por Valladolid. Estoy encantado, ciudad y gente lo merecen, se han entregado a nosotros, nos han apoyado, siempre me he sentido querido y valorado. Es hora de irme y buscar otros objetivos».
Otra noticia que confirmó es que, de momento, no sabe su futuro y respecto a la opción de recalar en Valencia, principal destino en las quinielas, conjunto que aún tiene entrenador, ha valorado: «Es un equipo al que todo el mundo le gustaría entrenar, aunque pocos pueden hacerlo. Veremos si soy yo o no, a todo el mundo le gustaría estar en esta situación», expuso.
Para terminar, volvió a incidir en que aún no conoce el nombre del equipo al que irá, si bien cree que va «a tener un nuevo proyecto, otro objetivo. Por ahora no lo tengo. Vamos a esperar lo que acontece». Y aseguró, también, que tenía claro lo que iba a hacer desde hace tiempo: » Hace dos meses decidí tomar este camino, lo comenté al presidente al conseguir el objetivo para no entorpecer. He decidido que lo mejor es hacer pública la decisión delante de vosotros, para poder comentarla y compartirla».