El nuevo entrenador fue presentado antes de dirigir su primera sesión y con el afán de «agitar el árbol»
Sergio González ya trabaja como nuevo entrenador del Real Valladolid. Antes de dirigir su primera sesión de entrenamiento compareció en rueda de prensa junto a Carlos Suárez y Miguel Ángel Gómez, que explicaron antes de que el técnico tomara la palabra que la ilusión que mostró el catalán fue clave a la hora de decantarse por él como sustituto de Luis César Sampedro «por lo menos hasta final de temporada», señaló el presidente. «Se siente capacitado para abordar esta situación y mejorar el rendimiento», confirmó Gómez.
El catalán no ocultó su deseo de terminar arriba –de hecho, hacer play-off garantizaría su continuidad por una cláusula de renovación automática fijada en el contrato–, aunque se marcó otros objetivos como prioritarios, como el «sacar los máximos puntos posibles en esta liguilla de ocho partidos». «Hay que empezar por el Sporting, un rival con el que hay una rivalidad importante. En casa el equipo se siente cómodo, por qué no empezar dando una alegría», dijo, sin obviar la necesidad clasificatoria.
Su afán, con todo, es aportar «aire fresco» y «agitar el árbol para que el que sea titular demuestre por qué lo está siendo y el que no, que vea que tiene una oportunidad». Ya de antemano conoce el equipo, ahora tendrá que comprobar si «la realidad» que conoce «es la que se presenta», aunque todos –él incluido– empiezan de cero para recuperarse primero de todo en lo anímico, ya que desde fuera González ha percibido que hace falta. «Creemos que es una de las cosas que hay que recuperar. Un entrenador nuevo siempre trae una nueva activación. Ojalá logremos conectar en ese aspecto, no solo en lo futbolístico, porque lo anímico hace que el equipo suba enteros», considera.
Aunque no quiso dar pistas a Rubén Baraja, su primer rival en el banquillo, se dedujo de sus palabras que dará prioridad a lo defensivo y que no variará mucho la idea con respecto a su anterior experiencia en la LFP, el Espanyol (posteriormente fue seleccionador de Cataluña). «Tengo una idea clara y un sistema más o menos definido que me gusta utilizar, que se tendrá que complementar con los entrenamientos. Para empezar, vamos a trabajar la línea defensiva», reconoció, dejando abierta la puerta a alguna doble sesión, al menos en esta primera semana.
Como percibieron los mandatarios, se siente confiado de poder mejorar al equipo, y más cuando hay «duelos directos de seis puntos». Cree que sus pupilos están ya preparados «para competir contra cualquiera» y necesitados de un equilibrio y estabilidad que pasará por mantener los números en casa y mejorar fuera. «Ojalá primero podamos confirmar las sensaciones con una victoria esta semana; la que viene ya buscaremos una vuelta de tuerca para cambiar la dinámica. Tenemos que encarar cada partido como si fuera una final. Y la primera es el Sporting», incidió.
Lo hizo a sabiendas de lo «complicada» que es la Segunda División, una categoría en la que, sin embargo, carece de experiencia. Tiene conocimiento de ella porque aunque se encontraba en el paro seguía «trabajando» de manera «invisible», pendiente «de todos los equipos». Por todo ello sabe que «las áreas determinan mucho de lo que te va a pasar; si luego puedes elaborar, muchísimo mejor, pero en las áreas hay que estar bien», ponderó.
Con todo, Sergio González no desveló cuándo se produjo el primer contacto con el Real Valladolid, aunque de sus palabras se dedujo el que fue antes de este martes, puesto que reveló una reunión con Miguel Ángel Gómez que «activó la percepción del equipo» y el visionado de partidos «de casa y fuera». «Nos centramos más en esa posibilidad por si éramos los elegidos», alegó, en referencia a sí mismo y a Diego Ribera, el segundo que le acompañará junto a parte del cuerpo técnico ya existente.
La plantilla, a su modo de ver, está «muy compensada, con muchos recursos en las bandas y la posibilidad de jugar con gente por dentro y por fuera», y se emplazó a «conseguir que Mata siga a su nivel» y a que pueda estar ayudado «por otros compañeros» como los de segunda línea». Aunque en este punto hizo percibir de nuevo parte del carácter que pretende imprimir: «A nivel defensivo tenemos que tener las líneas juntas y ser intensos en las disputas individuales».
Todo para intentar agradar a una afición que confía y desea que les otorgue un «margen de maniobra» para intentar mejorar los resultados, empezando por este mismo domingo, y con el fin de estar a la altura de «lo que la historia del club requiere», que es estar «cerca» de los puestos de arriba. Convencido de «sacarle jugo» al plantel, ve mimbres y potencial para lograr ese «importante reto» y de convivir con «la presión y la responsabilidad» que supone sentarse en el banquillo de un Real Valladolid al que ya comanda.