Javi Chica, Víctor Valdés, el FIFA, las redes sociales o un muñeco de vudú pueden arroparte en esta tremenda batalla psicológica por salir vivo de una promoción de ascenso
Los jóvenes que rozan la conclusión del Bachiller quieren compararlo al preámbulo de las pruebas de selectividad; los universitarios lo equiparan a las semanas donde se resuelve la última tanda de exámenes de una larga y fatigada –o no tanto– carrera; los opositores, a la maratón que supone establecer una constancia colosal para afrontar con garantías las pruebas que pueden darle la vida, hasta ahora sometida.
Pero una promoción de ascenso, como el propio fútbol, es mucho más que eso. Por este motivo, resulta necesario establecer una guía, aun frugal, para sobrevivir a un proceso tan angustioso como apasionante. A la sublimación de la competición.
1. Relativiza tu propio mundo.
del Rosario, pero vale igual
Ni tú eres tan importante, ni mucho menos el destino que sólo está en manos de parceros alegres como Mojica, padres neófitos como Timor, Samuel o Hernán Pérez; feligreses de la Virgen de la Macarena, como es el caso de Javi Varas; expertos en emplear en redes sociales frases motivadoras extraídas del portal web ‘frasesmotivadoras.com’ como Javi Chica; o jóvenes ambiciosos y positivamente egocéntricos como Roger –para muestra, el ‘botón’ de Instagram–.
Sentimos tanto apego a un club que lo consideramos –porque lo es– como una parte indeleble de nosotros mismos. Que, si ese equipo pierde, no ha perdido un grupo de veinte futbolistas, sino de veintiuna almas. Ante esto, siendo francos, existen pocas pócimas.
Si caes dos veces, nano, como te recordaría Javi Chica, tres veces te levantas. Porque caerse está permitido, insistiría el lateral derecho, pero levantarse es una obligación. Ah, y finalizaría el experimentado defensor catalán: «Que las lágrimas que empapan tus ojos no te impidan ver las estrellas».
2. Compara con el drama de las semifinales por el ascenso del 2011 ante el Elche.
Puede ser una maniobra psicológica un poco ruin, pero no es menos válida. Si por algún casual, el Real Valladolid cayera eliminado frente a Las Palmas o en una hipotética final, siempre se puede recurrir al drama inefable que atizó a todo pucelano viviente en junio de 2011. La forma en la que fue derrotado el Valladolid de Abel Resino en el Martínez Valero puede concluirse como una de las más crueles. Quien salió vivo de aquel desengaño, cuando mantener cercada la furia interna se suponía como un reto casi inalcanzable, puede sobrevivir a casi cualquier cataclismo futbolístico.
3. Abrázate al método contra la presión de Víctor Valdés.
Existen variadas corrientes para intentar superar la constante y perenne presión que cada día nos acompaña y en ocasiones anuda nuestra garganta, nuestro estómago y nuestras piernas. La positiva apunta a confiar, proclamar que, al menos, se confía, a rodearse de elementos positivos que coloreen un paisaje no tan amable.
En la arista opuesta, entonces, aparece el exguardameta del Barcelona, Víctor Valdés, y plantea la estrategia de ponerse en lo peor para que el golpe, si se produce, duela menos. Y, si el ‘éxito’ llega, se saboree con una sensación tan placentera como la de conseguir una videoconsola en un sorteo. El catalogado ‘Método V’ expone como alternativa dibujar un escenario de fracaso. Partiendo de esta base, no puedes caer más.
Plantea que lo más lógico es que la UD, en su tercer play-off consecutivo, sedienta de venganza por una eliminación in extremis la pasada temporada e hipermotivada tras haber dejado escapar el ascenso directo, elimine a un Valladolid construido a medias. Despréndete de la etiqueta de favorito. Llegas quinto, ellos cuartos.
Tienen a Valerón; también a un talento en auge como Viera; a un entrenador cuya voz rota podría casar perfectamente en cualquier película de Clint Eastwood. O hasta en El Padrino. Es casi imposible que, alineándose estos factores, la UD no triunfe. Si el Pucela logra el pase a la final de la promoción –y en esta asciende–, la apoteosis marcará, al menos, tu verano entero. La vas a llevar en el rostro durante meses. Gracias a Víctor Valdés –no me paga la promoción–.
