El alemán ha viajado a Rusia, sin conocimiento del Real Valladolid, para negociar con el Spartak de Moscú
Patrick Ebert vuelve a las andadas. El año pasado decidió reunirse por su cuenta con Caminero, director deportivo del Atlético de Madrid, para, en teoría, negociar su posible marcha a la entidad rojiblanca. Al final aquello quedó en nada –bueno, en nada no, ‘La Mona’ fue despedido–, pero ahora el alemán ha vuelto a hacer algo parecido. El jugador del Real Valladolid ha viajado a Rusia este lunes para entablar conversaciones con el Spartak de Moscú.
Así, por su cuenta. En el club presidido por Carlos Suárez no tenían conocimiento de ello y están muy enfadados con el futbolista. El máximo accionista contaba en la madrugada del pasado viernes que saldría «si se llega a las cantidades pedidas». La nueva oferta que ha llegado de los moscovitas es muy inferior a la primera que habían realizado. El motivo de mayor peso es que solo ellos están interesados en hacerse con el jugador de manera instantánea.
Lejos de lo que el presidente pedía a Ebert para tener una nueva oportunidad, el alemán continúa sin recuperar el respeto y el cariño de sus compañeros. El pasado lunes se ejercitó apartado del grupo, como viene haciéndolo desde el desplante ante el Villarreal, y después, por la tarde, aprovechó para coger un avión desde Madrid hasta Alemania. Allí hizo escala para tomar otro vuelo que le llevara a su destino final. En Moscú le esperaban con los brazos abiertos.
Pero no todo depende de lo que el jugador quiera. El Real Valladolid no está dispuesto a regalarlo. La oferta cada vez se aleja más de las cifras por las que los blanquivioletas traspasarían a Ebert. Se espera un tira y afloja entre el club y el futbolista que no se sabe cuándo tendrá su fin. De momento, Suárez tiene la sartén por el mango. En principio, el teutón regresará en las próximas horas.
Amigo de los viajes
Ebert está acostumbrado a viajar. No siempre lo hace sin permiso del club. El extremo tiene su principal residencia en Madrid. El AVE le es de gran ayuda, ya que va y viene en unas dos horas. Pero también es asiduo a los aviones. La temporada pasada, sobre todo, se desplazaba hasta su país cada vez que tenía una lesión. Así lo estipula su contrato. Cambiaba el césped por la enfermería, aunque no la del Real Valladolid.