El Real Valladolid Promesas afronta un nuevo año futbolístico tras completar una pretemporada en la que mostró carencias de cara a portería
Hace escasos tres meses que el Real Valladolid Promesas despertaba del sueño, un sueño que hacía al equipo de Javier Baraja verse en Segunda División, fantasía que el Barcelona B tornó en pesadilla y que les obligó a despertar. Este domingo, y con un nuevo formato de competición, el filial comienza un año futbolístico que llega con pequeñas dudas relacionadas con la falta de gol durante la pretemporada. El segundo equipo del Real Valladolid ha finalizado su preparación invicto con tres victorias y cinco empates, aunque cabe señalar que uno de los resultados queda pendiente, ya que el partido contra el Cristo Atlético no se pudo disputar debido al confinamiento de Palencia.
Los blanquivioletas esperan aprovechar el tirón de una pretemporada que comenzó hace menos de un mes, con la victoria ante el Atlético Tordesillas. El filial del Pucela no dio opción ninguna y pasó por encima de los tordesillanos por tres a cero. Se trató de un rival siempre duro, desde este curso, siguiente equipo en el escalafón del club, y que sirvió a los de Baraja para preparar el primer triangular.
En este, sus rivales fueron Unionistas CF y el filial del Atlético de Madrid. Pese a que el Promesas no pudo pasar del empate en ambos choques, no se le puede restar méritos al equipo, que a esas alturas, aún era un rompecabezas, que integraban hasta seis jugadores del División de Honor y que contaba con bajas importantes. No le fue mucho mejor al Promesas en su siguiente choque, contra el Internacional de Madrid, y eso que los tantos de Víctor y Fran Álvarez devolvieron el gol que faltó en el triangular. No fueron suficientes para evitar el empate, el tercero consecutivo de la pretemporada.
Tras esto, el conjunto blanquivioleta volvía a disputar de nuevo un triangular, en este caso era el Memorial Agustín Villar. En esta ocasión, el primer rival fue el CD Guijuelo. De nuevo, no se vio puerta y, a pesar de que los de Javi Baraja dominaron por completo, fueron incapaces de evitar un nuevo empate a cero. Todo se decidía contra el Zamora CF, anfitrión del torneo, y los blanquivioletas fueron de menos a más. A pesar de contar con las mejores oportunidades, se acabó por sumar el quinto empate en seis partidos.
Dos victorias para mejorar las sensaciones
La victoria se resistía, pero los dos siguientes partidos, los más duros de la preparación sirvieron para que se vislumbrara un rayo de luz. En primer lugar, el equipo de Baraja debería viajar a Madrid para medirse al Real Madrid Castilla. Los blancos fueron superiores, como se preveía. pero el Promesas aprovechó una de sus escasas oportunidades y, tirando de valentía, fue Castri quien en el último minuto el que acertó a introducir el balón dentro de la red rival, dando así el partido a los suyos.
Con la moral por las nubes, el Promesas afrontó el último partido de la temporada ante uno de los máximos favoritos de la competición, un recién descendido de Segunda: el Deportivo de La Coruña. El choque fue muy igualado, tanto que los aficionados tuvieron que esperar al tramo final para poder ver los goles. Raúl Uche, tras aprovechar un error del portero del Depor, puso el primero en el marcador. El resultado terminó por cerrarlo José Alonso que, tras un excelente cabezazo en el tiempo de descuento, ponía el cero a dos definitivo.
Con esta victoria el Real Valladolid Promesas dio por concluida una pretemporada llena de incertidumbre y con la conclusión de que quizás faltó gol en los hombres del ataque blanquivioleta. No obstante, tres hombres llamados a aportarlo, Elliot, Paulo Vitor y Sergio Benito, tres de los últimos incorporados, llegaron en los últimos días del mercado y tratarán de festejarlos a partir del domingo.