4. Refúgiate en las redes sociales de los futbolistas blanquivioletas.
Este punto, ligado al uno, es más importante de lo que pueda parecer. Percibir que quien de verdad posee el timón que dirigirá tus emociones durante dos semanas está más tranquilo que Mariano Rajoy explicando el crecimiento económico de España es un punto muy favorable. Una terna de integrantes de la plantilla vallisoletana, en especial Hernán Pérez, Johan Mojica, Chica, Roger o Leão, suele publicitar parte de su vida privada en Internet.
Comiendo sushi o tomando mate, sacando a pasear a los perros, cogiendo el carro para quemar la ciudad y el pedal de aceleración, o exhibiendo planes calmados como reunirse con mujer e hijos. Es muy improbable que esta gente padezca más tensión que tú, lo cual, mediante un efecto rebote, debería tranquilizarte. Salvo que el jugador en cuestión haya tomado una serie de fotos hace varios meses y las haya guardado en una carpeta denominada ‘para cuando estemos cagados’. Nada es descartable en el mundo del fútbol.
5. Alíviate jugando al FIFA en modo amateur.
Si dispones de una videoconsola, nunca viene mal escoger al Real Valladolid y al rival en cuestión con el que se bate el cobre en el play-off y desahogarte con el último. Pero, aquí el truco. Póntelo fácil, porque creerás que si el oponente te gana –te gana una consola, una máquina- entonces en la vida real ocurrirá lo mismo.
Es como cuando el día previo a un examen configuras en tu cabeza acertijos o microdesafíos que si superas te insuflan una ráfaga ficticia de oxígeno para obtener mejor nota al día siguiente. Si fracasas en dicho reto –que suele ser más un pretexto para descansar del estudio que otra cosa–, te angustias. El autoengaño, a veces, sirve de mucho. Entretiene.
6. Haz yoga y coloca un muñeco vudú como en la Eurocopa 2008.
Nunca es desdeñable acudir al calor del yoga, de ejercicios de control de respiración y relajación, máxime antes y durante un periodo tan frenético. Aunque menos desdeñable aún resulta adquirir un muñeco al estilo de ‘Otto’, principal artífice de que la selección nacional de fútbol iniciara un periplo de victorias con la consecución de dos eurocopas y un mundial consecutivos.
La idea, tal vez la única plausible del equipo de deportes de Cuatro, se manifestó como un rotundo acierto. Otto demostró que la brujería no es un asunto menor y que, como vuelve a recordarme Javi Chica, «los sueños existen para poder alcanzarlos».
7. Bocadillo de Lexatin, no de salchichón.
Foto: fraulacatering.com
Si no has podido, siguiendo la mayoría de los consejos, taponar la ansiedad que brota de un acontecimiento como una promoción, puedes recurrir a la sustitución del salchichón por varias cápsulas de Lexatin para elaborar el bocadillo típico del descanso.
Este fármaco alivia la tensión y la ansiedad, y entre dos rebanadas de buen pan de pueblo compone un producto más que interesante. Un remedio, tal vez desesperado y tóxico, que puede hacer más llevaderos los enfrentamientos que se avecinan.
Foto: YouTube
8.Vuelve a visionar el reportaje ‘Vintage Pucela’.
Uno de los acontecimientos más memorables de la serpenteante temporada del Valladolid fue la emisión en Teledeporte del reportaje sobre la historia contemporánea de la entidad vallisoletana, ‘Pucela Vintage’. Emocionó a todo ser viviente y añadió varias dosis de motivación a una afición que miraba con recelo –y sigue mirando- las posibilidades de ascenso a Primera.
Pero sobre todo, provocó que los verdaderos aficionados blanquivioletas se acostaran sumergidos en el orgullo de pertenecer a un club humilde pero histórico. Sentimientos necesarios para fabricar una coraza contra las decepciones –tampoco me paga la promoción, que es una televisión pública–.
Consejos, absolutamente todos sensatos, que conforman una guía útil para sobrevivir a una fase de promoción de ascenso.