El Real Valladolid acumula dos jornadas seguidas sin ver portería

La lesión de Roger ha dejado en fuera de juego al Real Valladolid, que no termina de encontrar una referencia ofensiva. Óscar Díaz ha sido el más utilizado, pero el madrileño no es un ‘nueve’ para siempre. Para un rato puede valer, como ha demostrado anteriormente, aunque si tiene que estar más tiempo ahí arriba la cosa cambia.
Contra el Sabadell volvió a dejar claro que ese puesto le queda grande. Su jugada con mayor peligro fue un remate de cabeza que se fue unos centímetros por arriba de la portería de Nauzet. Su poca presencia en el área del conjunto arlequinado liberó a los centrales que, sin estar pendientes de un delantero, podían estar alerta del resto de jugadores blanquivioletas.
La poca efectividad de cara a puerta –solo lleva un gol en liga– le está pesando mentalmente. Y más cuando se encuentra solo en el área y Mojica, escorado, decide disparar.
El cafetero quiso hacer la guerra por su cuenta en varias ocasiones. En vez de soltar el balón y facilitar el juego del Real Valladolid para llegar al área con peligro, decidió quedarse con la pelota y hacer la jugada individual. No acertó en ninguna de las dos ocasiones.
Volviendo a Óscar Díaz, Rubi tiene fe ciega en él. Amagó con sacarle de ahí tras el partido en Miranda, pero ha regresado por sus fueros. Cierto es que el experimento de Jeffren no salió bien, pero Guille Andrés demostró en la segunda parte que está, si el técnico lo necesita. Parece que no le hizo falta, ya que retornará a Valladolid con cero minutos jugados en la Nova Creu Alta.
Y el tema del gol es muy importante, si quieres ascender. La pelotita no está entrando y esto afecta al conjunto blanquivioleta. Por segunda jornada consecutiva –cinco partidos en total– se ha quedado sin ver portería. El equipo necesita un ‘nueve’, un delantero que haga goles. Hasta ahora Mojica y Bergdich estaban sacando las castañas del fuego en esa faceta, pero no todos los días lo van a hacer. También es verdad que Óscar no se muestra efectivo de cara a puerta, aunque es el segundo máximo anotador (por detrás del franco-marroquí) con tres tantos.