El apellido del central, goleador ante el Getafe, sirve para definir las hechuras mostradas por el Real Valladolid en la primera victoria de la temporada.
En demasiadas ocasiones, la delgada línea entre el éxito o el fracaso, entre poder sacar pecho o que te partan el mismo con un estacazo atroz es ínfima. Esa mal nutrida línea, pendiente de hilos que muchas veces se nos escapan de nuestro control, atraía y sumía al Real Valladolid poco a poco hacia un presente cercano nada halagüeño, pero el coraje de un grupo volvió, una vez más, a sacar cabeza, sin importar cuanto costara erguirse y estirar el cuello.
Se presentaba el Real Valladolid ante el Getafe con precoces necesidades. Fuera de toda normalidad, era el equipo pucelano el que debía rendir cuentas ante su público, crítico, por el excesivo nerviosismo que se había generado en las dos primeras jornadas.
Bueno, mejor dicho, debido a la desmesurada crítica poco constructiva que se había generado en torno al equipo blanquivioleta en la capital castellana que comienza a honrar a su patrona en este 2013. El rival parecía propicio para que los tres puntos no viajaran en esta ocasión, pero con la intención no bastaba, hacía falta algo más que la mera expectativa. Aislado de toda atmósfera negativa y poco productiva, el Real Valladolid ganó y convenció, el Real Valladolid fue valiente.
Valiente porque salió al ataque, pese a las bajas. No jugaban los que en teoría sabían jugar (refuerzos de última hora incluidos), y se jugó al fútbol. Bordándolo en ciertas ocasiones. Valiente porque se ganó, pese a que no marcaron los que están destinados a ellos. Valiente por el propio Marc, quien dio un recital de salidas al corte y rubricó con el gol.
Valiente porque los laterales volvieron a ser los que conocíamos, Omar Ramos volvió a ser nuestro incisivo extremo y Zakarya Berdigch demostró nuevamente su potencial. Tampoco mostraron cobardía alguna jugadores como Javi Guerra, Óscar González o Lluís Sastre.
Si se pudiera personalizar este partido (envoltorio incluido) en un solo jugador, este sería Marc Valiente. Obviamente, los goles que se traducen en puntos tienen un valor añadido en equipos que se ven necesitados de ellos, pero para no ser ventajistas, ha de centrarse el argumento en otros pilares. Marc fue valiente al corte, preciso en las coberturas, atento en los despejes y correcto en la salida del balón. Completó un partido sensacional con la añadidura de figurar como ejecutor práctico de los tres puntos.
JIM fue valiente y podrá presumir de nula crítica, al menos este semana. Se volvió a un planteamiento más habitual pese a contar con los mismos efectivos que la semana pasada, aprovechando lo que ya desde aquí se dijo del partido en Castellón sobre eso de que de los errores se aprende. También de los aciertos, y el «¡eureka!» de Berdigch sigue alumbrando. Cabe señalar también como Manucho disputó sus primeros minutos en Liga, por delante de Osorio. Otra prueba más de nulo amedrentamiento por parte del entrenador.
Victoria ‘Bálsamo After Shave’, de esas que calman zonas irritadas. Tras la cuchilla, vuelve la calma. Afeitarse es necesario, pero para ser valientes, es conveniente generalmente no cortarse antes.