La Federación de Castilla y León de Fútbol escenifica con una huelga de dos días la guerra entre instituciones
En los últimos tiempos se viene librando una batalla entre las distintas instituciones que rigen el mundo del fútbol a través de sus principales representantes.
Una serie de discrepancias entre el presidente del Consejo Superior de Deportes, Miguel Cardenal, Ángel María Villar, presidente de la Real Federación Española de Fútbol, y Javier Tebas, presidente de la Liga de Fútbol Profesional, que ha provocado que en Castilla y León y en otra multitud de federaciones regionales más se haya parado el fútbol en diferentes fines de semana.
Los pretextos esgrimidos por el ente castellano-leonés para que se diera ese cierre patronal temporal son variados, aunque no todos ellos afectan directamente a esos clubes modestos que pararon, tal y como en este portal ya se ha analizado previamente.
La intención del Gobierno de conminar a estos clubes a que regularicen a sus entrenadores en el ámbito laboral, la disconformidad con la partida correspondiente al reparto de los fondos de las quinielas y de los derechos televisivos han provocado ese parón, aun cuando son cuestiones pendientes de ser legisladas.
Con todo, ciertos clubes han entendido el paro como suyo. Otros, no tanto. Miguel Galán, principal opositor a Villar (excepción hecha de Miguel Cardenal), defiende que el fútbol modesto ha sido utilizado como escenario de una guerra fría entre instituciones.
Manuel Heredia, vicepresidente de la Federación de Castilla y León de Fútbol, esgrime que el cierre patronal de febrero tuvo como finalidad el defender los derechos del fútbol base en su conjunto. Y advierte: «No descarto que pueda ir a más si no se llega a una solución pronto», una opinión compartida por otros directivos de otras federaciones y entidades.