Solamente Sporting y Numancia lograron destruir la fortificación berciana en lo que va de temporada. De catorce partidos en casa, la Ponferradina venció ocho a equipos tales como Betis, Girona o Mallorca, y empató cuatro
Capital del Bierzo, en la provincia de León, Ponferrada surge como tal en el siglo XI bajo el nombre latín de pons ferrata o puente de hierro. El origen de esta denominación se debe a que el obispo Osmundo de Astorga pide la creación de un puente sobre el río Sil que pueda servir de paso para los peregrinos que hacían el Camino de Santiago. A la otra orilla, el entonces rey de León Fernando II crea un pequeño poblado donde se asentará la fortaleza de los monjes Templarios, una orden religiosa defensora de la Iglesia a capa y espada, nunca mejor dicho.
Con el tiempo esta Orden del Temple se hizo más notable en la ciudad berciana, tanto que el nuevo rey Alfonso IX, hijo de Fernando II, les termina otorgando el poder en Ponferrada con el propósito de defender a los peregrinos de abusos durante el trayecto que les conducía a Santiago de Compostela. El monarca en cambio les quita el dominio en detrimento de la Orden protestante de San Juan ante el ataque que sufre la ciudad por el rey de Castilla Alfonso VIII, a quien estos apoyan. Después de varias disputas, finalmente Alfonso IX deja las hostilidades con los Templarios y les devuelve la posesión de Ponferrada con tal de ceder algunas fortalezas.
Entre estas fortificaciones se encuentra el Castillo de los Templarios, construido en 1178 por la Orden del Temple una vez que los reyes de León delegan el poder de la ciudad en este grupo religioso. Los cimientos se crean a partir de un castro de origen celta y posteriormente romano. La Orden reforma el castillo y lo acaba en 1282 pero con Fernando IV de Castilla esta autoridad es enviada a juicio en Francia al ser acusada de herejía y termina por ser abolida, aunque recientemente se han revelado documentos que determinan que pudo haber sido perdonada por la Iglesia.
En 1340 el fortín pasa a manos del gallego Pedro Fernández de Castro, el mayordomo de Alfonso IX y quien hará la primera reconstrucción del viejo castillo. En el siglo XV el primer Conde de Lemos Pedro Álvarez Osorio logra hacerse con el castillo tras varias reclamaciones y lo amuralla, tal y como se encuentra en la actualidad de la ciudad berciana. Aunque en el siglo XIX el ayuntamiento se deshace de muros y hasta permite la creación de un campo de fútbol, en 1924 se designa el castillo como monumento nacional y a partir de ese momento la fortificación no se podrá destruir.
Desde 2000 la entrada de Ponferrada cuenta con otro recinto amurallado donde ahora una entidad deportiva trata de hacer de su estadio un muro infranqueable. Así, se inaugura en septiembre de ese mismo año El Toralín, en alusión al núcleo urbano donde se ubica el recinto, localizado en la zona norte de la ciudad en lugar del anterior estadio de Fuentesnuevas, mucho más alejado y de menor capacidad.
El estadio contaba con una capacidad de 8200 espectadores, desde que se ampliasen las localidades con el ascenso del equipo a Segunda en 2006, y el aforo actual es de 8400, después de que el conjunto berciano cayese en casa Copa del Rey frente al Real Madrid en 2011.
El Toralín vive en consonancia con los mejores años de historia de la SD Ponferradina, un equipo que ha necesitado tres ascensos para asentarse en la categoría de plata. Es el estadio de un conjunto que se hace muy fuerte en casa, pues tan solo dos equipos se han hecho con el triunfo en la ciudad berciana: Sporting y Numancia.
Así pues, la primera derrota blanquiazul no se produciría hasta el último día de enero frente a los asturianos –a los que tampoco pudieron superar en El Molinón–, tras una primera vuelta de ocho victorias que comenzaban con el debut como locales ante el Tenerife. Con la derrota en Gijón, los de Manolo Díaz se armaron de valor para «humillar» al Betis, el actual líder de Segunda División y a quien le metieron cuatro goles, en la mayor derrota de los andaluces esta campaña.
La visita a Zorrilla
Paradojas de la vida, el mayor declive de la Ponferradina en casa se produjo tras la visita de los blanquiazules a Valladolid. En el José Zorrilla, pucelanos y bercianos empataron sin goles en un encuentro poco halagüeño para la Deportiva, que logró recuperarse del varapalo de Girona con una victoria polémica que de la que se ha rehecho el pasado fin de semana el Mirandés en Anduva. Después de ser invitados del equipo blanquivioleta, los leoneses sumaron tres empates consecutivos ante Las Palmas, Leganés -como visitante- y Recreativo, y además encajando dos goles ante los canarios y tres ante los onubenses.
No terminaría esta racha de goles recibidos, a pesar de conquistar Pamplona, con la visita al Toralín de un Barcelona B que se llevó un punto y cuatro tantos. Con el orgullo herido de la goleada recibida en Zaragoza, la Ponferradina terminaba 2014 con victorias ante Alavés y Mallorca y otro tropiezo como visitante, en casa de la Llagostera.
Enero enfrió a los blanquiazules con tres empates consecutivos: uno en Lugo (0-0), otro recibiendo al Racing de Santander y el otro en Alcorcón. La llegada de Kepa en la portería berciana ha permitido mitigar las debilidades en defensa y en ninguno de los siguientes partidos la Ponferradina recibiría más de dos goles. Dos goles que en cambio se traducían en derrota frente a Albacete y Mirandés como visitante, y Sporting y Numancia como local.
A pesar de caer en Miranda, el último registro de los bercianos en casa se saldó con un 3-0 al Girona y un bloque que está volviendo a recordar el buen hacer de comienzos de temporada. Ahora la Ponferradina recibe al Valladolid, el tercer mejor equipo de Segunda y que únicamente cedió en casa los tres puntos ante su perseguidor Las Palmas, precisamente el próximo rival de los bercianos.