Dos goles en la recta final y un gran Juanma tumbaron a los de Baraja, que no fueron capaces de desplegar su juego durante los noventa minutos
El Real Valladolid Promesas no pudo y cayó en El Plantío. Una muralla perfectamente construida aplastó a los de Baraja, que se vieron superados durante los 90 minutos por la defensa local. En ataque, dos goles en la recta final y la actuación de Juanma, que desquició a los centrales pucelanos, sirvieron para que los tres puntos se quedaran en Burgos.
Trabajada, lenta y de poco fútbol. Tres definiciones que resumen lo visto en la primera parte en El Plantío. Con un Promesas que trató de hacer con el control del juego, pero que fue anulado por la maraña de piernas que formó la defensa burgalesa. Hasta cinco hombres dispuso Julián Calero para anular la ofensiva rival, una táctica que tuvo sus frutos, y que obligó a los de Javier Baraja a tener que jugar por banda en busca de centros al área.
Mientras, en la ofensiva local fue Juanma quien desesperó a la defensa blanquivioleta. Una constante en el ataque, hizo la vida imposible a Palomeque durante los primeros 45 minutos. Es cierto que el Burgos no propuso en lo que es fútbol puro, pero la presencia de Juanma ofreció a los locales la salida de balón que tanto necesitaban.
Y es que, con el delantero atrayendo la atención de la defensa el Burgos ganó presencia en campo ofensivo, con lo que llegaron las oportunidades. La más clara de ellas de Álvaro Rodríguez, que llegó desde segunda línea para enganchar un balón muerto en el pico del área, un disparo que obligó a Gaizka a tirar de reflejos y manos duras para despejar el peligro.
Tras este breve intervalo de asedio del Burgos, el choque volvió a reducir la marcha. El Burgos se volvió a replegar y el Promesas intentó, a través de balón parado y centros laterales, crear peligro en el área de Barovero, aunque no consiguió alcanzar su deseo, y la primera parte terminó cómo empezó el choque, con el cero a cero en el luminoso.
La segunda parte comenzó con un ritmo parecido a la primera. Con el Promesas chocando en cada internada con el muro local, y con el Burgos tratando de crear peligro en el contraataque. Baraja se hartó de esta situación y decidió dar salida a hombres de ataque. Los cambios parecieron despertar del letargo al Promesas, con Fran Álvarez decidido a tomar las riendas en mediocampo.
Sin embargo, fue el Burgos quien dio el primer susto serio del partido. Aitor Córdoba, que se sumó al ataque, enganchó un balón llovido del cielo que iba directo a la portería de Gaizka Campos. La escasa afición del Burgos, presente en las gradas, ya cantaba el gol, pero la bota salvadora de Palomeque desvió lo suficiente la pelota para que se fuera por línea de fondo.
El partido comenzó a animarse, con ambos equipos deseosos por romper el empate, pero fue la defensa de Burgos, la mejor del grupo en lo que va de campeonato, quien aguantó mejor los embates. Solo un disparo lejano de Oriol Rey obligó a Balovero a tener que realizar un esfuerzo mayor al invertido el resto del partido.
Por su parte, el equipo de Baraja comenzó a flaquear atrás. Con demasiados hombres subiendo al ataque y la pareja de centrales bailando al ritmo que proponía Juanam, delantero del Burgos, llegó el gol burgalés. Un centro raso directo a la posición de Berjón que, libre de marca, disparó, pero Gaizka detuvo, aunque no atrapó. Y fue en ese rechace donde Juanma, que se había vuelto imparable para los centrales, metió el pie para enviar el gol al fondo de la red.
Uno a cero y ahora le tocaba mover ficha al Promesas. Baraja metió en el campo hombres de ataque, lo que se tradujo en un asedio a la portería rival. Pero el Burgos hizo gala de su mejor baza, la defensa en equipo. Con todo el equipo en su campo, los locales detuvieron cualquier mínimo intento de crear peligro de los pucelanos. Ni por banda, ni por el medio lograron los visitantes superar el muro de los hombres de Calero.
Y con todos los hombres al ataque, llegó la sentencia del Burgos. Un contraataque perfectamente ejecutado hizo que el esférico llegara a la banda izquierda, donde Lobato tuvo tiempo de controlar, levantar la cabeza y mirar a Medina. El delantero, solo en el segundo palo, solo tuvo que rematar la pelota y poner la guinda del pastel.
Tres puntos para un Burgos que ya es líder en solitario del grupo con seis puntos de distancia con el Promesas y la Cultural, que empatan por esa segunda plaza. Una segunda posición que deberá jugarse el equipo de Javier Baraja precisamente ante el equipo leonés en la jornada del fin de semana. Un duelo donde el filial está obligado a ganar si no quiere meterse en líos innecesarios.
Burgos CF: Barovero; Álvaro Rodríguez, Córdoba, Zabaco, Raúl Navarro; Elgezabal; Javi Gómez (Alarcón, min. 66), Undabarrena, Cerrajería (Mumo, min. 77), Saúl Berjón (Lobato, min. 85); Juanma (Medina, min. 85).
Real Valladolid Promesas: Gaizka; Sergio López, Palomeque, Alonso, Nieto; Moha (Paulo Vitor, min. 86), Oriol (Mikel, min. 76); Dali (Castri, min. 76), Zalazar, Elliot (Fran Álvarez, min. 62); Uche (Benito, min. 62).
Goles: 1-0, min. 75: Juanma. 2-0, min. 92: Medina.
Árbitro: Conejero Sánchez, asistido en las bandas por Arévalo Rosado y Muñoz Blázquez (Comité Extremeño). Mostró tarjeta amarilla al local Córdoba.
Incidencias: Partido aplazado correspondiente a la jornada 10 del Grupo I-B de Segunda B, disputado en el estadio de El Plantío.