El pasado sábado ante el Villarreal el central extremeño volvió a ser el del curso pasado, acompañado de una más que decente nueva pareja de baile; el teutón, mientras, mostró un nulo compromiso que provocará su salida
A veces un pequeño castigo ayuda a abrir los ojos y a espabilar. Jesús Rueda, tras su suplencia en San Mamés, afrontó el partido del Villarreal de un modo totalmente diferente a jornadas anteriores. El propio jugador reconoció hace unas semanas que no estaba en su mejor momento y que no era «ni la mitad» de lo que había sido el curso pasado. Sin embargo, el sábado pasado cuajó un gran partido con doble recompensa, su primer gol en Primera, que dio tres puntos vitales al equipo.
Desde su llegada al filial en 2005, en él se ha podido ver una de las mayores progresiones dentro de la cantera blanquivioleta en los últimos años, sino la que más. Buena cuenta de ello se empezó a dar el veintiséis de abril de 2009, con su debut en la máxima categoría, en Zorrilla y ante Osasuna. Debutó, eso sí, como mediocentro, un puesto que parece haber abandonado definitivamente en pos de una posición más retrasada.
Tras jugar los tres últimos partidos con el primer equipo, se fue cedido al Córdoba para después regresar a la capital del Pisuerga hecho un futbolista ya cuajado. Desde entonces ha sido una pieza clave para todos los entrenadores que han pasado por el banquillo del Real Valladolid.
Llegar y besar la titularidad
La entrega y buen hacer del ya central extremeño tuvo parangón en su nueva pareja de baile, Stefan Mitrovic. El serbio, que apenas llevaba un par de días en Valladolid, se encontró con la titularidad gracias a la lesión de Marc Valiente y se mostró tan seguro que, a las primeras de cambio, arrancó aplausos del respetable. Bien por alto y contundente, se le vio cómodo junto a Rueda, que volvió a su perfil natural.
En los noventa minutos que estuvo Mitrovic sobre el terreno de juego dejó patente que no había venido a Valladolid a hacer turismo, sino a ganarse un puesto en el once titular y, sin duda alguna, supo aprovechar su oportunidad. Ya no solo es que esté por delante de Heinz, sino que será un duro competidor para Marc Valiente y Jesús Rueda.
Mitrovic sí; Ebert no
La intensidad y ganas demostradas por Mitrovic pusieron en evidencia a uno de los mejores jugadores del Real Valladolid, Patrick Ebert. El teutón se autodescartó ante Juan Ignacio Martínez, debido a su intención de abandonar el club. Al finalizar el choque Jesús Rueda se mostró enfadado y dolido con la actuación y el comportamiento de su ‘compañero’.
El extremeño, consciente de la irregular trayectoria deportiva del Real Valladolid, manifestó que quien quiera estar en este equipo debe estar comprometido al cien por cien. Mitrovic lo demostró; Ebert, no. La cara y la cruz de un encuentro que tenía que haber sido una fiesta en todos los sentidos que se vio empañada por la “espantada” del alemán.