Juan Carlos Alonso habla del fair play con el que se ha desenvuelto el Real Valladolid en los dos años en que Miroslav Djukic ha sido su entrenador.
La historia más reciente del Real Valladolid presenta al club como una entidad muy apetecible para los entrenadores que tienen poco o ningún bagaje en Primera División. Sin ir mas lejos, Pucela ha servido de trampolín para acabar acometiendo otras empresas a Cantatore, Mendilibar o Goyo Manzano, nombres ilustres a los que se une ahora el de Miroslav Djukic.
El serbio llegó en uno de los momentos más difíciles del club que se recuerdan, y en todo momento supo empaparse de la cultura y filosofía de la entidad y sobre todo de la ciudad; de ahí que conformase una idea, un #SomosValladolid que iba mas allá del terreno de juego, y que crease sinergias involucrando a todo el entorno blanquivioleta.
El famoso estilo que impuso Miroslav, con una plantilla modesta pero llena de hambre, ha sido alabado en todas las partes de la península. La apuesta por un juego divertido, así como un respeto absoluto a las reglas del juego, a pesar de que en algunas ocasiones en rueda de prensa mostrara un lado que para nada concordaba con la puesta en escena de su fútbol, hace de todo ello una de las muchas claves del éxito del ascenso y la permanencia.
Una de las claves en mayúsculas ha sido el valor de su fair play, con muy pocas expulsiones y quedando los dos años como segundo clasificado por detrás del Barcelona con una idea clara: si tenemos problemas para defender balones parados, vamos a cometer las menores infracciones posibles que den esa posibilidad al contrario, ademas de evitar las tarjetas.
Con dos expulsiones en toda la temporada (a Manucho y a Rukavina, cuya roja a la postre quedó sin efecto) y muy pocos ciclos de amonestaciones cumplidos, con la consiguiente sanción de un partido, ha mantenido a la plantilla centrada en lo que en realidad da resultado, que es exclusivamente el juego.
Para ello ha sabido imponer como nadie el semáforo de las sanciones disciplinarias, haciendo llegar al jugador la importancia de evitar tarjetas innecesarias sin que esto impidiese el seguir siendo competitivos.
El futuro que se le presenta al bueno de Djuka es muy halagüeño, por su conocimiento, humildad y ganas de trabajar. Por todo este tiempo, le doy las gracias y le deseo lo mejor.