El lateral izquierdo madrileño fue el mejor del Real Valladolid de Garitano

El fútbol es vida, y como vida que es, a veces no queda otro remedio que buscar el lado positivo de la misma. Si rompes con tu pareja, al menos puedes estar seguro de que no te podrá poner los cuernos. Si el Real Valladolid cuaja un decepcionante partido en Córdoba, al menos queda el consuelo de que es muy difícil ir a peor, que lo lógico es que se mejore.
Sigamos buscando el lado positivo a la noche de ayer: nos faltan fichajes. No está mal recordarlo, no vaya a ser que la dirección deportiva se despiste y no traiga nada. Porque, a decir verdad, a este Real Valladolid le faltan más cosas de las que deberían faltarle a estas alturas. A saber: un mediocentro que venga a echarse el equipo a la espalda, sobre todo en la parte ofensiva y de creación; un delantero referencia, que sepa dar salida fácil al equipo cuando este lo necesite, y… y lo que se pueda traer. La plantilla sigue siendo corta.
Si continuamos buscando la cara de la moneda, no hay faz más bella que la de Hermoso. En el sentido futbolístico, claro está, en el estético no seré yo quien juzgue ni quien quede conforme con semejante desmán de complicidad.
Mario Hermoso fue el mejor jugador blanquivioleta en el Nuevo Arcángel. Es una grata noticia, lo es, pero no lo es tanto si tenemos en cuenta que quien tiró del equipo es un chaval de veinte años, recién llegado y que además tuvo que alentar, suministrar y sujetar al equipo desde el lateral izquierdo.
El año pasado, en esa misma posición, teníamos un agujero tan grande como el equipo contrario quisiera. Si sabían o querían defenestrarnos, no tenían más que atacar pos su flanco derecho, penetrando constantemente en la linde de un desafortunado Carlos Peña. Así pues, este tuvo que emigrar, y el Real Valladolid debía acometer un fichaje de garantías en el puesto vacante, y a tenor del partido que nos concierne y de la pretemporada, ya pasada, Mario Hermoso lo es.
Pese a tener enfrente al mejor jugador cordobesista, Nando, el exmadridista solo fue superado por este o Pedro Ríos cuando su físico dijo basta. Lógico, no solo es que fuera de lo poco salvable, no solo es que fuera el mejor, es que las grandes aportaciones ofensivas del equipo pasaban por él, el único criterio blanquivioleta nacía de sus botas. Doblaba, tiraba paredes, arrancaba en conducción y, además, siempre la puso con su pierna izquierda, ya fuera a balón parado o corrido.
Vaya, que tenemos cosas por las que alegrarnos, la más bonita, Hermoso. Decía Miroslav Djukic que #SomosValladolid. A falta de fichajes, y una vez iniciada la temporada 2015/16, nos queda decir que #SomosHermosos, que al mal tiempo, buena cara, y que, al menos, en el lateral izquierdo hemos dado un paso cualitativo muy importante.