El Real Valladolid viene de comunicar el despido del técnico de Derio en busca de un giro de timón que mejore la situación deportiva

Aunque el Real Valladolid viene de comunicarlo oficialmente en la mañana de este miércoles, la noticia saltaba, más bien, el martes por la noche, en ‘horario Champions’. Diferentes medios empezaban a anunciar en redes sociales que Gaizka Garitano sería destituido, como finalmente así ha sucedido.
En un primer momento, parecía que el técnico de Derio se sentaría en el banquillo del Nuevo José Zorrilla el domingo a las cinco frente al Mirandés, pero la mala situación deportiva –la peor en los últimos cuarenta años– y la presión mediática ejercida por la prensa y la afición han terminado por adelantar los acontecimientos.
Así, el Real Valladolid es el segundo equipo de Segunda División que cesa a su técnico, después de que el Almería hiciera lo propio hace semanas con Sergi Barjuán.
Por el momento, se desconoce quién será su sustituto, aunque varios son los candidatos cuyos nombres vienen haciendo públicos diversos medios de comunicación desde el lunes. A menos que durante la jornada haya novedades con respecto al nuevo entrenador, el entrenamiento de este miércoles será dirigido por Rubén Albés, técnico del filial, que se haría cargo del banquillo del primer plantel de manera eventual e interina.
Gaizka Garitano apenas ha aguantado nueve jornadas al frente de Real Valladolid, las suficientes como para hablar si no de una falta de adaptación, sí al menos de feeling con el equipo. Se perdió en el gris existente entre el blanco de su propuesta futbolística y el negro de la deseada por una parte del vestuario, representada públicamente por Óscar, con quien la división pareció evidente hace semanas.
La situación con el salmantino tenía visos de enquistarse o dio la sensación de estarlo ya tras el partido contra el Bilbao Athletic, en el que el ‘diez’ fue sustituido y tras el cual el míster reconoció que no estaba del todo contento con su aportación. A esto le sucedió una suplencia, en Soria, otra sustitución, en el descanso ante el Real Oviedo, y el misterio de su no convocatoria del domingo.
El club anunció que se quedaba fuera de la lista por unas molestias en la espalda no notificadas, el lunes en rueda de prensa Óscar explicó que lleva semanas arrastrándolas pero que tenía el alta y que la decisión de no entrar entre los dieciocho citados –después de viajar a Palamós– fue exclusiva de Gaizka Garitano, diferentes versiones que, para un amplio sector de la prensa y la afición, evidenciaban que podía haber, en efecto, algún problema –que no necesariamente una mentira–.
Oscuras polémicas al margen, lo que es un hecho probado e innegable es que el Real Valladolid está lejos del lugar donde debe estar, por historia y por plantilla, pese al evidente bajón de calidad experimentado con respecto al año pasado. Sin ser el único culpable, Garitano, como comandante en jefe, era responsable último del paupérrimo rendimiento deportivo de un equipo pobre de por sí.
Aun habiendo descartado hablar de ascenso desde su llegada, y aunque el ‘currelo’ por su parte no ha parado ni en la jornada de descanso de ayer martes –en la que reconocía a Radio Marca Valladolid que no sabía si se sentaría el domingo en el banquillo–, lo cierto es que la derrota ante el Llagostera con la posterior caída a los puestos de descenso invitan a un giro.
Después de perder la semana anterior ante el Real Oviedo, hubo una ‘conjura’ para intentar revertir la situación, que, como se pudo comprobar en Palamós, de nada sirvió. Aunque la intención primera era apurar hasta después del partido del Mirandés –plazo que si no le fue notificado, al menos sí fue comentado a diferentes medios como este mismo por fuentes del club–, finalmente la decisión, drástica, se ha precipitado.
Gaizka Garitano, que según comentó Braulio Vázquez en su presentación fue la primera opción para dirigir al plantel, abandona la entidad blanquivioleta tras diez partidos oficiales, nueve ligueros y uno de Copa. En Copa del Rey cayó eliminado a las primeras de cambio ante el Real Oviedo, después de perder por dos goles a uno. Y en liga, ganó solo dos partidos, empató tres y perdió cuatro, hizo nueve goles y encajó trece.
La actual racha blanquivioleta, como ya se ha publicado en este portal, es la peor desde el descenso a Segunda y no era cosechada desde la destitución de Antonio Gómez en la temporada 2010/11. Asimismo, los números actuales empeoran las pobres cifras del último arranque de Garitano en Segunda, con el Eibar (año en el que ascendió, empero), y deja al equipo en descenso a Segunda B, una situación que no se daba desde hace cuarenta años.
Llegados a este punto, y como no solo los números son muy pobres, sino también las sensaciones, la cuerda se ha roto por donde se rompe siempre, por el lado del técnico, pese a que existía las dudas por motivos antes relatados y debido a que la destitución de Garitano supondrá que el club pague la campaña actual a tres entrenadores distintos y, como mínimo, reducirá el dichoso remanente para fichar en enero, algo que, salvo repentina sorpresa por cambio brusco, en el devenir de los hechos, sigue pareciendo necesario.