La UD Sur dispone de noventa minutos en Alcalá para conseguir el punto que separa al equipo vallisoletano de la máxima categoría juvenil

261 días después de que el Ascensores Zener comenzase a entrenar allá por el mes de agosto, cierra su participación en la temporada. Ocho meses y medio de duro esfuerzo, trabajando en el día a día para alcanzar la fecha definitiva: el diecinueve de abril.
A las doce de la mañana en el campo de la RSD Alcalá, el equipo rojillo tendrá la oportunidad de conseguir cerrar su temporada con un balance positivo, y lo más importante, con la permanencia bajo el brazo. Para conseguirlo, con puntuar bastaría. De no conseguirlo habría que esperar que o bien Flecha Negra no ganase, o bien no hubiera empate entre Majadahonda y Adarve.
Toda la emoción del descenso comprimida en tres terrenos de juego y en noventa minutos de duración. A la par, Rayo Vallecano y Real Madrid se disputan el título de campeón, una alegría más bien diferente. Aunque no se desmerece la pelea por evitar volver a la Liga Nacional, más si cabe cuando hay un equipo vallisoletano que por méritos propios se merece continuar en la categoría.
La UD Sur tiene 34 puntos. En otros grupos de la División de Honor sería una puntuación sinónima de permanencia, pero las plazas en el Grupo V se venden más caras. Por eso, aún tiene más merito lo que este humilde club del barrio de La Rubia está realizando durante la presente temporada.
¿Contra el Alcalá, qué? Pensarán. En el partido de ida, el equipo de Jonathan Prado fue muy superior durante 89 minutos al equipo madrileño. Sin embargo, tuvo una caraja durante el minuto restante del tiempo reglamentario y la prolongación que supuso dos goles visitantes el tres a dos definitivo.
Además, el Ascensores Zener exprimió al máximo sus cualidades en el balón parado. Un gol de Tapia y otro de Juan de cabeza tras córner y falta lateral, respectivamente, y el gol de Javi Bueno desde los once metros plasmaron la superioridad. Se espera que el domingo también sean capaces de superar a su rival en esta faceta.
Quizás sea un partido en el que de igual cómo se consiga el objetivo, lo importante será lograrlo. Este pensamiento tiende al error. El equipo vallisoletano lleva una segunda vuelta compitiendo semana a semana contra rivales con objetivos y no ha tenido en absoluto un camino fácil. Con trabajo y superando los obstáculos ha conseguido depender de sí mismo en la última jornada. Por ello, si son capaces de aguantar los nervios lógicos por lo que hay en juego, tendrán mucho a su favor.
Noventa minutos. Veintidós futbolistas y el cuerpo técnico para conseguirlo. Después solo jugarán unos pocos privilegiados pero en este equipo todos han sumado desde el primer día para conseguir alcanzar esta situación. Sacar dos puntos de distancia al equipo que ocupa la plaza de descenso antes del comienzo de la última jornada, se hubiese firmado desde el primer día. En definitiva, depender de sí mismos. Porque un equipo que lleva toda la temporada sin ocupar plaza de descenso –excepto tras la sexta jornada– no merece el castigo por el descenso.
Para que así sea, todos estarán disponibles mañana para Jonathan Prado, salvo Sarabia. La convocatoria se conocerá mañana, antes del partido pero todos remarán en la misma dirección para que a eso de las dos menos cuarto puedan estar celebrando en el campo del RSD Alcalá su permanencia en la categoría. ¿Complicado? Sí, desde luego. Pero, como dice el propio Prado, «lo mejor está por llegar».
Frase que ha sido usada también por la plantilla en referencia al objetivo que dista a un punto. Ojalá sea cierto y, después de lo duro que será el partido por la resistencia del rival y por la carga mental, se consiga el objetivo y finalmente llegue lo mejor: la permanencia un año más en División de Honor.