Luis César necesita modificar algo en el actual esquema del Pucela para que los resultados se tornen positivos. Todos los esfuerzos deben pasar por blindar la defensa y se podría conseguir desde la posición de mediocentro

El Real Valladolid tiene un problema. Nadie pone en duda que tiene una tarea pendiente en defensa; con veintitrés, es el segundo conjunto de la Segunda División que más goles ha recibido. La media se acerca a los dos tantos encajados (1’64) por choque disputado. Unos números terriblemente preocupantes ya que, de seguir esta tendencia, podría terminar con 69 goles en contra lo que estaría por encima de cualquier equipo de las dos últimas temporadas.
La parroquia pucelana confía en que el míster sepa reconducir la situación. Si algo ha mostrado la escuadra de Luis César en este inicio de campaña es que es mortal en el área contraria y por eso la preocupación, que podría ser mucho mayor, no ha terminado de reflejarse en la clasificación en donde el Real Valladolid se sitúa a tres puntos de los play-off. Pero que un árbol no impida ver el bosque: si se aspira a terminar entre los seis primeros esta cascada de goles recibidos debe terminar.
Pero, ¿qué puede hacer Luis César para cambiar con la dinámica actual? Las redes sociales son estos días un hervidero de ideas y de posibles sustituciones para que el Pucela salga del bache.
El centro del campo
Está claro que si el técnico gallego decidiese retrasar la posición de sus laterales en ataque el equipo podría sufrir menos atrás y no acusar los huecos dejados por estos. Tampoco habría necesidad de jugar con los centrales demasiado abiertos ni de sobreexponer la salida del balón. Pero esa es la marca de Luis César y parece que no va a renunciar a ella. Y quizá no haga falta.
Tres futbolistas han sido los elegidos por Luis César para manejar la sala de máquinas. Con Luismi y Borja como indiscutibles, Anuar ha sido la siguiente opción más utilizada para jugar en ese doble pivote. Sin embargo, parece que el centro del campo pucelano, formado por dos futbolistas, es demasiado frágil como para sostener al equipo con unos laterales tan ofensivos.
En un principio, el equipo está bien construido. Luismi, Borja, Anuar, Suly y Cotán son los cinco futbolistas que pueden ocupar ese puesto. Es el último de ellos el que quizá tenga unas características más ofensivas, pero en el Sevilla Atlético solía desempeñarse en ese rol. Por su parte, Sulayman parece que no cuenta con el apoyo del técnico y son los tres primeros los que se reparten los minutos de juego.
Los tres con más minutos son futbolistas acostumbrados al doble pivote y, sin embargo, no consiguen enderezar al equipo. A menudo se les echa en falta en las transiciones rápidas del rival y nadie es capaz de hacer una falta. Borja, pese a ser el jugador de toda la liga que más faltas hace, y el que más balones recupera del equipo (aunque está muy lejos de los números de otros), ya no es el que era. Se fue siendo un ‘perro de presa’, un jugador que parecía que tenía tres pulmones y ha vuelto en el ocaso de su carrera. Antes destacaba por un físico que, ahora, pese a que no se le puede achacar nada, no es el mismo. Si es verdad que lo que ha perdido por un lado puede que lo haya ganado en táctica, en saber situarse mejor; con menos kilómetros ocupa más espacio. Pero no es suficiente. Y el problema no es él, que conste.
Luismi, en cambio, es un pivote con un perfil más moderno, es decir, un futbolista que pese a destacar por sus labores defensivas, no tiene ningún problema en manejar la pelota y hacer de correa de distribución entre la defensa y la zona de ataque. Y quizá ese sea su problema, que tiene mucho recorrido como para ser ese hombre que necesita el esquema de Luis César.
El tercer medio centro en discordia es Anuar. El canterano es de los ya mencionados el que quizá tenga menos rigor táctico. Su manera de entender el fútbol es distinta, sobre todo en fase ofensiva. Es trabajador a la hora de recuperar el esférico, pero destaca con el balón en los pies, haciendo conducciones para superar líneas.
Con los tres habituales protagonistas de ese doble pivote diseccionados, la pregunta que viene a la mente es ¿son los adecuados para el esquema de Luis César? Quizá se eche en falta un jugador con menos toque de balón, pero con una mayor presencia en el repliegue. Un futbolista que aporte equilibrio defensivo cuando el equipo esté atacando. El equipo ha dado muestras de no necesitar demasiados hombres de ataque para crear peligro y por eso se podría sacrificar a uno de ellos en pos de recibir menos goles. Borja, en su primera etapa en Zorrilla o Nafti fueron jugadores que dejaron muy buenos recuerdos y que su objetivo sobre el verde no era otro sino parar los ataques rivales. El juego sucio.
Soluciones
Con lo ya referido, quizá lo más normal sería acudir al mercado de fichajes para, en invierno, traer un especialista en esa demarcación, pero puede que no sea necesario, ya que en la actual plantilla existen soluciones para dotar de equilibrio a este Pucela, en ocasiones caótico.
Guitián es la opción que más se puede amoldar a esa posición de pivote fijo, de cabecero de la defensa. El central, que ya ha actuado en alguna ocasión de centrocampista defensivo podría ser esa roca que necesita el equipo para cortar los ataques rivales.
Otra opción podría ser introducir a Suly en esa demarcación. Su problema es que no convence a Luis César y que todavía no ha demostrado el nivel suficiente como para asentarse en el once. Sin embargo, el gambiano si que da ese perfil de jugador rocoso, defensivo y con poco recorrido que puede necesitar el equipo.
Dentro de la plantilla también existen otras posibilidades como optar por un trivote en el que podrían en el que podrían convivir Borja, Anuar y Luismi o en el que podría entrar Cotán, Toni, Sergio Marcos o Míchel en alguno de los puestos de interior. Esta variación en el esquema podría ser lo que Luis César necesite.
Buscar soluciones en el mercado
Si Luis César optase por dotar de más fuerza al centro del campo podría considerar que en la actual plantilla no hay ningún futbolista capaz de ocupar ese rol. En ese caso, habría que esperar hasta enero para encontrar un futbolista del agrado del técnico y que cumpla con sus requisitos. Jugadores jóvenes y con pocos minutos en Primera División podrían ser los objetivos de Miguel Ángel Gómez.
En caso de incorporar a un futbolista de este tipo a Luis César se le abriría un abanico aún mayor. Sin una necesidad imperiosa de jugar con medioscentros creativos debido a la altura de los laterales y a la efectividad de los hombres de arriba, el preparador gallego podría alinear a esa nueva incorporación junto a otro de los mediocampistas que forman parte de la actual plantilla. Un medio del campo formado por un pivote puro podría combinarse con dos jugadores con fútbol en sus botas, pero también con trabajo defensivo como son Toni y Anuar. Estos dos junto a un ‘especialista’ dotaría al conjunto blanquivioleta de un gran equilibrio.
Está también la opción de jugar con dos cabeceros. La pareja Borja – Luismi se ha mostrado insuficiente por lo que ese fichaje se podría intercalar con alguno de los dos para formar una sala de máquinas rocosa.
En cualquier caso, este Real Valladolid ha dejado claro que no necesita mucho juego de sus mediocentros en campo contrario para ser incisivo, peligroso, dañino arriba. El esquema propuesto por Luis César, con dos laterales que llegan a puestos de extremos y con extremos que tienden a jugar por dentro, no precisa pivotes con gran llegada ni con gran visión de balón. Por eso, optar por una variación en el medio del campo puede ser la solución que necesita el Pucela para solucionar su grave problema en defensa. Pero que lo haga rápido porque el tiempo apremia y los puntos vuelan.