El portero se alzó como el héroe del Sevilla FC y rescató un punto para el cuadro hispalense en el último suspiro

El Real Valladolid volvía al Estadio José Zorrilla tras un empate sin goles ni sabor frente a Osasuna, las buenas sensaciones de la victoria frente a Getafe se disiparon en Pamplona y el punto obtenido no fue bueno debido al rival, a la situación del equipo y al calendario restante. De vuelta a casa, le tocaba enfrentarse al Sevilla FC, un rival al que Sergio González aún no había logrado vencer como blanquivioleta y al que el Pucela no ganaba desde que estaba Mendilíbar al frente de la escuadra. Toda racha, mala o buena, tiene su fin, y esta vez estuvieron a punto de romperla, pero, por inverosímil que parezca, Bono tenía otros planes.
Los primeros minutos tuvieron al Sevilla como protagonista, con continuos dos para uno a favor por ambas bandas, Janko y Olaza se vieron superados en este primer tramo. Pudo adelantarse el conjunto hispalense en una de estas acciones. El Papu Gómez recibió en banda, condujo hacia dentro y se sacó un fortísimo disparo que Roberto rechazó y a punto estuvo de hacerse En-Nesyri con el rebote.
Poco a poco, el Pucela corrigió errores defensivos y Óscar Plano y Orellana comenzaron a realizar más ayudas a sus respectivos laterales. La presión mejoró y comenzaron a sentirse cada vez más cómodos en el partido, pese a que tampoco se lograba llegar a conectar con Weissman o a generar alguna ocasión clara. Media oportunidad necesitó el israelí para generar peligro. Tras un centro, Weissman recibió un balón de espaldas a la portería e hizo un gran control mientras se giraba y se preparaba para rematar, pero entre Diego Carlos y Rekik le hicieron penalti. Orellana adelantó a los locales desde los once metros y llegaron con esa ventaja al tiempo de descanso.
Los de Sergio González comenzaron la segunda parte con el mismo planteamiento con el que acabaron la primera. Realizaron una buena presión y no dejaron que el Sevilla se sintiese cómodo con balón. No obstante, aún tuvieron ocasiones para igualar el encuentro, la más clara la protagonizó De Jong. Ocampos sacó un centro desde la banda derecha que se desvió tras tocar en Olaza, la pelota se dirigía al segundo palo y el ariete neerlandés llegó para rematar de cabeza, pero se encontró con la madera.
Los tres puntos cada vez se sentían más cercanos y el conjunto andaluz no daba con la clave para superar a la zaga blanquivioleta, comandada una vez más por El Yamiq. Sin embargo, en la última jugada del partido, tras un saque de esquina, la defensa se confió de que el balón saldría por línea de fondo después de un nuevo intento de colgar el balón al área, pero el balón dio en el palo y tras varios rebotes, el balón le cayó a Bono, que había subido a rematar, y el portero lo mandó al fondo de la red para lograr llevarse un punto del José Zorrilla.
Sin duda, un golpe muy duro de encajar para el Real Valladolid, más que por el resultado, por la forma en la que este ha llegado. Tres puntos habrían venido muy bien al equipo de cara a los próximos partidos, más aún tratándose del rival que tenían enfrente, pero no ha podido ser. En la próxima jornada, se enfrentarán a domicilio al FC Barcelona, donde tratarán de dar la sorpresa y, por qué no, romper la mala racha que tienen ante los equipos de arriba de la clasificación.