Análisis de la primera vuelta del Juvenil A del Real Valladolid que ocupa la quinta posición del Grupo V de la División de Honor

Veintinueve puntos de cuarenta y cinco posibles. Este es el balance del Juvenil A del Real Valladolid durante la primera vuelta en el Grupo V de la División de Honor. A día de hoy, ocupa la quinta plaza. Lejos ya de los primeros puestos comandados por Getafe y Rayo Vallecano, que se mantienen como los equipos más regulares de la competición.
Atlético de Madrid y Real Madrid también están por delante del conjunto blanquivioleta, en busca de dar caza a sus vecinos madrileños. Solo los dos primeros clasificados serán los beneficiados de una plaza en la Copa del Rey: objetivo de todos ellos.
Asimismo, el año pasado el tercer clasificado fue el Getafe y con 64 puntos tuvo el privilegio de ser el equipo que ocupara el mejor tercer puesto de la División de Honor, por lo que participó en la prestigiada competición.
Con veintinueve puntos en la primera vuelta, el Real Valladolid aún mantiene posibilidades de optar a esa posición, siempre y cuando no se cometan nuevos tropiezos como el de Plasencia, ante el colista. Ahora mismo, los blanquivioletas se condenarían con nuevos pinchazos por lo que la regularidad debe ser el punto fuerte de los chicos de Chuchi Macón.
Además, han demostrado que pueden competir contra cualquiera. En el encuentro frente al Rayo Vallecano, el Juvenil A consiguió derrotar a un rival directo con un gran partido y sin conceder ninguna opción a su contrincante. Demostrado queda, que este equipo es capaz de hacer lo mejor por lo que no se deben permitir derrotas ante equipos de la zona baja.
La plantilla de Chuchi Macón contiene un elevado número de jugadores a los que viene dirigiendo desde que llegó al club, en edad cadete. Sin embargo, el hándicap de este grupo es su corta extensión. Tan solo dieciocho futbolistas, de los cuales Dani Vega y Mario Robles han acumulado numerosas jornadas con el Promesas, muchas más jornadas que con la plantilla del Juvenil A.
Con tan pocos futbolistas en la plantilla, ha habido muchas jornadas que el equipo ha cerrado la convocatoria con los dos descartes de los citados anteriormente que suben con el equipo filial. Posteriormente, con las lesiones de Adeva y Sergio, las convocatorias se cerraban con jugadores del Juvenil B de los menos habituales en el equipo de Liga Nacional.
Quizás para intentar estar arriba es imprescindible una competitividad interna que este año apenas se ha podido ver. Juan, del Juvenil B, ha realizado muy buenos partidos con el División de Honor cuando se le ha requerido. Sin embargo, no es de los habituales con este equipo a pesar de sus buenas actuaciones. Culpa también del bajo rendimiento del Juvenil de Liga Nacional, equipo para el que el extremo es imprescindible.
El Juvenil A línea por línea
La portería está más que cubierta. La promoción interna obligó al palentino Dani Hernández a debutar en Segunda B con el Promesas mientras se solucionaba el fichaje de Javi Varas en el Primer Equipo. Esta situación le permitió a Ito disfrutar de la titularidad hasta que Dani volvió para asentarse en el puesto. Recientemente, Ito ha jugado tres partidos seguidos relegando a Dani a una suplencia que se prevé temporal.
En la línea defensiva, el equipo ha variado ligeramente respecto a la pareja de centrales habitual del año pasado –Mario y Abel–. El adelanto de posición de Mario al medio del campo y su habitualidad en el Promesas han permitido que la nueva pareja de centrales esté formada por Pistu y Abel, que se han mostrado eficaces en su demarcación. En los laterales, las batallas están ligeramente desigualadas.
En el derecho, por lesión. Adeva comenzó como titular por delante de Deve, que incluso ha debutado en Segunda B. Sin embargo, la lesión de Adeva abrieron paso a la indiscutible titularidad de Deve, que también se ha desenvuelto en el extremo. En el izquierdo, Corral le ha ganado la partida a Isma Miguel. El primero se ha mostrado como el lateral habitual en la parcela izquierda, dejando a Isma a un segundo plano. El propio Peli, ha actuado también como lateral antes que él, a pesar de que se le predisponía como el tercer central de la plantilla.
En el medio del campo, el capitán Pelayo se presenta indiscutible por segunda temporada consecutiva. Lo que varía este año es su escudero en la medular. O bien Maxi, o bien Adrián –aunque actúa regularmente en la mediapunta– pueden acompañar al vallisoletano.
Recientemente, se ha sumado a la lucha Mario Robles , que ha ganado la partida a sus homólogos en el medio del campo. El palentino Adrián, pichichi del equipo, puede actuar en el medio o mejor incluso, detrás del punta, dónde se ha destapado como el máximo goleador del equipo con diez goles. En esta posición de enganche, le ha ganado la batalla a Álex, aunque son compatibles si el palentino cae a la banda para aprovechar su estado de gracia.
En las posiciones de banda hay que destacar a Mayoral, un fijo en el ataque exterior del equipo blanquivioleta. El abulense también puede actuar en la punta del ataque pero pegado a la banda puede ser letal. Prueba de ello son su cuatro goles. El otro extremo no termina de tener un dominador claro. Como complemento de Mayoral han actuado Sergio, Rober, Adrián y el propio Juan del Juvenil B. Sin embargo, ninguno de ellos ha encontrado la fórmula para ser regular en su puesto.
Una regularidad de la que puede presumir Isma Casado. Gracias a sus cinco goles, y gracias también a la promoción de Dani Vega con el Promesas. Aunque ambos son compatibles en el once –Dani puede caer a banda–, la competitividad entre ambos por un puesto como delantero permitiría que ambos mejoraran y consiguieran incrementar su capacidad goleadora.
Esta competitividad podría volver a surgir a raíz de una posible incorporación de un delantero al primer equipo. Con ello, Guille Andrés volvería a ser un fijo en el once de De la Barrera y Vega podría volver a ser más regular con el Juvenil A.
Con lo puesto, Chuchi Macón tratará de sacar el mayor partido a sus futbolistas para mejorar los veintinueve puntos de la primera vuelta e intentar adentrarse en una posible lucha por plaza de Copa del Rey, que se presenta mucho más emocionante que dejarse llevar por la clasificación y por la competición, sin un objetivo claro.