El central del Real Valladolid reconoce que el triunfo ante los armeros supuso una liberación para la plantilla en un momento vital de la temporada

Como cuando cargas con una mochila de piedras durante un largo periodo, cada semana sumas una más, y por fin logras deshacerte de ellas. Algo parecido le ha pasado al Real Valladolid y a su plantilla con la victoria en Ipurúa. Además, se quitó varios gafes de un plumazo, penaltis incluidos. La rueda de prensa de Kiko Olivas tras el entrenamiento matinal del miércoles fue un fiel reflejo del significado de los tres puntos conseguidos ante los de Mendilibar.
«Ganar como lo hicimos tiene mucho valor, siempre pelamos hasta el final. Hay muchos encuentros en los que, por errores puntuales, no conseguimos los puntos. Conseguir el triunfo en Eibar remontando, con la racha que llevaban en casa, es de un gran mérito», aseguraba el andaluz ante los medios.
Además de probar de nuevo las mieles de la victoria, al triunfo hay que añadirle el estreno goleador de Guardiola como blanquivioleta, y la ruptura de la maldición de los penaltis. A la sexta fue la vencida. «Es una liberación porque se había convertido en una obsesión. Hay que darle mucho mérito a Verde por el minuto que era y por todo lo que había alrededor. Por fin las cosas están cambiando y eso supuso mucho más que un gol».
Y es que en el descuento del último partido se dieron un conjunto de circunstancias que no sucedían a favor de los vallisoletanos, como la primera intervención del VAR a favor del Pucela. «Ocurrieron un conjunto de cosas que parece que cambian la situación y que nos permitió conseguir la victoria. Esperamos que sigan cayendo a nuestro favor».
Pese a la victoria, el vestuario no ha sacado aún la calculadora, porque para el central diez partidos todavía son un mundo. «Esto es muy largo, hay que centrarnos en disfrutar el momento. Hemos visto como el pequeño colchón con el descenso ha crecido y eso te da un mínimo margen de fallo pero cualquier partido puede cambiarte la dinámica», subrayó.
Sobre el parón por selecciones, Olivas no tiene muy claro si perjudica o beneficia en este momento de la temporada. «Tenemos tiempo para disfrutar de la victoria y del buen ambiente. Además, contamos con más días para preparar el próximo partido. Por otro lado, cuando ganas siempre quieres jugar cuanto antes, aprovechando la buena dinámica; aún así, es lo que toca».
Como no podía ser de otra manera, la negativa del club impidiendo que Masip, Alcaraz y Sergio González acudieran a la selección catalana salió a la palestra. El futbolista blanquivioleta restó importancia a todo el revuelo que se ha creado en torno a este tema. «Es una decisión del club y es totalmente aceptable. No hay que entrar a decir mucho más, nosotros estamos aislados de este tema. Masip y Alcaraz están tranquilos, entrenando como siempre. No he hablado personalmente con ellos sobre esta cuestión», explicó.
La próxima semana es de altura y determinará en gran medida el destino del Real Valladolid, con tres partidos en solo siete días. Olivas lo sabe y es consciente de lo mucho que se juegan. «Hay ganas de conseguir la victoria en Zorrilla ante la Real Sociedad porque en casa lo necesitamos. Ganar ante tu afición te hace sentir más fuerte. Esta es la época donde se deciden las cosas y con buenos resultados podemos dejar la permanencia casi sentenciada. Estamos mentalizados y preparados para lo que viene«, finalizó.
En el plano deportivo, Sergio González dirigió un entrenamiento en el que estuvieron presentes los jugadores del Promesas Sali, Waldo, Kike Pérez, Javi Pérez y Jaime, aunque no pudo contar con los lesionados Toni, Hervías y Luismi ni con Anuar, conovcado con Marruecos. La buena noticia la protagonizaron Borja, Stiven Plaza y Joaquín, que trabajaron junto al readaptador sobre el césped de los Anexos.