Análisis del próximo rival del Real Valladolid

Es momento de dar un golpe sobre la mesa. De demostrar que cuando el Real Valladolid se lo propone, puede cumplir. En definitiva, de dar el salto definitivo hacia el play-off. Después de la última victoria en casa ante todo un líder de la categoría, toca agarrar el autobús y revertir uno de los grandes problemas del Pucela esta temporada: los enfrentamientos lejos de Zorrilla.
Y la ocasión la pintan calva. El rival de esta semana para los vallisoletanos es un equipo como el Córdoba, en plena caída libre y con serios problemas en la clasificación. O lo que es lo mismo, un conjunto herido pero no muerto. ¿Quizá sea una de esas en las que un equipo puede transformar todos sus males en una peligrosa arma para conseguir levantarse? Este domingo los de Luis César lo comprobarán en primera persona.
Cuesta abajo y sin frenos
Y es que cuatro derrotas consecutivas, alguna más dolorosa que otra, y un vigésimo puesto en la tabla no ayudan precisamente a templar los nervios. Y aunque parezca mentira, no se trata de lo peor. Diecinueve puntos cosechados en veintisiete jornadas no son un número para sacar pecho, más si se tiene en cuenta que la salvación la marca un Nástic que se encuentra a trece puntos de distancia. Bajan revueltas las aguas en Córdoba.
La última derrota en casa, por 1-2 ante el Granada con remontada incluida, y el anterior 5-1 en la visita a Tenerife han venido a confirmar lo que ya es un secreto a voces: el equipo lo tiene muy complicado para salvar la categoría este año. Por muchos cambios que se realicen –Sandoval, quien debutaba precisamente ante el Granada, es el cuarto entrenador tras los ceses de Juan Merino, Luis Carrión y Jorge Romero– el vestuario sigue con esa inercia negativa de equipo abocado al fracaso.
De poco o nada sirven las intentonas por variar el rumbo. Nada más y nada menos que nueve altas y siete bajas son el bagaje de este Córdoba en el reciente mercado invernal, en un intento desesperado por lavar la cara al equipo con incorporaciones sorprendentes como la de José Antonio Reyes. Aythami Artiles, Jesús Valentín o Eneko Jauregi son solo otros de los llegados con la intención de salvar al Córdoba de la quema.
No se trata de una situación fácil de asimilar para un club que hace no tanto, apenas tres años, se encontraba en Primera División. Cuestión de inercias, claro. El año pasado el Córdoba consiguió quedarse en tierra de nadie con un noveno puesto que supuso dejar de lado expectativas de ascenso y de descenso, pero esta vez la moneda ha salido cruz. Un presupuesto que ha ido decreciendo temporada tras temporada y una planificación frágil han terminado en un avispero.
De mal en peor
Y como los números nunca mienten, no hay más que echar un rápido vistazo a las estadísticas del club andaluz para comprobar la triste realidad, que hay más motivos para llorar que para reír.
Como local, cuatro victorias, tres empates y seis derrotas, que arrojan unas cifras de quince puntos de treinta y nueve posibles, merced de veintiún goles a favor y diecinueve en contra. O lo que es lo mismo, el cuarto peor local de la categoría. Sin duda, una oportunidad de oro para el Real Valladolid.
Todavía es demasiado pronto para calar por completo a Sandoval, pero en su primer y único partido en el banquillo del Córdoba optó por un 4-4-2 con el colombiano Juan José Narváez, recién incorporado del Betis, y Sergi Guardiola en punta, una de las pocas esperanzas a las que agarrarse de aquí a final de temporada. Y es que el manacorí suma catorce de las treinta y un dianas que lleva el equipo blanquiverde este campeonato.
Uno de los grandes retos que tiene el entrenador de aquí a las próximas semanas es conseguir levantar el estado físico y anímico de un vestuario hundido, sin alma y consciente de la dura situación en la que se encuentra. Ante el Granada quedó claro que ya no solo es que no haya demasiado acierto en ataque y en defensa, sino que la racha negativa ha hecho mella en los músculos y la mente de un equipo que necesita una victoria como el comer.
Curiosidad del rival de esta jornada: No es la primera vez que el Pucela tiene en su mano la posibilidad de condenar al Córdoba. En la temporada 2004/2005 los blanquivioletas fueron la mano ejecutora del club andaluz que, tras perder 3-4 en casa en la última jornada, cayó al infierno de Segunda B confirmando así un año decepcionante.