El delantero por fin marcó un gol, algo que no sucedía desde el 23 de noviembre de 2017 con la camiseta del Everton frente al Atalanta
Sandro rompió el gafe. Por fin. Después de todo. Lo logró una mañana de noviembre, cuando casi se iban a cumplir dos años de su último gol, que se remontaba al 23 de noviembre de 2017 con la camiseta del Everton frente al Atalanta.
Pero ante el Mallorca, Sandro volvió a marcar. Consiguió el tercer tanto del partido en, prácticamente, el último minuto. Y por eso se celebró como se celebró. La grada cantó su gol más que ninguno. Todo el banquillo, todos los jugadores de campo, formaron una piña en torno al canario. El Real Valladolid fue más equipo que nunca. Y cada una de las almas de Zorrilla se emocionó con Sandro por todo lo que significa este momento.
Una sequía de casi dos años es mucho tiempo para un delantero. Vistiendo de blanquivioleta tuvo oportunidades muy claras, incluso falló un penalti, algo que podía hacer pensar que iba a estar en crisis mucho más tiempo.
Pero el trabajo tuvo recompensa y la fe premió a un jugador y a un equipo que nunca dejó de creer. Ojalá que este sea el primero de muchos para el ’20’, que bien merecido lo tiene.