Análisis del próximo rival del Real Valladolid.

Despedida a una temporada de ensueño delante de la afición. Así se plantea el penúltimo partido del campeonato regular para el Pucela ante un rival necesitado, el Celta de Vigo. Lejos queda aquel encuentro de ida en el mes de enero, cuando el conjunto todavía entrenado por Paco Herrera pasó por encima del equipo blanquivioleta con un Iago Aspas estratosférico.
Al Valladolid le tocará ser uno de los jueces del descenso, ya que los gallegos se encuentran ahora mismo en el farolillo rojo de la clasificación, algo muy peligroso a dos jornadas del final de la temporada.
Todo resultado que no sea ganar supondrá el descenso matemático de los celestes, hecho con el que muchos pucelanos se relamen. Todavía queda en el recuerdo el empate pactado entre los gallegos y el Córdoba en la última jornada del año pasado, que dejó al Pucela sin posibilidades de alcanzar el ascenso directo por aquel entonces.
Casi desahuciado
Y es que si el Celta es colista hoy día es por meritos propios. Treintaiún puntos, apenas ocho triunfos desde que comenzara la Liga en agosto, son muy pocos para un equipo que aspira a salvarse. La temporada, que comenzó con el mismo buen juego practicado el año anterior en Segunda, no ha dado resultados. Es más, en esta ocasión el juego brillante ha aparecido con cuentagotas.
Ni siquiera la extrema urgencia, ahora en la recta final, ha conseguido que los de Abel Resino se lleven la victoria en más de dos ocasiones en los últimos diez partidos, cosa que sucedió ante Zaragoza y Levante hace cuatro y cinco semanas. De los tres últimos envites, un triste empate ante el Athletic y sendas derrotas contra Atlético –partido que dejó casi sentenciada la caída al pozo- y Betis es el bagaje de los celtiñas.
Con solo dos encuentros por delante, la diferencia de cuatro puntos hasta la salvación que marca el Deportivo parece insalvable, más si se tiene en cuenta que el goal average ante el eterno rival está perdido. Solo queda conseguir los seis puntos y esperar el milagro.
¿Cuáles son las posibilidades de salvación para el Celta? Realmente muy pocas. Teniendo en cuenta los seis implicados en la quema –Granada, Osasuna, Deportivo, Zaragoza, Mallorca y el propio Celta-, se dan 531.441 combinaciones posibles para elegir a los tres descendidos en los dos partidos restantes. El equipo celeste solo se salvaría en 21.294 de esas combinaciones, apenas en un 4.01% de casos.
Números en contra
La cuestión es que si el Celta quiere asaltar este domingo Zorrilla, tendrá demasiadas estadísticas y números a los que dar la vuelta. Como colista, no destaca precisamente por ser el rival más temido a domicilio. Al contrario. De hecho, se trata también del farolillo rojo como visitante en cuanto a puntos se refiere, con apenas siete en dieciocho partidos. Solo La Romareda ha tenido que ver esta temporada como su equipo hincaba la rodilla ante los celtiñas.
Es probable que un Pucela salvado no le eche las mismas ganas que un Celta que saldrá con el cuchillo entre los dientes, pero los paupérrimos doce goles transformados lejos de Balaídos por los treintaiuno encajados hacen complicada una rebelión de los gallegos, al menos sobre el papel.
Precisamente en el aspecto goleador la gran esperanza para el Celta pasa por la revelación del equipo esta temporada, Iago Aspas, y por Augusto. El primero es el máximo artillero de la plantilla por bastante diferencia gracias a sus once dianas, seguido del argentino, que lleva seis. El detalle curioso aparece al comprobar que Augusto ha transformado cuatro de sus seis goles a domicilio, por lo que habrá que atarle en corto, además de al propio Aspas.
Curiosidad del rival de esta jornada: Si el Celta no se puede agarrar a las estadísticas de la presente temporada, al menos sí puede hacerlo con sus resultados históricos en Zorrilla. Los gallegos han puntuado en sus últimas once visitas a Valladolid con ocho victorias y tres empates, lo que hace un balance de veintisiete puntos de treintaitrés posibles. La última vez que ganó el cuadro pucelano fue en la temporada 1998/1999 con un resultado de 2-1.