El delantero gallego del Espanyol le tiene tomada la medida al Real Valladolid, con ocho goles anotados en las últimas tres temporadas ante los blanquivioletas

Parece que Borja Iglesias le está cogiendo el gusto a marcar goles en Primera División. El ‘panda’ ha anotado cuatro goles en los últimos cuatro partidos, reivindicándose como pieza importante del Espanyol. El delantero terminó con la imbatibilidad de Jordi Masip, que consiguió dejar la portería a cero durante 290 minutos, colocando al Real Valladolid como el segundo equipo menos goleado de la élite del fútbol español.
El conjunto pucelano se ha convertido en una de las víctimas favoritas del atacante compostelano. El inicio de su relación con el gol ante los blanquivioletas se remonta a la temporada 2016/17. Iglesias jugaba en el filial del Celta de Vigo, encuadrado esta misma temporada en el mismo grupo que el Promesas.
En la primera vuelta, anotó un penalti en el Municipal de Barreiro que sirvió para darle los tres puntos a los celestes. En marzo de aquella temporada, se volvieron a ver las caras en Los Anexos. El atacante picó un balón ante Tanis en el minuto 92, sentenciando el encuentro y otorgando los tres puntos al cuadro vigués.
El de Santiago de Compostela siguió creciendo y tras, anotar treinta y cuatro goles en Segunda División B, optó por probarse en una categoría superior, con el Real Zaragoza llamando a su puerta. Comenzó entonces su andadura por la división de plata, demostrando su calidad y su capacidad goleadora.
El encuentro ante el Real Valladolid llegó en la jornada veinte con el Estadio José Zorrilla como escenario. Anotó dos goles que de nada sirvieron ante los tres tantos que consiguieron los vallisoletanos. El partido de la segunda vuelta quedará grabado a fuego en la memoria del jugador gallego.
Los blanquivioletas estaban ansiosos por conseguir clasificarse para el play-off y visitaban al cuadro maño, que podía certificar su plaza en la promoción. La Romareda fue testigo del primer hat-trick de Borja Iglesias como profesional, que complicaría la vida a los de blanco y violeta, que finalmente se clasificaron ante Osasuna en la última jornada.
Al finalizar la campaña, con el ascenso frustrado, el ‘panda’ cambió la ciudad del Ebro por Barcelona, donde pasó a formar parte del vestuario del Espanyol. Así llegó al coliseo blanquivioleta, con ganas de seguir con su racha goleadora.
En el minuto veinte de la primera mitad, el gallego recibió un balón de Melendo y, con un tremendo latigazo consiguió batir a Jordi Masip, alargando un encuentro más su acierto goleador frente al Pucela. Durante estas tres temporadas se ha convertido en el antagonista de Calero, con el que ha coincidido en el choque con el Promesas y, las dos últimas campañas, en los compromisos frente al primer equipo.
El compostelano ha anotado ocho goles en los cinco partidos en los que se han visto las caras, haciendo la vida imposible al de Boecillo. El central solo se perdió la visita del Zaragoza al José Zorrilla; choque que vio desde el banquillo. En la visita al feudo maño, Calero empañó momentáneamente su felicidad al anotar en el minuto 89, aunque sin transcendencia para los intereses blanquivioletas.