El delantero ha participado en siete de las ocho victorias del Celta de Vigo en la presente temporada, marcando en todas ellas.
Iago Aspas (Moaña, Pontevedra, uno de agosto de 1987) es uno de esos jugadores de los cuales un equipo no puede prescindir -a pesar de la irreverencia y descontrol que puede demostrar en ciertas ocasiones-, ya no solo por ser uno de los mejores de la plantilla, sino por los números que aporta; puesto que ha marcado once goles en nueve partidos de los 32 que ha jugado, que han ido acompañados de siete victorias, una derrota y un empate.
Los números del Celta en la presente temporada no están siendo nada buenos, pues suman veintiuna derrotas, siete empates y ocho victorias -de ahí que llegue a Zorrilla como colista de la Liga BBVA, con serias posibilidades de consumar su descenso a Segunda-, si bien cuenta en sus filas con uno de los delanteros de más nivel de la categoría, del que depende sobremanera.
Las estadísticas del moañés demuestran esta dependencia, ya que de las ocho victorias que ha logrado el Celta de Vigo, siete han sido con la presencia de Aspas sobre el terreno de juego,ya que algunos de los tantos que ha anotado, como los de Osasuna, Granada o Zaragoza, han resultado clave para la lucha por la permanencia en la que aún se encuentran.
En lo que va de temporada Aspas se ha perdido cuatro partidos, todos por sanción, que tendrían que haber sido cinco, pero el Comité de Competición decidió perdonarle una amarilla y de esta manera pudo enfrentarse al Athletic de Bilbao con el cual el Real Club Celta empató a uno gracias a un gol del delantero pontevedrés.
La mala cabeza fue la culpable de que Aspas se perdiera esos cuatro envites en un momento decisivo para su equipo, tras propiciarle un cabezazo a Marchena durante el derbi gallego disputado en Riazor que supuso la expulsión del ariete, impotencia y crispación que hicieron que el Celta jugara casi todo el partido con un menos y cayera derrotado por tres a uno en un partido que se presentó como crucial para abandonar los puestos bajos.
Esta campaña no es la primera vez en la que Iago Aspas demuestra su conflictividad, puesto en edad juvenil tuvo que abandonar el Celta durante una temporada por problemas con el equipo y jugar cedido en el Rápido de Bouzas, habitual de la Tercera División gallega.
Durante la ausencia de Aspas, los vigueses sumaron únicamente cuatro de los doce puntos que había en juego con un empate ante el Fútbol Club Barcelona, dos derrotas frente a Rayo Vallecano y Mallorca y un triunfo vital ante el Real Zaragoza.
Con todo, Iago Aspas se trata de un jugador clave en el once de Real Club Celta, tal y como está demostrando esta temporada y como hizo la pasada con sus veintitrés goles en Segunda, claves para el ascenso. Su presencia sobre el terreno de juego se nota, pero también sus ausencias, habitualmente producidas por su comportamiento. Tal es así que ha participado de manera activa en el 87% de las victorias del equipo vigués, mientras que cada partido con él castigado ha sido una pena para el conjunto celeste.