El Juvenil A del Real Valladolid venció por tres goles a uno al líder del Grupo V de la División de Honor, el Rayo Vallecano. Además, la UD Sur se trae un punto de su visita al Flecha Negra en Badajoz

El fútbol es impredecible. Quizás por eso nos gusta tanto este bendito deporte. El hecho de que un partido pueda cambiar tanto en una acción, permite que cada encuentro tenga sus particularidades y que en directo nada tenga que ver con lo preconcebido.
En la mañana de este sábado, el Juvenil A del Real Valladolid recibía al líder de la competición, el Rayo Vallecano. Sobre el papel, el conjunto blanquivioleta podría parecer inferior al rival: por dinámica, por puesto en la tabla, por muchos factores que una vez que el árbitro, San José Ceinos, ha pitado el inicio, han desaparecido.
El equipo de Chuchi Macón no había sido capaz de meter mano a ningún equipo de los grandes y hoy se ha visto que sus chicos se lo han creído. Ese creer, esa ambición, les han conducido a mandar en el encuentro desde el primer minuto.
Quizás, la ilusión de un jugador de primer año como Juan, que actúa con el División de Honor cuando no es su equipo habitual, se traslada hasta el más veterano de la plantilla, como es el habitual con el Promesas, Mario Robles. Todo el equipo mantenía esas ganas de estos dos jugadores, que fueron los protagonistas del primer gol.
El extremo peleó un balón imposible en la banda, en el que su rival, Akieme, tenía ganada la posición. La insistencia de Juan se tradujo en un saque de esquina a favor de los locales del que llegó el primer tanto. El balón quedó muerto en el área y Mario Robles metió la puntera para hacer gol. El dorsal 10, en el partido de hoy, anotaba en el primer minuto de partido, y todo el guión previsto para el encuentro desapareció.
Un gol siempre cambia el rumbo en el partido; más si cabe, si es en el primer minuto. El Rayo se veía obligado a ser el dueño del encuentro. A pesar de las bajas de hombres habituales como Pablo Clavería –convocado recientemente por el primer equipo– o de Juancho –goleador habitual del Rayo–, el equipo madrileño tenía que salir a mandar sobre su rival para mantener su liderato. Pero con el gol en contra, los vallecanos debían incrementar, aún más, su dominio para intentar buscar el empate. Las ocasiones solo llegaban desde el bando local. Sobre todo desde el costado izquierdo de los blanquivioletas, donde Mayoral fue el dueño y señor hasta que aguantó sobre el césped.
Precisamente en su banda, su compañero Corral, consiguió conectar un centro para Isma Casado, que no pudo aprovechar. Pero el ataque de los locales no se focalizaba solo en los costados, sino que con conexiones en el potente medio del campo —Pelayo, Mario y Adrián— se podía generar mucho peligro. El palentino Adrián tuvo la más clara en una de estas combinaciones pero Javi Ruiz, portero del Rayo, abortó la acción.
El equipo franjirrojo no estaba nada cómodo sobre el campo -también por el buen hacer del Real Valladolid- y, para colmo, los infortunios crecían con la lesión de Viso y su consiguiente cambio. Su ausencia en el centro de la defensa fue suplida por Akieme, que dejó su sitio en el lateral para Manrique. Con esta variación táctica, el Rayo perdía en labores ofensivas la actividad del puñal que tiene el equipo de Diego Merino con el lateral izquierdo.
Con todo esto, parecía que el descanso podía ayudar al Rayo Vallecano para reordenar sus ideas y retomar la segunda parte con recursos diferentes, pero Adrián se sacó una genialidad de la chistera. El pichichi del equipo tiene la suerte de disponer un guante en su pierna y lo volvió a demostrar. Sorprendió a Javi Ruiz con el lanzamiento directo de una falta lateral. La colocó en la escuadra del segundo palo, a pesar de que el portero vallecano llegó a tocar el balón, pero no fue suficiente. Con el gol, el partido llegaba al descanso.
El entrenador del Rayo veía la necesidad de mover ficha para cambiar el decorado. Lo visto en los primeros cuarenta y cinco minutos obligó a Diego Merino a realizar dos permutas de carácter ofensivo de cara a la segunda parte. Sin embargo, la tónica del partido no varió y el Real Valladolid mantuvo su dominio, sin mostrar signos de debilidad.
Todos los jugadores de Chuchi Macón rozaron la perfección y se atrevían a todo. Sin miedo al error. Dando un paso hacia delante, como Pistu, que tras un robo por una buena anticipación el medio del campo le permitió avanzar metros y lanzar un gran contragolpe por la banda de Juan. El extremo asistió a Casado, que estaba preparado para cazarla, pero su remate salió alto. El Valladolid se lo creía. Se veía superior a su rival, y las ocasiones se sucedían.
Mayoral comenzaba con su particular show de intervenciones por banda. Lo intentó de todos los modos, pero no tuvo la fortuna de batir a Javi Ruiz. Para ello, dispuso de acciones de mano a mano o disparos envenenados desde lejos. La fórmula del ataque cambiaba, pero finalmente el resultado no lo hizo y el abulense no pudo anotar. Como tampoco pudieron anotar los jugadores del Rayo Vallecano, que, a pesar de no ser su mejor partido. no daban su brazo a torcer.
