Valdet Rama ha metido tres goles en sus cinco partidos con Albania, mientras que con el Valladolid aún no lo ha hecho en ocho encuentros.

Era el último día del mercado de invierno el pasado mes de enero. El Real Valladolid andaba a la búsqueda de algún que otro jugador para completar la plantilla, y a eso de media mañana lo hacía oficial. Valdet Rama, extremo nacido en Kosovo y con pasaporte alemán, firmaba hasta final de temporada con posibilidad de prolongar su contrato otros dos años.
Curiosamente por aquel entonces, a punto de comenzar febrero, Rama ni siquiera tenía la nacionalidad albana. Tendría que esperar al veinte de marzo para obtenerla, a instancias de que la selección se pusiera en contacto con él y le comunicara que si se nacionalizaba sería convocado. Dicho y hecho.
Superados los trámites –se perdió el veintidós de marzo el que hubiera podido ser su primer partido contra Noruega por los nombrados problemas- el extremo renunciaba a su pasaporte kosovar para debutar con la nación de la bandera del águila.
Sería el primero de los cinco encuentros que ha disputado hasta ahora con su Selección y aunque no consiguiese ver puerta aquel día, ha afinado mucho la puntería desde entonces. Nada menos que tres goles en los siguientes cuatro choques.
A todo esto, como es obvio, por aquel entonces Valdet daba también sus primeros pasos con la camiseta del Real Valladolid. Antes de terminar la temporada disputaría solo cinco partidos, aunque fueron suficientes para ganarse la confianza de Alberto Marcos y renovar. Este año ha jugado en las tres primeras jornadas, eso sí, saliendo siempre del banquillo.
Los cerca de 190 minutos disputados con la camiseta del Pucela en estos ocho partidos, siete como suplente, no han terminado con un solo gol de Rama. Lógico, en realidad, pues es evidente que no se trata de una gran cantidad de minutos y nunca ha destacado en sus anteriores equipos por sus altas cifras goleadoras. Pero la historia es completamente diferente cuando se enfunda la elástica albana.
Cañonero albanés
Y es que cuando Valdet viaja con su selección, parece que se transforma. No se pueden explicar de otra forma sus tres goles en sus cinco compromisos con Albania, en los que también es cierto que ha jugado bastante más que con el Valladolid como titular indiscutible en la banda izquierda del seleccionador Gianni de Biasi.
La primera alegría para el jugador criado en la cantera del Wolfsburgo llegaría en su segundo encuentro con la camiseta roja. Después de su debut frente a Lituania, en el que no consiguió marcar a pesar de la victoria por cuatro a uno, tocaba ver puerta por primera vez como jugador de Las Águilas.
Corría el minuto cuarenta, con cero a cero en el marcador, hasta que le llegó un balón por la izquierda. Recortó a su par una, dos veces hacia adentro, y el balón acabó entrando pegadita al palo. La diana era importante si tenemos en cuenta que el encuentro era clasificatorio para el Mundial.
Pero Valdet no se conformó. El segundo llegaría en el próximo compromiso, el pasado catorce de agosto, aunque en este caso bien hay que decir que fue en un amistoso. Enfrente estaba Armenia y el tanto de Rama sería el primero de los dos con los que se llevaría la victoria su equipo para continuar con su racha de killer del área.
El cuarto y quinto compromiso, disputados esta semana, han terminado en buena y mala noticia para el extremo. Buena porque hizo gala de su buen momento de forma con su tercer gol en cinco partidos el pasado martes ante Islandia, malo porque tanto ese encuentro como el del pasado viernes ante Eslovenia acabaron en derrota (dos a uno Islandia y uno a cero Eslovenia) y la clasificación para el máximo campeonato internacional se antoja demasiado complicada.