El defensa gallego volverá a enfrentarse este sábado, con su CE Sabadell, al equipo que le permitió hacer su debut en la Segunda División del fútbol español y que de algún modo sirvió de trampolín a su carrera

Foto: bdfutbol.com
Mientras desde la dirección deportiva de aquella lejana y nefasta temporada del 2005 al 2006 se disparaba a la ligera la bala de la cantera y la oportunidad para los jóvenes de formar parte de la primera plantilla, Víctor Espasandín fue otra muesca en la culata.
El zaguero coruñés se presentó una tarde lluviosa de sábado en Los Anexos, con su SD Compostela juvenil de División de Honor, entonces el máximo juvenil blanquivioleta dedicaba este horario a los rivales gallegos, y encandiló a todos los presentes en la grada incluidos, el por entonces director deportivo del club, Alfonso Serrano, que no tardó ni medio segundo en asomarse al autobús compostelano y tomar nota de los datos de este lateral izquierdo que había dado un recital de técnica y preparación física.
Al verano siguiente en el primer entrenamiento del Real Valladolid B, Espasandín era una de las caras nuevas. Víctor era un lateral fuerte y rápido que destacaba por ser un portento físico pero que, en ningún caso, estaba exento de técnica.
De hecho, tenía un preciso golpeo del balón en largo y un más que correcto tiro a puerta. Muy pronto se convirtió en un fijo en las alineaciones de Alfredo Merino formando parte de una plantilla que conseguiría el ascenso a Segunda División B ese mismo año, y en la que estaban otros jugadores que llegaron al profesionalismo, tales como Rafa López, Asier Arranz, Jacobo Sanz o uno de los pilares del Pucela actual, Jesús Rueda, que ya empezaba a asomar.
La siguiente campaña, con el Real Valladolid en Segunda y su filial en la categoría de bronce, le llegó la oportunidad de realizar la pretemporada con el primer equipo, entrenado por Marcos Alonso. Y si bien es cierto que de su mano debutaron algunos futbolistas como Teo, Ortiz y Carreño –ninguno de ellos hizo carrera en el primer equipo–, el joven defensa gallego no fue uno de ellos.
Espasandín había sido citado en varias convocatorias del primer equipo, pero unas veces Capdevila y otras el propio Teo (que era extremo derecho) habían sido elegidos antes que él para ocupar el carril zurdo de la zaga. Sin una sola queja, siguió trabajando a la espera de lograr su objetivo. Lo alcanzaría tras la destitución de Marcos Alonso, que provocó el ascenso de Alfredo Merino que le dio la alternativa en el último encuentro de la temporada en Zorrilla, gracias a las bajas de Alberto Marcos y Óscar Sánchez, en una plantilla en la figuraban nombres como Curbelo, OJ Morales o Broli.
Era un partido ante el Elche, concretamente un diecisiete de junio del año 2006. Espasandín saltaba al terreno de juego formando parte del once inicial de Alfredo Merino y completó el partido cumpliendo a la perfección. En la temporada posterior se marcharía cedido por la entidad pucelana a la SD Ponferradina, que se encontraba también militando en la Segunda División.
Una jugosa oferta del Barcelona B hizo que Espasandín se desvinculara del Real Valladolid y entrara a formar parte del filial blaugrana. Un equipo al que entrenaba un tal Pep Guardiola, con quien, más tarde, llegaría a ir convocado con el primer equipo en un choque liguero ante el Sevilla, sin llegar a jugar. Pero esa, como la de irse al Omonia Nicosia de Chipre, es otra historia que algún día habrá que rescatar.