El Real Valladolid ha sufrido cambios en el ataque para la temporada 2013/14 dada la llegada de Humberto Osorio. Guerra parte como teórico titular; Manucho, la alternativa.
La línea encargada de surtir de goles al Real Valladolid ha sumado algún integrante en la pretemporada veraniega. El mercado y las necesidades económicas de un equipo sumido en la Ley Concursal han propiciado que se buscara hasta el último día de mercado la liberación de Manucho –con la ficha más elevada de la plantilla, de 600.000 euros-. Las negociaciones con el Mallorca y con los demás interesados en el angoleño, frustradas, han provocado que la delantera pucelana cuente con hasta tres futbolistas referencia. El nuevo, Humberto Osorio, aterrizó en Valladolid como apuesta personal de Alberto Marcos, quien llevaba siguiendo los pasos del ariete desde hace tiempo.
La ‘soap opera’ del verano terminó con un amable final, al llegar la entidad pucelana a un acuerdo con los representantes del atacante colombiano para jugar tres años cedido en Valladolid, a razón de un salario anual de 460.000 euros, el tope impuesto, a priori, por los administradores concursales.
La dirección deportiva comandada por Alberto Marcos ha depositado una confianza inusitada en Humberto Osorio, por lo que se deduce la complementariedad del delantero vallenato con Javi Guerra. La posibilidad de coincidir en el mismo once pasa por dos esquemas claros que podría emplear Juan Ignacio Martínez, dependiendo del modo en que quiera atacar al contrincante.
En principio, el dibujo de juego más habitual, 1-4-2-3-1, otorgaría a Guerra la punta de ataque, posibilitando más libertad en tres cuartos a Humberto Osorio, quien ha manifestado una querencia a la diagonal, partiendo desde el sector izquierdo –al que ya le falta Alberto Bueno-, para dibujarla y llegar a zona de remate. En caso de que Guerra no lograra la titularidad, resulta muy probable que lo hiciera en favor de exfutbolista de San Martín, alzándose con el cargo de ser el primer hombre presionante en el balance defensivo –aunque con Manucho en la plantilla, el técnico blanquivioleta cuenta con más alternativas de juego-.
Con la ubicación de Guerra y Osorio –o Manucho- como delanteros, el sistema pasaría al 1-4-4-2, que haría jugar al punta colombiano unos metros más cerca del carril interior y de la frontal del área, acompañando a Guerra en la presión alta que, parece, desea implantar Juan Ignacio en la fase defensiva del Valladolid. Esta se ha convertido en la primera disposición de los delanteros con el técnico alicantino, ya que en la primera jornada de Liga frente al Athletic Club, con la obligación de voltear el resultado, tanto Guerra como Osorio fueron los dos futbolistas más adelantados.
Pero Juan Ignacio, que como todo el Valladolid veía a Manucho más fuera que dentro, dispone en el delantero angoleño de una opción loable en los momentos en que el equipo necesita mayores dosis de profundidad y verticalidad, o hacer más daño en las transiciones ofensivas. Fijando centrales, originaría espacios en la mediapunta que permitirían acciones desde segunda línea. Una situación que en la temporada pasada se produjo cuando el juego combinativo se encontraba embarrado.
Lo que parece indudable es el nacimiento de una aguerrida competencia por ocupar la referencia en el juego de ataque del Real Valladolid, siempre que Javi Guerra evolucione de manera favorable de los problemas de pubis que lo han incordiado durante todo el verano y que el técnico albivioleta se incline por otra opción distinta a Osorio en el costado izquierdo o quiera implantar un juego más directo.