Alcaraz y Míchel comentaron la importantísima victoria del Real Valladolid ante el Huesca y valoraron positivamente el momento por el que atraviesa el equipo

Rubén Alcaraz fue, sin duda, el hombre del partido por su golazo que sirve «para ganar y dar tres puntos al equipo» en palabras del propio jugador. Con esta victoria, la tercera consecutiva, el Real Valladolid se pone en la zona noble de la clasificación, aunque no es algo demasiado importante para el jugador catalán. «Nosotros seguimos a lo nuestro, trabajando, no miro la clasificación porque el nivel para salvarse va a ser alto, hay que ir pasito a pasito, semana a semana», comentó.
En cuanto a su nivel personal, reconoció que pasa por «un buen momento», al igual que a nivel grupal. Alcaraz insistió en aprovechar estos momentos para cuando después vengan «dinámicas malas». El centrocampista también quiso poner en valor el que el equipo haya dejado nuevamente la portería a cero y desea hacerlo también «para el siguiente partido», que será en quince días frente al Betis.
Por su parte, Míchel continuó en la misma línea que su compañero e invitó a todo el mundo a «disfrutar de los tres partidos increíbles, diez puntos de doce merecidos [en los cuatro últimos encuentros] y toca felicitar a la plantilla y a la afición«. Tres puntos que ponen al equipo con doce unidades que desde el propio vestuario ni se imaginaban estar así a estas alturas. «Sabemos de nuestras limitaciones, pero somos una gran piña, un grupo y eso es lo que nos da la compenetración en el campo para ganar», resaltó.
La felicidad no impidió ver la realidad y el valenciano también hizo autocrítica para mejorar en el futuro. «Este era partido para ganar fácil, la segunda parte no la hemos hecho bien y tenemos que mejorar los últimos minutos, tener la calma con el balón y estando en casa no teníamos que haber sufrido tanto», lamentó.
En cuanto a la polémica por el gol anulado a Leo Suárez después de que el Huesca sacara de centro, Míchel reconoció que les dejó «en shock». «Reponerte de eso es difícil, pero no hemos encajado y eso lo más importante», subrayó. A nivel personal, recibió una tarjeta en el minuto cinco, que considera que fue «precipitada» y le condicionó «todo el partido», puesto que tuvo que jugar 85 minutos «con cabeza fría para no perjudicar al equipo con otra amarilla».