El central alicantino se destaca como pieza importante en los esquemas de Rubi en estos momentos
Samuel Llorca arribó Zorrilla como un refuerzo de sobrada experiencia en Segunda División, pero con la duda de su estado físico debido a la complicada lesión que padeció, una rotura del ligamento cruzado de rodilla. Cedido por el Celta, se venía como un baluarte dentro del vestuario, sin embargo, las circunstancias lo convierten en una pieza clave hoy en día.
La lesión de Marc Valiente, que le dejará más de un mes fuera de los terrenos de juego, abre las puertas de la titularidad a Samuel. El cinco blanquivioleta, que hasta ahora no había disputado una gran cantidad de minutos en liga, parte con ventaja teórica con respecto a Chus Herrero para ocupar la plaza del central catalán. Sus características, sin embargo, son distintas, ya que Samuel destaca más en el juego aéreo que Marc, siendo también más expeditivo pero peor dotado técnicamente, sobre todo a la hora de sacar el balón jugado.
Foto: Real Valladolid
Si el panorama para el alicantino se presenta más positivo que hasta ahora en la competición liguera, su actuación destacada en Copa no solo ha hecho que se convierta en uno de los mejores jugadores blanquivioleta en dicha competición, sino también en el pichichi pucelano de la competición.
Dos partidos, dos goles. Ese es el bagaje de Samuel en el apartado goleador en la competición que, por primer año, rendirá tributo a Felipe VI. De hecho, se destaca como uno de los máximos artilleros solo por detrás de Thiago del Racing de Ferrrol con cuatro y Urko Vera del Mirandés con tres.
Llorca siempre ha sido un central con peligro en el juego aéreo ofensivo. Sin embargo, no le hizo falta hacer valer su superioridad y sus 187 centímetros de altura para convertir el segundo gol del Real Valladolid frente al Girona. El fallo del portero gerundense Palatsí propició que Samuel, casi tan libre de marca como Guille Andrés en el primer tanto, hiciera de forma poco ortodoxa el tanto de la tranquilidad.
El Real Valladolid volvía a solventar un partido desde el saque de esquina. El año pasado, fue una de las pocas facetas en las que el equipo de Juan Ignacio Martínez podía sacar pecho. Este año, y con Samuel de baluarte tanto en Liga como en Copa, el peligro ofensivo de nuestros centrales se acentúa.