El filial blanquivioleta empató a cero ante el Racing de Ferrol en un partido sin apenas ocasiones, en el que el conjunto departamental pareció conformista

Antes de que Anuar y Ayub ganasen la batalla por el centro del campo, a principios de temporada, el Real Valladolid Promesas frecuentaba la figura de un jugador erigido epicentro y ancla. Fue Mario Robles, al principio, y más tarde Fran No, quien, contra el Racing de Ferrol, recuperó esa función primigenia.
Contra el conjunto departamental, el Promesas volvió a ser aquel, el que, por momentos, parece jugar con cinco defensas, o con tres y dos carrileros, si se prefiere; en el que el ese centrocampista llega a ser un tercer central que ayuda en la salida, lavolpiana, y que defiende con uñas y dientes la zona centro para que aquellos encargados de ello acudan a los pasillos interiores cercanos a los costados.
Auspiciado en parte por la baja del sancionado Ayub, el filial tiró de este recurso para resguardarse de un ataque al que Rubén de la Barrera prácticamente equipararía luego con el del Real Oviedo y para sumar un hombre en el nacimiento de la jugada que buscara a los llamados a hacer daño a las espaldas del rival.
Para generar esos espacios, el técnico gallego prescindió de la referencia del nueve y juntó por delante a cinco móviles: Anuar, Navas, Jorge, José y Toni. La principal novedad fue la incursión del extremeño, titular por primera vez en lo que va de curso, y que destaca justamente por eso, por una volatilidad bien entendida, puesto que participó del juego allí donde debía.
El Racing de Ferrol, mientras tanto, se fajaba en la presión del que tocara, ya que a falta de marcas fijas lo menos que podía hacer era sacrificarse. Así, impidieron que la liquidez del dibujo, que las permutas del Promesas, llegasen a convertirse en un peligro excesivo para su meta, que solo se vio amenazado por José en el tramo inicial, tras un centro de Navas.
No pasaron muchas más cosas en la segunda mitad, aunque quizá sí hubo algún acercamiento más. El Racing continuó bien plantado, lo que no evitó que otra vez José pudiera marcar, en el minuto 61, o que pudieran hacerlo Toni o Guille Andrés. Las oportunidades, sin embargo, jamás terminaron de ser francas, tampoco para los departamentales, que lo intentaron por medio de una falta lejana tirada por Tena.
Manolo García ni siquiera agotó los cambios, mientras que De la Barrera solo pareció conformarse con el tercero, casi con el tiempo cumplido, y que daba entrada a Alexis en el lugar de Toni. Antes, la entrada de dos puntas no terminó de volverse resolutoria de nada, gracias a que en el rival no hubo fisuras frente a un plan con dos caras.
Por un lado, Deve, Ángel o incluso Ramiro o Brian tenían libertad para ‘volar’, conducir o tratar de alterar a través de un orden aparentemente desordenado. Por otro, aun sin partirse el equipo, variar por momentos la zona ancha en pos del espacio en tres cuartos permitió, como su buena presión, que el dominio fuera alterno.
Lo cual no es grave ni es una crítica. El Promesas jugó sus bazas, y lo hizo muy bien. Y, sobre todo, se vació y compitió ante un conjunto a priori superior, al menos según refleja la tabla. En ella, los blanquivioletas aparecen con 46 puntos. Fruto de una lucha que, con independencia de que en algún momento se puedan encontrar en tierra de nadie, parece no tener fin.
Real Valladolid Promesas: Julio; Deve, Ramiro, Brian, Ángel; Fran No; Javi Navas, Anuar, Toni (Alexis, min. 88), José (Dani Vega, min. 76); y Jorge Hernández (Guille Andrés, min. 63).
Racing Club Ferrol: Mackay; Jonathan Aspas, Tena, Víctor Vázquez, Maceira; Marcos Álvarez (Diego Vela, min. 65), Maikel, Dani Rodríguez; Dalmau (Joselu, min. 74) y Nano.
Árbitro: Villa Maestre (Comité Territorial Extremeño). Amonestó a los locales Ángel y Fran No y a los visitantes Maceira, Víctor Vázquez y Tena.
Incidencias: Partido correspondiente a la jornada 33ª en el Grupo I de Segunda División B.