Juanfran, extremo, apenas contaba con minutos con el Atlético hasta que El Cholo lo colocó por necesidad de lateral, un puesto en el que ha crecido hasta convertirse en internacional.
Juanfran Torres (Crevillente, Alicante, nueve de enero de 1985) ha encontrado la gloria con la que tanto soñaba fuera de su posición natural, el extremo. El alicantino solía ser un habitual calentando el banquillo del Calderón con Gregorio Manzano, pero con la llegada de Simeone a la casa atlética Juanfran encontró su hueco. La lesión de Sílvio y el bajo estado de forma de Perea obligaron al argentino a tirar de un recurso muy arriesgado: colocar a un extremo como Juanfran en el lateral.
El rojiblanco ya había jugado ahí esporádicamente con Quique Sánchez Flores y con Gregorio Manzano, pero fue algo muy efímero, tan solo un puñado de minutos circunstanciales sin llegar a partidos de gran importancia. El experimento de El Cholo fue positivo y Juanfran es ahora un referente como carrilero derecho. Tanto, que antes de la Eurocopa se estrenó como internacional español jugando en esa posición.
Juanfran Torres dio sus primeros pasos como profesional del fútbol en el Real Madrid, después de salir de ‘La Fábrica’. En el 2003 debutaba en Primera División con la camiseta blanca, pero no tuvo el protagonismo que él deseaba en los planes madridistas. Permaneció durante dos temporadas en el Bernabéu, en las que tan solo disputó seis encuentros.
El alicantino se buscó una salida con cierto nivel y la encontró en Barcelona, fichando en 2005 por el Espanyol. Los periquitos sí que confiaron más en el de Crevillente y en tan solo una campaña de blanquiazul jugó 36 partidos y anotó su primer gol en Primera.
Después de la buena experiencia en Montjuïc, Osasuna lanzó sus redes sobre Juanfran y firmó por los pamplonicas, donde mostró su mejor nivel como extremo. Cuatro temporadas y media, desde 2006 hasta enero de 2011, fue el tiempo que pudo disfrutar la grada del Reyno de Navarra del alicantino.
Con la zamarra osasunista Juanfran disputó 169 partidos entre Liga, Copa y UEFA, competición que disfrutó Osasuna en la primera temporada del extremo en Pamplona, en la 2006/07, en los que Juanfran anotó trece goles. Sin duda uno de los más recordados serán el partido en el Bernabéu, en el que el los rojillos cayeron derrotados por 3-1 y en el que fue expulsado por dos amarillas mostradas por dejarse caer y simular penalti, según el colegiado.
Las buenas actuaciones en el club navarro ocasionaron que varios equipos de mayor nivel fijasen su atención en el extremo alicantino. Uno de ellos fue el Atlético de Madrid que, al sufrir la baja de Simão, que tomó rumbo al Besiktas por tan solo dos millones de euros, necesitaba un refuerzo para la banda.
En enero de 2011 Juanfran aterrizó en el Calderón por un coste que suponía el doble de lo recaudado por Simão, algo que no fue del agrado de la afición. Los primeros meses del de Crevillente como colchonero no fueron fáciles. El Atlético vivía una etapa convulsa en la que Forlán y Quique Sánchez Flores había roto su relación y en la que el Kun Agüero deseaba abandonar la disciplina rojiblanca. No obstante, el Atlético acabó logrando la clasificación para la Europa League.
Juanfran no contó en exceso para el técnico. Debutó contra el Madrid en Copa del Rey en el Santiago Bernabéu, en un partido en el que los colchoneros fueron arrollados. Disputó diecisiete partidos con la elástica rojiblanca, pero tan solo uno de ellos completo, en El Molinón ante el Sporting.
Su rendimiento no estaba siendo el esperado, había que darle un poco de tiempo para acoplarse al equipo, pero nunca pareció un futbolista del agrado del Calderón. Sin ir más lejos, el día de su presentación fue abucheado por los hinchas atléticos, debido a su pasado merengue. En lo personal, Juanfran anotó un único tanto esa temporada, el único hasta el momento como atlético en Liga.
Tras un verano convulso en la ribera del Manzanares con la marcha de Agüero, Forlán y Quique Sánchez Flores y la llegada, entre otros, de Falcao, Arda Turan y Gregorio Manzano, comenzaba su segunda campaña en el Vicente Calderón. La temporada no empezó muy bien para el Atlético y la afición cada se impacientaba más, tanto con los jugadores como con Manzano.
El alicantino no contaba para el nuevo técnico rojiblanco y en diciembre apenas había sido de la partida en cinco encuentros. A finales del año 2011 el Atlético decidió cesar a Manzano y contrató al Cholo Simeone como nuevo míster rojiblanco. El cambio fue, para Juanfran, determinante.
Con el argentino en el banquillo el Atlético fue otro. Más garra, más intensidad y, sobre todo, más capacidad defensiva, cambiaron al conjunto colchonero. Pero a Simeone se le complicó una posición desde su llegada: el lateral derecho. A priori, la plantilla atlética contaba con dos hombre que podían ocupar esa posición, Sílvio y Perea. El portugués se lesionó y el colombiano mostraba un estado de forma nefasto.
Entonces El Cholo decidió recurrir a la desesperada y colocó a Juanfran ahí. El experimento fue positivo y poco a poco el de Crevillente fue asentándose en el once titular del Atlético. Se concentraba en mejorar su cualidades defensivas y en medir cuándo debía de incorporarse al ataque, lo que le hizo crecer y crecer.
Su consolidación como carrilero del Vicente Calderón llegó ante el Granada, donde, con el Atlético ganando 1-0 y sufriendo ante los nazarís, Juanfran recuperó una pelota e inició una contra en la que, al filo de la línea de cal, va superando rivales hasta asistir a Falcao para que remate la faena.
A partir de ese momento los aficionados colchoneros comenzaron a ver en Juanfran ese lateral derecho que tanto ansiaban, después de los intentos fallidos de Seitaridis, Valera, Sílvio, Perea y una extensa y molesta compañía. Juanfran, que había conseguido dejar el odio aparcado lejos de la M-30, era ese lateral que llevaban esperando desde la marcha de Aguilera, un hueco que nadie había conseguido rellenar.
Vicente Del Bosque también fue testigo de la progresión del alicantino y premió al futbolista convocándole en mayo por primera vez a la selección con la que, después de ganar la Europa League con el Atlético y ser una de las figuras claves en el esquema de Simeone, disputaría la Eurocopa que, aproximadamente un mes después, llegaría a las vitrinas españolas.
Ha comenzado una nueva temporada y ahora, tras 64 partidos como rojiblanco, Juanfran es uno de los pilares de este Atlético que busca clasificarse para la Champions y, porque no, soñar con lucharle la Liga a Barça y Madrid. La metamorfosis de Juanfran ha permitido que la grada del Calderón vuelva a disfrutar de un carrilero de los de antaño, de los que no solo defendían, sino que también se incorporaban al ataque con potencia, apuraban hasta línea de fondo y asistían a sus compañeros.
Completada la transformación, el objetivo es seguir creciendo. Con títulos, como el ‘cholismo’. Como la selección, donde buscará desbancar a Álvaro Arbeloa como lateral titular. Por falta de conceptos no será. Por los implantados y por implantar por su técnico. Ni por falta de apoyo. Después de todo, ahora sí, el corazón del Calderón es, también, suyo.