El filial sigue sin ver puerta y sin conocer la victoria, a pesar de ser, de nuevo, mejor que su rival, en esta ocasión, el Cacereño

El ‘cerocerismo’ no cesa. El Real Valladolid Promesas ha cosechado su cuarta igualada sin goles este domingo en su visita al Cacereño. Y, como en los tres duelos precedentes, el empate se antoja escaso para los méritos logrados por los blanquivioletas.
Como en los derbis ante Cultural, Burgos y Guijuelo, el filial fue superior a su rival, pero no estuvo atinado a la hora de materializar sus (escasas) oportunidades, sobre todo en el primer periodo. Y eso que fueron los extremeños quienes empezaron tentando a la suerte, con una ocasión de Martins a los siete minutos.
Mediada esa primera parte, Arroyo sirvió un balón al corazón del área, donde Caye Quintana, en un intento de remate acrobático no pudo pegar a la pelota con franqueza. Sin embargo, fue quizá la más clara de las aproximaciones del filial, que dominaba sin crear mucho peligro, y cuando no tenía el esférico, trataba de robar y ‘volar’ buscando la velocidad de sus dos puntas.
Amaro estuvo cerca de marcar al que fuera su equipo en dos ocasiones, uno poco antes del descanso y otro nada más reanudarse la confrontación, si bien no estuvo atinado. Como tampoco lo estuvo Toni, otra vez muy activo, quien lo intentó cerca de la hora de encuentro, poco después de que Julio salvara el uno a cero.
De la mano del citado Amaro, el Cacereño fue creciendo, aunque no llegó a mostrar claridad en la creación. No fue óbice para que Aarón obligara de nuevo a Julio a realizar otra gran intervención, mientras el Promesas seguía tratando de hacer del contragolpe un arte. Principalmente Toni, con su fina brocha, intentó dibujar el cero a uno, como el esforzado Ángel con sus galopadas por el costado, pero no encontraron el camino que lleva al gol.
Con todo, las sensaciones volvieron a ser buenas, ya que el filial supo alternar en la primera mitad el dominio del espacio y del balón y, en la segunda, hacer buena su defensa y la capacidad de su guardameta para salvaguardar la puerta. La competitividad, en estos cuatro partidos, se ha manifestado, siendo el Promesas mejor que sus rivales en diversas fases de sus encuentros. Así, solo falta marcar.
El conjunto de Rubén Albés es el único que no ha perforado la meta rival en este Grupo I de la Segunda B en estas cuatro jornadas. Y, a su vez, es también el único que no ha encajado. En esta buena línea defensiva intentarán seguir el próximo domingo a partir de las doce ante el Tudelano. Para entonces, el anhelo blanquivioleta es que el punto de mira esté centrado y, por fin, puedan celebrar un gol.
Cacereño: Vargas; Palero, Gonzalo, Mejías, Toni; Leo Ramírez, Amaro, Cuerva; Aaron, Ocaña (Kofi, min. 66); y Martins (Gállego, min. 66).
Real Valladolid Promesas: Julio; Arroyo, Cristian, Iván Casado, Ángel; Jose, Anuar, Zambrano (Pelayo, min. 66), Toni; Dani Vega (Adrián, min. 72) y Caye Quintana (Isma Casado, min. 78).
Árbitro: Juan Peña Varela (C.T. Andaluz). Amonestó a los locales Toni y Leo Ramírez, y al visitante Cristian.
Incidencias: Unos 500 espectadores presenciaron en el Estadio Príncipe Felipe el partido, correspondiente a la cuarta jornada en el Grupo I de Segunda B.