Para evitarlo estaba Ito, que repetía en la titularidad, y se mostró con seguridad en sus acciones; e incluso salvó balones claros. Todo salía sobre ruedas, y encima llegaba el gol de la sentencia, gracias a una buena jugada de Juan y su pase de la muerte para Adrián. El palentino no perdonó y firmó su noveno gol en la competición, que le mantienen como el máximo goleador del equipo.
El tercer gol fue la puntilla definitiva para el partido y, por ello, comenzó el movimiento en los banquillos para dar descanso a los titulares tras el enorme esfuerzo, y permitir a los jugadores que no habían tenido su oportunidad, más minutos de juego. Cuando el encuentro iba a morir –pasaban cuatro minutos del descuento–, un balón largo del Rayo fue pinchado en el área de forma espectacular por Raúl Uche, que no perdonó la opción para maquillar el resultado. Un tanto en la última jugada de partido, que en otras situaciones, en otros partidos hubiera cambiado todo. En este caso, no cambió nada.
A pesar del gol encajado, el Real Valladolid concluye la jornada con sensaciones muy positivas. Tres puntos más y, sobre todo, el convencimiento de la plantilla de que se puede luchar por la Copa del Rey. Se ha visto juego y dominio sobre uno de los mejores equipos de la categoría.
Para ello, no se puede permitr ningún tropiezo. La semana que viene, el Juvenil A se desplaza hasta Cáceres para medirse al colista de la clasificación, la UP Plasencia. El partido en tierras cacereñas puede ser trampa. A priori, hay mucha diferencia entre ambos equipos. La próxima jornada tratará de demostrar que es así, pero donde hay que hacerlo es sobre el campo.
Real Valladolid: Ito; Deve, Pistu, Abel, Corral; Mario, Pelayo, Mayoral (Rober, min. 86), Juan (Peli, min.80) ; Adrián (Maxi, min. 73) e Isma Casado (Álex, min. 64).
Rayo Vallecano: Javi Ruiz, Quirós, Viso (Manrique, min.32) , Nico, Akieme; Pep Biel, Quique, Shafa (Cristian, min. 76), Martínez (Murillo, min. 46′); Jony Montiel (Losada, min. 46′) y Uche.
Goles: 1-0, min. 2: Mario. 2-0, min. 44: Adrián. 3-0, min. 80: Adrián. 3-1, min. 94: Uche.
Árbitro: San José Ceinos.
Punto a punto
Un punto. Otro. Casi todos los desplazamientos de la UD Sur son sinónimo de sumar. Tan solo en el viaje a Cáceres, para medirse al Diocesano, se escapó la posibilidad de arrancar puntos al rival. En el resto de partidos lejos del Felicísimo, el Ascensores Zener ha competido muy bien y, lo más importante, ha sumado.
La prueba esta jornada no era nada fácil. Los chicos de Jonathan Prado se enfrentaban a una de las revelaciones de la categoría, el Flecha Negra, en su campo de La Granadilla, en Badajoz. Es un equipo recién ascendido, como el Ascensores Zener, pero marcha en una cómoda séptima posición en la clasificación, liderando la «otra liga».
En lo referente al partido, la situación fue similar a la del Real Valladolid. La Sur conseguía adelantarse en el marcador en los primeros minutos con gol del medinense Aser. En tan solo cinco minutos, el equipo de Jonathan Prado mandaba en el resultado y serían sus rivales quienes tenían que dar un paso al frente para hacerles ocasiones y posibilidades de anotar el empate.
Un empate que parecía difícil que llegara, sobre todo por la buena labor defensiva, pero ante la acción de Antonio pocas defensas pueden actuar. El jugador pacense sacó un disparo desde lejos que sorprendió a Rubo, que poco pudo hacer. El tanto local llegaba en los últimos minutos de la primera parte, por lo que se puede catalogar de psicológico, ya que los encarnados habían mandado en el primer periodo. Peor pudo haber sido la situación, ya que el Flecha volvió a anotar antes del descanso, pero el gol fue anulado.
Tras el susto de los últimos minutos, el partido se tranquilizó. Ambos equipos bajaron sus respectivas revoluciones y daban por bueno un punto que satisface las necesidades de unos y otros. Tan solo jugadas individuales, como la del incorporado en la segunda parte, Antón, pudo cambiar el marcador. Sin embargo, el empate parecía definitivo y ambos equipos conservan las diferencias con los puestos de descenso.
El próximo rival de la UD Sur es la RSD Alcalá. Toca hacer del Felicísimo un fortín. Ahora llegan los partidos «históricos» para el club, no por la entidad de sus rivales, que sin duda son inferiores a la de Getafe, Atlético o Real Madrid, sino porque en los siguientes compromisos como local del Ascensores Zener se jugarán las tres cuartas partes de la salvación.
CP Flecha Negra: Julián, Arrabal (Raúl, min. 73), Larios (Juan, min. 46), Peri, Julio, Juanma, Brayan, Antonio, Rafa (Fernando, min. 63), Iván (David, min. 69) y Ramón.
UDSur|AscensoresZener: Rubo, Merino, Rober, Tapia, Isla, Bueno, Oli (Manso, min. 82), Pesca (Juanillo, min. 73), Juan, Fer (Antón, min. 58) y Aser (Centeno, min. 63)
Goles: 0-1, min. 4: Aser. 1-1, min. 42: Antonio
Árbitro: García Gómez (Colegio extremeño). Amonestó a Ramón, Antonio, Raúl y expulsó con roja directa a Peri con el partido acabado por protestar, por parte de los locales; por parte de los visitantes amonestó a Merino.