El entrenador del Real Valladolid no ha podido repetir once inicial debido a la plaga de lesiones y sanciones que asolan a la corta plantilla blanquivioleta

Casi siempre, cuando se produce un cambio de técnico en cualquier equipo de fútbol es que las cosas van mal. O, al menos, que los objetivos fijados a principio de temporada no se están cumpliendo a corto plazo. El entrenador que sale se queda sin trabajo y al que entra le espera mucho trabajo por delante para intentar enderezar la situación. Esto es, grosso modo, lo que pasó a orillas del Pisuerga hace cinco semanas. Gaizka Garitano se marchó para dejar paso a Miguel Ángel Portugal, el elegido para tomar las riendas de este Real Valladolid que navega sin rumbo fijo.
El técnico entrante tiene que hacerse con un vestuario en plena vorágine liguera y con la imperante necesidad de obtener buenos resultados en un período de tiempo muy corto. Si a esta presión ya impuesta de por sí, lógica en cualquier situación como la explicada, se pueden añadir múltiples factores para que todo se vuelva más complicado y sean más los obstáculos a sortear cada jornada. Por desgracia, el que más merma al Real Valladolid semana tras semana es la plaga de lesiones que asola el vestuario blanquivioleta. Y, por si fuera poca razón, jornada sí, jornada también, algún jugador ha tenido que cumplir la correspondiente sanción por ser amonestado.
Esto ha obligado a Miguel Ángel Portugal a poner el liza cinco onces iniciales diferentes, uno por cada jornada que ha dirigido desde la banda. Pero más allá de eso, las cinco convocatorias que ha ofrecido un día antes de cada partido, también son distintas. Ante el Lugo, por sexta semana consecutiva, el burgalés se verá en el mismo brete que el mes que lleva en Valladolid. No podrá contar con los sancionados Marcelo Silva, Samuel y Rodri; ni con el único lesionado, a priori, Erick Moreno.
Sin conocer la convocatoria oficial y el once inicial ante los gallegos del próximo domingo, se pueden sacar algunas conclusiones desoladoras para los intereses del Real Valladolid, sea cual sea el objetivo a lograr a final de la temporada. El primer equipo pucelano cuenta con veintiuna fichas profesionales, por lo que, en condiciones normales, deberían ser tres los jugadores descartados. Nada más lejos de la realidad. Portugal ha tenido que echar mano del filial para completar cuatro convocatorias –ante Mirandés, Almería, Leganés y Zaragoza– por las lesiones y sanciones; además de por los compromisos de tres futbolistas con sus respectivas selecciones.
Ha sido únicamente ante Osasuna cuando la lista de convocados se ha cubierto únicamente con jugadores de la primera plantilla. Un oasis en el desierto, puesto que la próxima jornada, el filial volverá a ayudar al primer equipo para sumar dieciocho en la lista. Para más inri, once de los veintiún profesionales se han perdido uno o más partidos por las razones anteriormente explicadas. Y este dato se tornará aún más sangrante cuando, ante el Lugo, tres jugadores más se sumen a esa lista negra en la que todavía no han estado.
Estas continuas bajas han reportado en que solo seis jugadores hayan repetido convocatoria –y lo hagan en la decimoquinta jornada, con casi toda seguridad–. Ellos son Juanpe, Guzmán, Diego Rubio, Tiba, Villar y Javi Chica. Los tres primeros han tenido actuaciones discretas, con un total de 37, 134 y 32 minutos, respectivamente. Algo completamente opuesto a los otros tres jugadores, que han jugado 329, 433 y 450 minutos. Así, Javi Chica es el único jugador de la plantilla del Real Valladolid que ha disputado los cinco partidos completos dirigidos por Portugal hasta la fecha.
Lo peor es que la situación no tendrá una solución a corto plazo, puesto que la enfermería continúa con un trasiego de futbolistas. Las bajas de Manu del Moral y de Erick Moreno hasta después de navidades obligarán al técnico blanquivioleta a seguir haciendo encaje de bolillos todas las semanas para hacer hacer la convocatoria, y esperar a tener a todos los jugadores de la primera plantilla disponibles. Los descartes por razones técnicas tendrán que esperar varias semanas y, entonces, esas decisiones serán benditos problemas para todos.