El CD Parquesol cosechó una nueva derrota en casa ante un rival que supo jugar sus cartas y que aprovechó el desacierto naranja

Hace más de 35 años, Juanito advertía al Inter en el Giuseppe Meazza, tras perder en una eliminatoria europea, que «noventa minuti en el Bernabéu son molto longos». No falló en el aviso: en la vuelta el Real Madrid volteó aquella eliminatoria y acabó pasando a la final de la UEFA, que ganaría. La frase, a menudo rescatada cuando hay que remontar, mantiene su vigencia y puede aplicarse no solo al conjunto madridista. Contra el CF Pozuelo, los enfrentamientos también son demasiado largos, como comprobó este domingo el CD Parquesol Patatas Meléndez, que perdió frente a las madrileñas seguramente sin merecerlo.
Sucede a veces en el fútbol, como en la vida, uno puede hacer caso a los manuales de psicología positiva y afanarse en perseguir sus sueños, que si la diosa Fortuna prefiere ser esquiva, lo va a ser. Y el quiebro que hizo en el Saso a las de Rubén Jiménez fue de esos que duelen. Bien es verdad que el Pozuelo supo contrarrestar el juego combinativo de las parquesolinas esbozando un 4-4-2 de esos por los que a veces los equipos apuestan cuando no encuentran el golpe de timón, como era el caso hasta hace dos jornadas. Con las líneas perfectamente trazadas y con unas ayudas defensivas continuas, las de Rober Pika encerraron a Charle en la banda e impidieron que Hana jugase con fluidez por dentro, lo que eliminó cualquier esbozo de fluidez en las locales.
En cualquier caso, el sacrificio de Ángeles y la profundidad de Claudia Merino por banda izquierda suponían un desahogo y un salvoconducto para intentar generar peligro por ese costado que percutía la catalana. Esta tuvo en los primeros compases mucha presencia y, tras aparecer por dentro y galopar como alma que lleva el diablo para plantarse frente a Ana Valles. Perseguida por una zaguera que le iba tocando y al hacerse grande la portera, esta le ganó la partida en el mano a mano.
No pasó mucho tiempo antes de que llegara el cero a uno, en el primer ataque verde. Char apareció dentro del área en el sector izquierdo y se sacó de la nada un centro hacia el otro lado, donde nadie detectó la aparición de Carlota, que, libre de marca, ejecutó a Lucía con un toque sutil a contrapié. Si hasta entonces el Parquesol no se había encontrado, tampoco lo hizo desde entonces, ya que esas dos líneas de cuatro eran como el pan Semilla de Oro: lo aguantaban todo.
El descanso sirvió para que Rubén Jiménez diera entrada a Sandra Pascual en el lugar de Sandra Calvo, y el cambio funcionó al principio. La lagunera entró mucho en contacto con el cuero en los compases iniciales, en los que favoreció que llegara alguna ocasión. Asimismo, su entrada liberó a Marta Charle, que salió del encierro al que la zaga visitante le había sometido para entrar más en contacto con el balón aun cuando no siempre le llegaba limpio, valiéndose de multitud de gestos técnicos. De sus asociaciones –las de las dos– con Hana llegaron los mejores momentos de fútbol de encuentro.
A la hora de dar traslado a esto, las ocasiones ni fueron muchas ni muy muy claras. Una jugada en la que recibió Ángeles de espaldas y en la que Charle participó acabó en las botas de Henar en la frontal, que disparó alto. Fue el preludio del empate, en el que de nuevo Ángeles se dejó el alma; percibió la indecisión de una defensa para ir a por ella en duelo, se impuso con fe y se la dio a Claudia Merino, que llegó desde atrás para disparar fuerte a la red. Sin embargo, las triangulaciones fueron opacas en el último cuarto del césped y lo anterior fue casi la tónica de lo restante; los disparos no acababan de ser diáfanos, el tiempo iba pasando y la igualada continuaba.
Continuó hasta que una pérdida en el centro del campo se convirtió en un pase filtrado a la espalda de la defensa, entre centrales y muy al límite de una posición antirreglamentaria en la que, sin embargo, no se encontraba Yaiza. Tras ganar la carrera a Carla, dibujó una vaselina sobre Lucía que se convirtió en un mazazo para el Parquesol, pues del uno a dos las naranjas ya no se supieron levantar, por más que el corazón les dijera que lo tenían que intentar en los diez minutos finales.
Lo bueno para las parquesolinas, si es que se puede rescatar algo después de cosechar la cuarta derrota en casa de la temporada, es que si la vida es eso que pasa entre partido ante el Pozuelo y partido ante el Pozuelo, esta será larga, una vez se han disputado ya los dos partidos ante las madrileñas. No obstante, seguramente no sea consuelo suficiente, puesto que las pupilas de Rubén Jiménez continúan con su irregularidad. El sábado que viene a mediodía, contra el Madrid CFF B, tendrán una ocasión para sacarse la espinita clavada con un tropiezo, no obstante, inmerecido.
CD Parquesol Patatas Meléndez: Lucía; Regi, Maka, Carla, Iria; Henar, Hana, Sandra Calvo (Sandra Pascual, min. 46); Charle, Claudia Merino; y Ángeles (Sara Buitrago, min. 61).
Pozuelo de Alarcón: Ana Valles; Lucía Sánchez, Lucía Manzón, Lina, Ester; Carlota, Eva Masdeu (Elena, min. 84), Chantal (Soraya, min. 76), Carol (Nekane, min. 84); Char (Yaiza, min. 76) y Alicia Garcés (Belén, min. 62).
Goles: 0-1, min. 18: Carlota. 1-1, min. 61: Claudia Merino. 1-2, min. 80: Yaiza.
Árbitro: Omar Esteban Bergaz, asistido en las bandas por Iván Latorre Rivero y Gonzalo Rodríguez Sanz. Amonestó a la local Claudia Merino y a las visitantes Chantal, Belén y Ana Valles.
Incidencias: Duodécima jornada de la Reto Iberdrola Grupo Norte A, disputada en el José Luis Saso, a puerta cerrada.